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5 de septiembre de 2011

Mi reflexión sobre Crecimiento y Desarrollo económico

Quisiera antes de finalizar con el libro, el decrecimiento explicado con sencillez de Carlos Taibo, aportar mi propia reflexión sobre la relación entre crecimiento y desarrollo económico. De la lectura del libro se extrae la conclusión de que el decrecimiento no es una alternativa al actual modelo de crecimiento económico sino que es la única opción factible para no llevar al colapso a las sociedades occidentales y dar así una oportunidad a otras sociedades. El crecimiento económico, basado en el consumo de recursos naturales no renovables para el desarrollo de las economías de los países ricos, es hoy insostenible ecológicamente. Hemos superado con creces los límites ecológicos del planeta: la capacidad de regeneración de los recursos naturales está amenazada por nuestro crecimiento y desarrollo económico. Concretamente, por un modelo económico depravador y suicida basado en la ilusión de un crecimiento ilimitado independiente de los límites de la propia ecología. Una economía desligada de la ecología del planeta. Ese grado de independencia del sistema económico está detrás de la explotación irracional del medio ambiente con fines económicos sin reparar en las consecuencias devastadoras para los ecosistemas del planeta y para las generaciones futuras.

El planeta es un mundo finito. En un planeta finito no podemos crecer y crecer sin que en algún momento no se detenga dicho crecimiento. El crecimiento tiene un límite, llegado a ese límite, no podemos incrementarlo indefinidamente sin entrar en un colapso. Los movimientos decrecentistas son conscientes de este hecho:
El crecimiento económico debe respetar los límites ecológicos del planeta y debe estar supeditada a la disponibilidad y a las necesidades ecológicas del planeta. Debemos ser responsables del uso que hacemos de esos recursos naturales no sólo ahora sino también en el futuro. Adoptar una visión ecológica implica comprometerse con todo el ciclo desde la extracción hasta la regeneración de esos recursos naturales. Algo inviable en una economía basada en el crecimiento continuo e indefinido en un mundo finito.

El uso- o abuso- de los recursos naturales del planeta por parte de un sistema económico basado en el crecimiento continuo- y en cierta medida exponencial-  para promover un falso desarrollo de los países ricos del hemisferio norte a costa de la mayoría de la población de los países pobres del sur, nos lleva a cuestionar la consistencia de un sistema de creencias que nos aboca a la destrucción del planeta y a la propia autodestrucción. Hay que cuestionar el sistema de creencias que sostiene la ideología del crecimiento- y por consiguiente la del desarrollo-. Cuestionar esa ideología implica denunciar la forma de vida que hemos estado llevando durante decenios sin consecuencias para nuestro bienestar material. Y, ahí es, donde reside la clave: la denuncia activa de la forma de vida occidental, especialmente la norteamericana. El estilo de vida hiperconsumista, derrochador e individualista es el que ha consolidado y expandido la ideología del crecimiento, condenando a la extinción a otras formas de vida no occidental. El éxito de la ideología del crecimiento estriba en ese proceso de consolidación y expansión de ese estilo de vida primeramente en los países occidentales y posteriormente en los países emergentes y no occidentales, instaurándose como doctrina a seguir tanto para alcanzar ese estilo de vida como para mantenerlo. El decrecimiento quiere invertir esta tendencia no sólo del proceso de occidentalización del mundo sino sobre todo de la imposición de la ideología del crecimiento como la única que puede promover el desarrollo en los países pobres.

25 de agosto de 2011

Teóricos del decrecimiento

Vamos a hablar de los teóricos del decrecimiento más influyentes en el proceso de desarrollo del decrecimiento y en su posterior expansión en Europa, EE.UU y América Latina. En el desarrollo del decrecimiento han participado principalmente teóricos procedentes de Francia e Italia. Entre los principales teóricos franceses encontramos por este orden a Serge Latouche uno de los más conocidos teóricos del decrecimiento, François Schneider, Vicent y Denis Cheynet, Paul Ariès, Nicolas Ridoux o Bruno Clémentin. Entre los italianos Mauro Bonaiuti, principal figura del decrecimiento en Italia, Mauricio Pollante o Paolo Cacciari. Y, en España, el más destacado es Carlos Taibo, autores de varios libros sobre decrecimiento, y, autor del decrecimiento explicado con sencillez, objeto de análisis de este blog. Otros partidarios del decrecimiento en España son: Federico Demaría, Ramón Fernández Durán y Julio García Camarero.

Por sus trayectorias y sus aportaciones al desarrollo teórico del decrecimiento merecen ser tratados más extensamente en esta entrada: Serge Latouche, François Schneider, Vicent Cheynet, Nicolas Ridoux y Mauro Bonaiuti.

