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1 de octubre de 2015

La trampa de la deuda: vídeo explicativo

La trampa de la deuda es el segundo vídeo de la trilogía Las raíces profundas de la crisis financiera mundial. En él, el catedrático emérito de economía Bernd Senf desenmascará el proceso de creación de la deuda en el actual sistema monetario. 


21 de septiembre de 2015

Aclarando conceptos básicos: Qué es el dinero y la deuda.

¿Qué es el dinero? Etimológicamente, el término dinero procede de la palabra latina denarius que era el nombre de una moneda romana. El dinero es un activo o un bien aceptado como un medio de pago en los intercambios comerciales. Además, el dinero es una "unidad de cuenta" y un "depósito de valor". El dinero se crea en los actuales sistemas económicos a través de dos maneras: dinero legal, creado por el Banco Central mediante la acuñación de monedas e impresión de billetes, es el dinero en efectivo. Dinero bancario, creado por los bancos privados mediante "en cuenta de los créditos como depósitos de los clientes prestatarios, con un respaldo parcial indicado por el coeficiente de caja." Hoy en día, el dinero bancario se crea electrónicamente. La cantidad de dinero creado es medida mediante los agregados monetarios. La forma de creación y control de la cantidad de dinero se inspira en la teoría monetarista. El dinero debe estar avalado por una entidad emisora como los gobiernos de los Estados a través de sus leyes y  los bancos centrales y las casas de las monedas a través de la regulación y del control de la política monetaria de un país, los primeros, la creación de monedas y billetes según la demanda, los segundos. El dinero debe estar respaldado en principio. Históricamente, ha sido respaldado en metales preciosos- sobre todo el oro- o más recientemente, en divisas extranjeras. Pero, ninguno de estos medios es seguro porque su valor está sujeto a la oferta y a la demanda tanto para los metales preciosos como para las divisas. Actualmente, el dinero no está respaldado por ningún activo tangible. A este dinero se le denomina Dinero fiduciario.

¿Qué es la deuda? La deuda podemos definirla como la obligación de devolver el préstamo en unas determinadas condiciones y en unos plazos pactados. La deuda no hay que confundirla con la cantidad prestada sino más bien la deuda es la obligación de devolver el dinero en el plazo acordado por las dos partes y con el tipo de interés fijado en las condiciones del préstamo, la cantidad adeudado es la suma del dinero solicitado más intereses. La deuda se utiliza para disponer de manera inmediata de algo que no se tiene, contrayendo la obligación de devolverla en unas determinadas condiciones. Esto permite hacer frente a gastos o inversiones. La deuda obliga a la devolución de lo prestado en las condiciones pactadas. Las condiciones más habituales son tener un plazo definido y un tipo de interés fijo. La deuda en sí no tiene porque generar problemas. El problema principal es la capacidad de endeudamiento, que es la capacidad para generar ingresos suficientes para pagar la deuda. Cuando se supera esa capacidad de endeudamiento hay diferentes opciones como tratar de renegociar la deuda, pedir otro préstamo para pagar la deuda o generar más recursos para aumentar nuestra capacidad de endeudamiento. Existen diferentes tipos de deudas en la economía de un país: la deuda pública es aquella que asume el Estado. Dicha deuda pública, a su vez, puede ser externa- cuando se paga en el extranjero, con moneda extranjera-, interna- cuando se paga en el propio país con moneda nacional-, consolidada - de carácter perpetuo que produce una renta fija- o flotante - con vencimientos a términos fijos o sujetos a un acuerdo-.

Dinero y deuda

5 de agosto de 2015

¿Quién se beneficiará de un sistema monetario con una moneda libre de interés y sin inflación?

¿Quién se beneficiará con un nuevo sistema monetario? es el título del tercer capítulo del libro Dinero sin inflación y tasas de interés de Margrit Kennedy. 

El cambio del sistema monetario, que hemos descrito en el capítulo anterior del libro, puede producirse, según Margrit Kennedy, por una, por todas o por una combinación de razones, a saber: 
  1. La acumulación de riqueza era frenada por guerras, revoluciones y/o colapsos económicos. 
  2. El colapso del sistema financiero.
  3. La existencia de una curva exponencial de crecimiento económico lleva al colapso. 

No obstante, en este proceso de cambio de sistema monetario "no es tanto que no vemos las ventajas que nos proporcionaría" cómo hacerlo para lograr este cambio "a partir de la posición en la que nos encontramos." Para visualizar el cambio de sistema monetario, vamos a detenernos primeramente en las ventajas del nuevo sistema monetario y posteriormente en los fallos del sistema monetario actual. 