Serge Latouche es filósofo y economista francés nacido en Vannes en 1940. Estudio en la Universidad de Lille y la Universidad de París. Es profesor emérito de económicas en la Universidad de París- Sur- IX- . Es presidente de la Ligne d’Horizon y del Instituto de Estudios económicos y sociales del Decrecimiento Sostenible, fundado por Nicholas Georgescu- Roegen, donde edita la revista Decroissance junto a Casseurs dû Pub. Serge Latouche promueve activamente la objeción ante el crecimiento. Él se define a sí mismo como objetor del crecimiento. Ha contribuido como pocos a clarificar, desarrollar y a madurar el decrecimiento. A este desarrollo y posterior maduración contribuyó su viaje y estancia en África en los años 70. Serge Latouche pasó de posiciones marxistas ortodoxos a una crítica radical a las ideologías del desarrollo y del progreso tanto de derechas como de izquierdas. En 1982, fruto de esta maduración fundó con Allian Caillé el MAUSS (Movimiento AntiUtilitarista en las Ciencias Sociales) y la revista con su mismo nombre. Serge Latouche cuenta con una extensa obra en lengua francesa. Destacan obras como L’Occidentalisacion du Monde (1989), La Planète des  naufragés (1991), L’autre Afrique, entre don et marché (1998), Justice sans limites (2003) y Survivre  au développement (2004). Esta disponible en español dos libros: La apuesta por el decrecimiento: cómo salir del imaginario dominante (2008) y Pequeño trato sobre decrecimiento sereno (2009). Ambos de lectura obligatoria para introducirse en el mundo del decrecimiento. 


François Schneider es un economista francés y uno de los portavoces más activos del decrecimiento. Es investigador medioambiental en diferentes instituciones de países europeos como Portugal, Austria, Holanda, Francia o Estonia. Ha participado en numerosas conferencias y mesas redondas en diferentes países promoviendo la defensa del decrecimiento. François Schneider ha aportado al decrecimiento dos conceptos claves: el efecto rebote y el efecto debote.






François Schneider propone el efecto debote como contraposición al efecto rebote que se produce como consecuencia de la introducción de nuevas tecnologías más eficientes en substitución a las tradicionales que gastan más energía y consumen más recursos naturales. En vez de reducir la energía y el consumo de materias, la innovación tecnológica conduce a un mayor consumo, no a una mayor reducción como cabría esperar. Por el contrario, el efecto debote propone la combinación de tecnologías eficientes y un cambio en el estilo de vida – simplicidad voluntaria- . No basta con el desarrollo y la implementación de nuevas tecnologías eficientes que respeten el medio ambiente- tecnología ecoeficiente-  sino que se deben adoptar cambios en el paradigma de lo que entendemos por suficiencia y calidad de vida. Dicho de otro modo, la innovación que en el efecto rebote solo se focalizaba en los productos o en los servicios hacia los consumidores con el efecto debote pasa a centrase en el estilo de vida para lograr una reducción importante del consumo. 



Vincent Cheynet es uno de los decrecentistas más activos en Francia. Es director y responsable de redacción del periódico La Décroissance, periódico creado en 2003 en Francia para la divulgación del decrecimiento. Como periodista conoce de primera mano la influencia de los Mass- Media en la formación de la opinión pública: “Los periodistas son los que dicen que pensar”. Vicent Cheynet describe el crecimiento como una creencia moderna cuyos principios se consolidan gracias a los medios de comunicación. Para Cheynet, todas las sociedades tienen sus propias creencias, nuestra sociedad tiene como creencia el crecimiento. Asegura que los medios de comunicación el crecimiento se presenta como la única posibilidad. El crecimiento es nuestra única alternativa. Quizás, la explicación a este fenómeno es que los medios de comunicación dominantes en nuestra sociedad sobreviven gracias a la publicidad. De ahí que positivicen el consumo y presenten a quienes quieren prescindir de la publicidad como “publifóbicos”. En este sentido, Cheynet equipara el mundo de la publicidad con los sistemas totalitarios. Así, los medios de comunicación como difusores de un modo de vida devastador que evita la estructuración y el desarrollo del pensamiento.


 Nicolas Ridoux es un ingeniero francés nacido en Bron (Lyon) en 1973. Trabajó en el mundo de las finanzas en París durante un año y pasó a ocuparse de sistemas informáticos para los centros hospitalarios. Su cargo de director de ventas en esa empresa y los objetivos de crecimientos que se fijaban como objetivo lo condujeron a preguntarse el sentido de la filosofía del “cada vez más” que rige la cultura occidental y el mundo empresarial en particular, llevándolo a contactar con el movimiento del decrecimiento. Nicolas Ridoux es autor de “Menos es más” uno de los libros básicos e introductorios a la filosofía y a la práctica del decrecimiento publicados en España. En él, crítica la desmesura de la filosofía del “cada vez más” que promueve el crecimiento e invita al lector a convertirse en “objetor del crecimiento”.


Mauro Bonaiuti es profesor de economía en la Universidad de Módena y en la Universidad de Bolonia. Su interés por el vínculo entre economía y ecología lo llevó a realizar una tesis doctoral sobre bioeconomía convirtiéndose en uno de los principales estudiosos de la obra y del pensamiento de Nicholas Georgescu- Roegen. Es promotor del Movimiento Anti-Utilitarista en las Ciencias Sociales, la Red de Economía Social y la Red para el Decrecimiento Sereno, Pacífico y Unido de Italia. Él la define en una entrevista a la revista Setem como Gobierno mundial es una expresión que me inquieta, porque implica una concentración de poder, que es algo que estamos criticando. Sólo puedo ver en positivo algunas organizaciones internacionales, profundamente reformadas, que pongan límites, incluso a los estados, sobre algunas cuestiones específicas, como las finanzas, la circulación de capitales, los movimientos especulativos, el daño al medio ambiente, la explotación laboral…Es decir, que instauren límites precisos y compartidos por todos los estados a través de una especie de Constitución mínima, con principios mínimos aprobados y compartidos por la comunidad internacional. Pero esto no sería un gobierno mundial, sino un sistema multipolar”.

7 de agosto de 2011

Serge Latouche ¿Qué es el Decrecimiento? Segunda Parte

Vamos a mostrar 2 vídeos del filósofo y economista Serge Latouche, uno de los teóricos franceses del decrecimiento para esclarecer y ampliar el contenido del decrecimiento. Serge Latouche expone en ambos vídeos qué es el decrecimiento; qué relación guarda con el crecimiento económico; qué es la huella ecológica y la deuda del crecimiento; analiza el modelo de desarrollo neoliberal y sus efectos en el medio ambiente y, por último, plantea cómo será el mundo en el proceso de transición hacia una economía local, cooperativa y solidaria en unos decinios vista.




5 de agosto de 2011

Carlos Taibo: ¿Qué es el Decrecimiento?

El libro El decrecimiento explicado con sencillez de Carlos Taibo tiene como principal objetivo dar a conocer el término Decrecimiento al público no familiarizado con este concepto. ¿Qué es el decrecimiento? ¿Con qué conceptos se relaciona? ¿A qué se opone el decrecimiento? 

El decrecimiento no es un concepto sino un movimiento de contestación a la ideología del crecimiento económico. No existen teorías del decrecimiento como si las hay del crecimiento. El decrecimiento podemos definirlo como un movimiento político, económico y social favorable a una progresiva disminución de los niveles de producción y de consumo con el objetivo de reestablecer un nuevo equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, alterado por el proceso de industrialización y de urbanización, desde hace más de dos siglos, y entre los propios seres humanos.

El decrecimiento se asocia a otros términos como “acrecimiento”. Los movimientos decrecentistas han adoptado el caracol como logo distintivo en referencia a las palabras de uno de los impulsores del decrecimiento, Iván Illich, sobre la “lógica del Caracol”.

 
"El caracol construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una tras otra las espiras cada vez más amplias;después cesa bruscamente y comienza a enroscarse esta vez en decrecimiento, ya que una sola espira más daría a la concha una dimensión 16 veces más grande, lo que en lugar de contribuir al bienestar del animal, lo sobrecargaría. Y desde entonces, cualquier aumento de su productividad serviría sólo para paliar las dificultades creadas por esta ampliación de la concha, fuera de los límites fijados por su finalidad. Pasado el punto límite de la ampliación de las espiras, los problemas del sobrecrecimiento se multiplican en progresión geométrica, mientras que la capcidad biológica del caracol sólo puede, en el mejor de los casos, seguir una progresión aritmética" IVAN ILLICH.

El decrecimiento cuestiona el sistema económico capitalista y el modelo de desarrollo económico de los países del Norte que se fundamenta en un crecimiento ilimitado e insostenible que "consume" los recursos y las materias primas de los países del Sur, a un ritmo que no permite su regeneración, poniendo en peligro la salud del Planeta y el bienestar de las futuras generaciones. El decrecimiento se opone al crecimiento económico indefinido, a su mentalidad consumista, competitiva y productivista en particular y a la noción de “desarrollo sostenible” ya que desarrollo y sostenibilidad serían, hoy por hoy, incompatibles. Rechaza el objetivo de crecimiento económico en sí del liberalismo cuyo objetivo es “el crecimiento por el crecimiento”, promoviendo la objeción ante el crecimiento y el desarrollo irresponsable, y, apostando por políticas de codesarrollo entre el Norte y el Sur y por políticas de postdesarrollo que superen la ideología del desarrollo.

29 de julio de 2011

Síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez. 4 Parte

En esta última entrega de la síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez vamos a resumir los últimos capítulos- del 15 al 20- del libro. Estos capítulos son: Los movimientos por el decrecimiento; Cinco ejemplos de Ahora; Las crisis de principios del siglo XXI; Hitler como precursor y Sobre el término “Decrecimiento”.

En Los movimientos por el decrecimiento, los primeros movimientos que defendieron el decrecimiento surgieron en Francia y en Italia hace unos 10 años. La formulación teórica del decrecimiento se ha desarrollado en estos dos países pero una parte significativa de la práctica se ha registrado en el mundo anglosajón de la mano del movimiento de las llamadas Transition Towns. Las personas que optan por el decrecimiento las podemos agrupar en 4 grupos diferentes:
1-Sectores del movimiento ecologista.
2-Los libertarios.
3-Cristianos de base.
4-Personas que no mantienen vinculación alguna con los movimientos por el decrecimiento y han acabado por asumir conductas decrecentistas.

Por otro lado, son tres las preguntas que los trabajadores deberían hacerse. La primera es la relativa a cómo trabajamos. Las palabras explotación y alienación han desaparecido en el lenguaje de los trabajadores. Han sido sustituidas por la productividad y la competitividad. La segunda pregunta plantea para quién trabajamos. Y la tercera se refiere a qué producimos, no vaya a ser que con esa producción estemos explotando a muchos y cancelando los derechos de las generaciones futuras.

En Cinco ejemplos de Ahora, Carlos Taibo recoge 5 ejemplos en el que establece un debate sobre el decrecimiento.
1-El riesgo que aumente el hambre se extiende rápidamente en zonas hasta hace poco no afectadas por ella. El incremento de la demanda de alimentos por parte de economías en crecimiento como la china o la india y el encarecimiento de los costes del transporte o la aparición de los agrocarburantes. Sin negar la importancia de todos estos factores sobre el aumento del hambre, los gobiernos no mencionaban: los intereses de las grandes empresas transnacionales de la alimentación parecían decididas a obtener los máximos beneficios. Los gobiernos transferían dinero a los países pobres para que continúe el negocio de las transnacionales.
2-Deberíamos reducir el gasto energético. Eso entraría en confrontación con los intereses de las empresas privadas. Extraigamos una conclusión rápida: nuestros gobernantes defienden el bien común siempre y cuando no entre en colisión con los intereses de las empresas privadas.
3-Debemos planteamos qué tipo de transporte queremos. Si necesitamos un coche para uso privado o si deberíamos potenciar el transporte público.
4- Crítica a la alta velocidad ferroviaria española (AVE): esto lleva a Carlos Taibo a preguntarse por:
4.1- El destrozo medioambiental que provoca la construcción de las líneas ferroviarias.
4.2-Se pregunta qué hubiera ocurrido si los recursos destinados al AVE se hubiesen destinado a modernizar un sistema ferroviario convencional.
4.3-La desaparición de los trenes convencionales tiene como efecto principal la desertización ferroviaria o el deterioro de los servicios prestados a muchos pueblos y ciudades.
4.4-La alta velocidad ferroviaria exige la asignación de urgentes recursos para la construcción de líneas y trenes que van a ser disfrutados por una minoría de la población.
5- La escasez energética pretende suplirla con la energía nuclear. Para encarar la crisis hay que acometer dos grandes medidas: desplegar energías renovables y reducir los niveles de consumo.

En Las crisis de principios del siglo XXI, coexiste múltiples crisis. Si cada una de esas crisis es inquietante por sí sola, la combinación de todas ellas resulta explosiva. En las últimas décadas, se ha expansionado el proyecto neoliberal. A su amparo, han ido desapareciendo las normas que permitieron el control del capitalismo y facilitaron el asentamiento de los Estados de Bienestar. El auge neoliberal a partir de los años 80 se tradujo en agresiones frontales contra los Estados del Bienestar. Las reglas de este juego han sido abrazadas por los partidos socialdemócratas. La distinción entre neoliberales y socialdemócratas estriba que para los primeros debía cancelarse todo tipo de intervención pública en la economía para los segundos había que preservar determinadas intervenciones del estado encaminadas a garantizar derechos básicos y a corregir los excesos del capitalismo. Semejante distinción ha ido diluyéndose en la nada  en provecho del primero.

En este sentido, qué respuestas han suscitado esta crisis múltiple. Distingue tres:
1-La primera respuesta tiene su medida en los programas de rescate de instituciones financieros desplegadas por todos esos gobiernos. Al margen, no se procesa legalmente a las personas que condujeron al borde de la quiebra a muchas de esas instituciones financieras.
2-La segunda respuesta ha cobrado cuerpo en el seno de las fuerzas de izquierda que rechazan el modelo neoliberal pero no toman nota de la hondura de la crisis ecológica. Se asienta ante todo en la defensa de los Estados de Bienestar e interpreta que el capitalista es un sistema recuperable siempre y cuando vuelva a la regulación del pasado.
3- La tercera respuesta en la que se insertan buena parte de los defensores del decrecimiento. El capitalismo se halla inmerso en una irremediable corrosión interna. En esta posición se encuentran tanto quienes reclaman salir con urgencia del capitalismo como quienes prefieren esperar que el colapso del sistema abra los ojos a los ciudadanos. Su proyecto propone generar espacios de autonomía en un escenario de demanda expresa de decrecimiento y de cuestionamiento abierto de las formas de propiedades características del capitalismo.

En Hitler como precursor, en un libro de Carl Amery, Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI? Hitler como precursor se nos plantea que las políticas que abrazaron los nazis ochenta años atrás se vinculan con un momento histórico singular y por ello irrepetible. Amery sugiere que debemos estudiar con detalle esas políticas porque bien pueden reaparecer entre nosotros en los años venideros en los principales centros de poder político y económico. Éstos se lanzarían a preservar los escasos recursos del planeta en unas pocas manos a través de la marginación o el exterminio de buena parte de la población planetaria. Detrás de un proyecto de estas características se pueden apreciar riesgos graves. Hay quien habla de la posibilidad de una guerra mundial. El capitalismo excluyente arrastra una clara dimensión política: la de un proyecto que necesita mecanismos de represión y alienta relaciones tensas y conflictivas. Para contrarrestar esta pulsión propone: la autogestión, la democracia directa y la descentralización.

Y, por último, en Sobre el término decrecimiento, el término decrecimiento es un concepto que arrastra problemas. En algunos ámbitos la palabra crecimiento tiene una dimensión saludable y positiva por lo que a menudo resulta difícil entender que le otorguemos esa misma dimensión a un término como el decrecimiento. Sin embargo, ninguna de las opciones alternativas al término decrecimiento ha tenido éxito.

27 de julio de 2011

Síntesis del libro el decrecimiento explicado con sencillez. 3 parte

En esta tercera entrega de la síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez vamos a resumir los capítulos: ¿Qué podemos hacer?; Decrecimiento y Países del Sur; Salir del capitalismo; Las críticas al decrecimiento y La tecnología salvadora.

En ¿Qué podemos hacer? Antes de proponer cualquier tipo de práctica de acorde con el decrecimiento, vamos a mencionar 2 ideas importantes, a saber:
1- El decrecimiento es un proyecto que tiene que combinar por fuerza lo individual y lo colectivo.
2- La propuesta del decrecimiento se enfrenta a una sociedad competitiva y agresiva y pretende sustituirla por otra basada en la cooperación y la solidaridad.

Carlos Taibo menciona una serie de prácticas decrecentista que deberíamos tomar prestado. En total son ocho:
1-Hay que reducir el consumo, premiando el uso razonable de los recursos.
2-Hay que reducir los desplazamientos que implican un consumo importante de energía. En este sentido es preferible caminar y moverse en bicicleta que emplear el automóvil, como es preferible compartir este último antes que utilizarlo en solitario. El transporte público debe ser una prioridad.
3-Hay que alejarse de los medios de comunicación tradicionales y de las campañas comerciales que nos exhortan a comprar.
4-Hay que comprar productos generados en el ámbito local. Debemos pensar en lo que comemos y dedicar a la comida más tiempo, otorgándole una dimensión social de la que carece hoy día.
5-Hay que reutilizar y reciclar los bienes así como intercambiarlos y promover su donación en provecho de quienes los precisan.
6-Hay que huir del sistema bancario y buscar iniciativas locales y éticas de financiación y ahorro.
7-Hay que procurar consumir menos y disponer de más tiempo libre.
8-Hay que abrir nuevos espacios de autonomía que reduzcan las dependencias en todos los ámbitos. Pueden promoverse iniciativas vinculadas con el cooperativismo, las redes de consumo, los bancos de tiempo, las monedas sociales o los bancos de alimentos.

En Decrecimiento y Países del Sur, se debería aplicar el proyecto del decrecimiento en los países del Sur. La respuesta es No, Pero. Lo del no parece que se justifica por si solo, sin embargo, hay que justificar el pero: los habitantes de los países del Sur deben tomar nota de lo que hemos hecho mal, sino quieren repetir nuestros mismos errores. Si países como China y la India empiezan a alcanzar los niveles de consumo propios de las sociedades occidentales, pronto se hará evidente que la Tierra, con sus recursos, no podrá atender a las demandas correspondientes. Más razonable parece decrecer en producción y consumo en los países del Norte rico para de esta manera disponer de un argumento moral, que invite a pedir a otros conductas más moderadas y que huyan del hiperconsumismo.


Cuando se afirma que el crecimiento de los países ricos es vital, para que sigan creciendo los pobres, es ignorar una realidad muy diferente: la del expolio de los recursos humanos y materiales de los países pobres en provecho de los primeros y de la dependencia consiguiente de los países pobres con respecto a las decisiones de los países ricos que reducen a la nada su soberanía. Quienes cuestionan el proyecto del decrecimiento son aquellos que han propiciado el asentamiento de intercambios desiguales entre los países del Norte y del Sur y la dependencia de estos últimos.

En los países del Sur han empezado a manifestarse movimientos por el decrecimiento. Su origen es triple. Un primer origen lo constituyen los países que se hallan a mitad de camino entre el mundo opulento y el sur pobre. Un segundo origen se vincula con la existencia de gigantescas desigualdades en las sociedades del sur donde se aprecia los efectos nocivos del crecimiento económico. Y, un tercer origen que remite a la necesidad urgente de reavivar tradiciones autóctonas arrinconadas por el imperialismo y el colonialismo occidentales.

En Salir del Capitalismo, la propuesta del decrecimiento implica salir del capitalismo.  La urgencia de salir del capitalismo no sólo surge de las consecuencias de la propuesta del decrecimiento sino de la corrosión que acosa al propio capitalismo. Si bien el capitalismo ha tenido una gran capacidad de adaptación a los retos, esa capacidad está hoy en entredicho. En un mismo sentido, la eficacia innegable que el capitalismo demostró en el pasado parece haberse diluido rápidamente. Más allá de lo anterior, sobran las razonas para afirmar que el capitalismo es manifiestamente incapaz de encarar el problema de los límites medioambientales y de recursos de tal forma que la crisis ecológica se ahondará. La propuesta del decrecimiento pretende sustituir del capitalismo existente. Cualquier proyecto de contestación del capitalismo tiene que ser por fuerza decrecentista, autogestionario y antipatriarcal.

En las Críticas al decrecimiento, el proyecto del decrecimiento ha suscitado críticas. Podemos organizar estas críticas en 3 grandes posiciones:
1- Nace de los circuitos oficiales del sistema capitalismo. Se ignoran las aportaciones del movimiento decrecentista. En algunos casos, se reconocen buenas intenciones en el decrecimiento. Son críticos con el diagnóstico catastrofista del decrececimiento: muchos diagnósticos en el pasado no se han ajustado a la realidad, creen que el decrecimiento es literalmente irrealizable y que la aparición de nuevas tecnologías permitiran resolver los problemas que hoy se consideran inabordables.
2-Nace en el marco de determinados segmentos de la izquierda que se vinculan con el pensamiento de Marx.
3- La tercera posición crítica procede de la llamada izquierda insurreccionalista. Subrayan el caracter reformista del proyecto del decrecimiento que no aspiraría a otra cosa que "adelgazar" el capitalismo. Los sectores insurreccionistas parecen esperar un colapso del sistema capitalista que se verá acompañado de una revolución.

En La tecnología salvadora, el discurso oficial presenta a las tecnologías como solucionadoras de los problemas actuales. Al margen de esto, tenemos que preguntarnos si nuestro estilo de vida hiperconsumista y despilfarrador nos hace realmente felices y justifica que decidamos arriesgarnos aún a costa de poder perderlo todo. Pero conviene llamar la atención sobre varias circunstancias que rodean el debate sobre la tecnología: El desarrollo y el despliegue de tecnologías visiblemente dañinas para el medio ambiente y la inversión en tecnología de alto nivel cuya dimensión social es nula.

22 de julio de 2011

Síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez. 2 Parte

En esta segunda entrega de la síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez de Carlos Taibo vamos a resumir los capítulos del 6 al 10, ambos incluidos. Estos capítulos que aludimos son: Crecimiento, Consumo y Bienestar; La propuesta del decrecimiento; El arraigo de los Principios del decrecimiento; Menos complejos, menos urbanos y Decrecimiento y Demografía.

En Crecimiento, consumo y bienestar, la renta per cápita en EE.UU. hoy es tres veces superior a la que registraba al terminar la Segunda Guerra Mundial. Y, sin embargo, el porcentaje de norteamericanos que confiesa ser cada vez menos feliz ha ascendido. No obstante, en estadios inferiores del desarrollo la disposición de dinero es vital y guarda una relación estrecha con el bienestar. Parece demostrable que dejados atrás esos estadios iniciales del desarrollo el consumo excesivo es un indicador de infelicidad más que una señal de bienestar. Por otro lado, damos por descontado que cada nueva generación vive mejor que la anterior. Aunque esta percepción tiene su fundamento, parece que se acumulan argumentos que concluyen que ha dejado de servirnos. En un terreno parecido, cada vez hay más gente que no añora la vida de antes y que no hay ningún motivo para idolatrar el crecimiento económico. En los últimos decenios hemos asistido a la consolidación de 2 hechos singulares: los obreros de antaño se han transformado en algo diferente: aunque presumen de su rechazo al capitalismo prefieren ignorar que sus prácticas de consumo son las de la burguesía al tiempo que prefieren olvidar su incapacidad para abandonarlas. Y, un segundo hecho es que mientras los niveles de consumo son altos, la pobreza se ha ido extendiendo.

En La propuesta del decrecimiento, es importante formular 2 precisiones en relación con la propuesta del decrecimiento:
1- No se trata de llevar a cero los niveles de producción y de consumo: se trata restaurar el equilibrio con el medio ambiente que la industrialización, la urbanización y el colonialismo ha roto.
2- El proyecto del decrecimiento no es un proyecto “puritano”. En la propuesta de crecimiento se reivindica una vida social frente a una vida marcada obsesivamente por el consumo, la productividad y la competitividad que nos ofrece en nuestra sociedad.

Hay que señalar que la propuesta del decrecimiento no se agota en la demanda de la reducción en los niveles de consumo y de producción en el norte. Implica la defensa de principios y valores muy diferentes de los que impera hoy. Vamos a enumerarlos:
1- La primacía de la vida social frente a la lógica de la producción, el consumo y la competitividad. Es difícil que eso suceda sino se sale del capitalismo.
2-  El decrecimiento acarrea una crítica a la mayoría de las formas de ocio vinculados con el consumo y con el dinero. Apuesta por un ocio creativo.
3- El reparto del trabajo.
4- El establecimiento de una renta básica de ciudadanía para atender a los problemas, que se revelarán cuando se aplique un programa de decrecimiento.

5- La reducción del tamaño de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte.
6- La recuperación de los elementos de la vida local frente a la lógica de la globalización. Esa recuperación se debe asentar en la descentralización y la descomplejización y debe traducirse en un renacer de la vida rural frente a las megalópolis.
7- En el terreno individual, la sobriedad y la sencillez deben presidir la vida. No está de más incluir en este apartado la defensa de la lentitud como elemento articulador de la vida social.

En El Arraigo de los principios del decaimiento, los principios y los valores del decrecimiento los podemos encontrar en el pasado y en el presente actual:

1- Muchos de esos principios y de esos valores los podemos ver en las prácticas del movimiento obrero de siempre.
2- Un segundo ámbito de la filosofía del decrecimiento es el que aporta la llamada economía de cuidados. Protagonizada por mujeres fundamentalmente, se manifiesta a través del cuidado de niños y ancianos. Se asienta en la gratuidad y en la entrega y tiene una honda dimensión ecológica.
3- La propia institución familiar refleja la influencia de los principios y los valores del decrecimiento. En la institución familiar impera la lógica del don, del regalo y de la gratuidad.
4- Los abuelos han hecho gala de una austeridad y de una búsqueda del saber vivir.
5- Muchos de esos pueblos que nos empeñamos en descalificar como primitivos y atrasados, sin embargo, su primitivismo y atraso los sitúan muy por encima de nosotros en lo que hace referencia a la vida social y al respecto al medio ambiente.

En Menos complejos, menos urbanos, detrás del decrecimiento es fácil de apreciar la influencia de 2 grandes proyectos:
1- Sociedades menos complejas: Empecemos por la descomplejización: las sociedades capitalistas han tendido a perfilar sociedades cada vez más complejas. La dependencia de estas sociedades a factores externos ha sido cada vez mayor y la posibilidad de sortear estos factores resulta ser cada vez más reducida.
2- Cuestionamiento de las virtudes que se atribuyen a las ciudades y reclama la vuelta al mundo rural. Parece que hubiera empezado a desvanecerse todo aquello que atrajo a las ciudades a tanta gente del campo.


En Decrecimiento y demografía, el proyecto del decrecimiento incluye una dimensión demográfica. Si en términos generales afirmamos que vivimos en un planeta con recursos limitados, no tiene ningún sentido crecer ilimitadamente. Este mismo argumento debe aplicarse a  la población. En el discurso oficial se nos repite que el problema demográfico se halla en vías de solución: habrá una reducción en el ritmo de crecimiento de la población que conducirá a su estabilización entorno  a los 10000 – 12000 millones de habitantes. Es preciso señalar que el problema que nos planteamos no es estrictamente demográfico sino que remite a cómo construimos nuestras sociedades desde el punto de vista político, económico, social o ecológico. A la pregunta cuántos seres humanos pueden vivir en el planeta hay que responder con un depende. Depende de cuál sea el modelo de ser humano que tomemos en consideración.
Mas allá de esto, resulta evidente que la propuesta del decrecimiento tiene que traducirse en activas políticas de control de la natalidad. Esas políticas de control no deben guardar ninguna relación con un proyecto de exclusión, y en su caso de exterminio, de una buena parte de la población mundial.

21 de julio de 2011

Síntesis del libro El decrecimiento explicado con sencillez. 1 Parte


Como es algo habitual, vamos a sintetizar los diferentes capítulos del libro, El decrecimiento explicado con sencillez, y, a presentarlos en sucesivas entradas del blog para facilitar la lectura. En esta primera entrega, vamos a resumir los 5 primeros capítulos del libro- de un total de 20-.  

Los capítulos de esta primera entrega son: ¿Tan bueno y saludable es el Crecimiento Económico?; El hechizo de las Grandes cifras; Las miserias del Producto Interior Bruto; Las Grandes Problemas de Principios del siglo XXI y La Huella ecológica.

En ¿Tan bueno y saludable es el Crecimiento Económico? existe la creencia extendida que "dónde hay crecimiento económico hay cohesión social, los servicios públicos están asentados, la pobreza desaparece y, en fin, la igualdad gana terreno." Aunque no podemos negar que en algunos momentos se han derivado consecuencias positivas del crecimiento económico, lo que hay que preguntarse, es, si lo que pudo ser verdad en el pasado, sigue siéndolo en el presente o si el crecimiento es el principal problema que tenemos hoy.

Carlos Taibo cuestiona las virtudes que se atribuyen al crecimiento económico, recogiendo una docena de hechos:
1- El crecimiento económico no genera cohesión social.
2- El crecimiento no se vincula con la creación de puestos de trabajo y no permite reducir el paro.
3- El crecimiento económico implica agresiones medioambientales irreversibles. La preservación del nivel de vida de los países ricos ha supuesto agresiones contra el medio natural de los países del sur.
4- Una consecuencia del crecimiento económico es el agotamiento de recursos naturales.
5- Señalar que el crecimiento económico de los países ricos depende del expolio de los recursos humanos y materiales de los países del Sur. Nuestro bienestar nace de una dramática reducción de los derechos de los habitantes de los países pobres.
6- El crecimiento nos conduce a un modo de vida esclavo. Tendemos a pensar que seremos más felices cuantas más horas trabajemos, más dinero ganemos y más bienes consumamos. Hay una falsa identificación entre consumo y felicidad y bienestar.

 En El hechizo de las grandes cifras, las grandes cifras muy a menudo son fuente de engaños y manipulaciones. Carlos Taibo pone 2 ejemplos donde identifica estas trampas que rodean a los indicadores económicos. El primero hace referencia al estudio de los sistemas de transporte de EE.UU y China del premio nobel Wassily Leontieff en los años 70. Leontieff comparó ambos sistemas y calibró cómo esos sistemas de transporte satisfacían las necesidades reales de la población. El sistema chino satisfacía más las necesidades de sus ciudadanos que el sistema americano. El segundo hace referencia al gasto sanitario anual per cápita entre Cuba y EE.UU. Por cada dólar per cápita que se destinaba a la sanidad cubana se desembolsaban algo más de 20 dólares en EE.UU. Pese a ello, las cifras cubanas en materia de esperanza de vida al nacer y mortalidad infantil resultaban ser muy similares a las norteamericanas. Esto demuestra que si se dedica 20 veces más recursos que otro a determinadas actividades no se obtiene resultados superiores.
                                                            
En Las miserias del Producto Interior Bruto, los indicadores económicos que el sistema capitalista maneja, lo que contabiliza como crecimiento, es todo aquello que supone producción y gasto. El indicador por excelencia es el Producto Interior Bruto (PIB). En los indicadores oficiales, se da por descontado que la distribución de la riqueza es equitativa, de manera que, se identifica en el PIB un termómetro decisivo para evaluar los niveles de vida y de salarios de los ciudadanos de un país. Es inevitable que, hayan proliferado instrumentos de medición alternativos, que toman en consideración los aspectos olvidados por los indicadores oficiales. Un ejemplo es el índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES) que recoge una veintena de aspectos ignorados por el capitalismo.

En Los grandes problemas de principios del siglo XXI,  los grandes problemas del siglo XXI son - para Carlos Taibo-:
1-El endurecimiento de las condiciones de trabajo: Como resultado del proceso de globalización se ha registrado en todo el planeta, un endurecimiento de las condiciones laborales. Detrás de ese endurecimiento es fácil apreciar la influencia de 2 grandes mitos: Productividad y Competitividad obedecen a los intereses empresariales y son los fundamentos principales de una globalización que se desentiende de los problemas sociales y medioambientales.
2- La pervivencia de la relación Norte- Sur: La relación entre el Norte y el Sur sigue marcando la vida del planeta. Su efecto principal es la existencia de enormes diferencias entre ambas partes. Existe un intercambio desigual y una dependencia del Sur con respecto a los intereses de las grandes empresas transnacionales del norte.
3- El agotamiento de las principales materias primas energéticas: Estas materias se hallan en rápido proceso de agotamiento con lo cual es evidente que empezarán a escasear y sus precios subirán. Fuera del ámbito de las materias primas los problemas no faltan. Por ejemplo, los niveles de agua potable por habitante se reducirán en un tercio en los próximos veinte años y caerán a la mitad de los actuales de aquí a 40 años.
4- El cambio climático: El último de los grandes problemas es el cambio climático. Los signos del cambio climático son varios. El primero es un ascenso de las temperaturas en el siglo XXI entre un 1,4 y un 5,6ºC. El segundo es la subida del nivel del mar. En este caso los pronósticos anuncian un ascenso entre 20 y 88 cm en el siglo XXI. Por otro lado, un informe encargado por el Pentágono identifica diferentes consecuencias: escasez de alimentos, descenso de la cantidad del agua dulce y acceso limitado a las materias primas estratégicas debido al deshielo y a las tempestades. Las migraciones que muchos de estos procesos pueden generar serán enormes.

En La huella ecológica, la huella ecológica mide la superficie que necesitamos para mantener las actividades económicas hoy existentes. Todos los estudios concluyen que el crecimiento imparable de la huella ecológica se debe a que los países del norte viven muy por encima de sus posibilidades. Por decirlo de una manera, desde el siglo XVIII estamos acrecentando sin pausa nuestra deuda ecológica. Si en 1960 empleábamos el 70% del planeta, en 1999 hacíamos lo propio con un 120% y el 2050 lo haremos con un 200%. La huella ecológica remite directamente a un problema: los límites medioambientales y de recursos del planeta. Ante este escenario, es conveniente rescatar 2 opiniones de Cornelius Castoriadis. Respecto a la primera, Castoriadis confesó su perplejidad ante un hecho: quienes piden reformas son tildados de soñadores, y en cambio, nuestros dirigentes políticos se nos presentan como personas ecuánimes que tienen respuestas objetivas a todos los problemas. El segundo, Castoriadis consideraba que ante una situación tan preocupante como la que se nos viene encima deberíamos actuar como lo haría un padre de familia diligente. Él definía a ese padre de la siguiente manera “Ese padre sólo podrá reaccionar- parece- de una manera: colocando a su hijo en manos de los mejores médicos para que determinen si el diagnóstico se ajusta o no a la realidad. Lo que no podrá hacer, en cambio, es quedarse cruzado de brazos sobre la base de la idea de que, si es posible que su hijo tenga una gravísima enfermedad, también es posible que no la tenga… ”.