¿Cuáles son los beneficios del nuevo sistema monetario? Los beneficios son:
  1. Eliminación de la inflación.
  2. Mayor equidad social.
  3. Descenso del desempleo.
  4. Disminución de los precios.
  5. Auge inicial económico.
  6. Economía estable.
¿Cuáles son los fallos del actual sistema monetario? El monopolio de la impresión del dinero lo tiene el Gobierno. Para introducir cualquier nuevo sistema monetario debe ser apoyado por el propio Gobierno. La introducción de una moneda libre de interés y sin inflación tiene dificultades. En primer lugar, el Gobierno tiene que reconocer que el sistema monetario actual es poco equitativo. Por otra parte, es difícil hacer entender por qué es más conveniente incorporar una "tasa por uso" sobre el dinero que continuar con el mecanismo de los intereses. En segundo lugar, los gobiernos actúan sobre los síntomas de los fallos del sistema monetario actual, aplicando soluciones de emergencia, pero no, actuando sobre las causas. Esta situación empeora cuando nos acercamos a la fase de aceleración de la curva de crecimiento exponencial del sistema monetario actual. En tercer lugar, en la actual economía, si perjudicamos a un sector de la economía, "provocaremos desórdenes no sólo en dicho sector sino en los demás." Si aumentamos las deudas e intereses del Gobierno, una mayor cantidad de dinero irá a parar a manos de los ricos. Al mismo tiempo, los trabajadores tendrán menos dinero a su disposición para consumir, incidiendo finalmente en el trabajo. En el nuevo sistema monetario, con una moneda libre de interés, contribuiría a reducir el aumento de la deuda y la concentración de la riqueza, a su vez, aseguraría el intercambio de bienes y servicios en el marco de una economía de mercado. En cuarto lugar, los países del Tercer Mundo se llevan la peor parte de nuestro sistema monetario. Fuertemente endeudadas, se ven obligadas a vender sus materias primas para hacer frente a sus deudas. Sus recursos no son utilizados para el desarrollo de sus países sino para hacer frente a las obligaciones financieras frente a los acreedores extranjeros. Este círculo vicioso impide la salida de la pobreza de esos países. En cuarto lugar, los que operan con el sistema monetario actual "saben que no puede durar, pero ignoran la existencia de una alternativa posible o se resisten a ella." Los bancos han ganado una parte de la riqueza nacional, en parte por las bajas tasas de interés, que ofrecen mayores beneficios a los bancos, pero, al mismo tiempo, a una mayor especulación con el dinero. Los bancos no están interesados en debatir cómo funciona el sistema monetario ni las tasas de interés. Apoyar un sistema monetario libre de intereses "estarían yendo a la raíz de uno de los problemas económicos más acuciantes del mundo" y cuestionaría el papel central del interés en el sistema monetario.

¿Cuáles serán las ventajas de las que se beneficiará el país o región que introduzca este nuevo sistema monetario basado en una moneda libre de interés? El país/región que introduzca esta reforma monetaria vería un aumento de su riqueza y bienestar, de una mayor justicia social y de una mayor protección del medio ambiente. La posibilidad de invertir y de producir sin tener que pagar intereses no sólo haría descender los precios de los bienes y servicios de los países o regiones, que introdujeran el nuevo sistema monetario, sino que crearía una enorme ventaja para sus industrias y productos que ahora compiten en el mercado internacional. Los bienes y servicios podrían venderse a precios más bajos. Llevaría a un auge económico a los países/regiones que fueran los primeros en introducir el dinero libre de intereses. Este cambio de sistema monetario no pondría en peligro el medio ambiente: "Muchos productos y servicios que actualmente no pueden competir en el mercado de dinero súbitamente viables. Entre éstos se encontrarían muchos productos ecológicos, proyectos sociales y emprendimiento artísticos." La diversificación de la economía beneficiaría al medio ambiente. Con el florecimiento de la economía, se reduciría el desempleo y se frenaría el aumento de los impuestos. Como ocurrió en el caso de la ciudad austríaca de Wörgl, que hemos comentado en el capítulo anterior del libro, sería posible que coexistiesen dos tipos diferentes de sistemas monetarios. Se podría conservar el sistema monetario actual e introducir el nuevo. De esta manera, "la moneda nueva se usará lo más posible, que es exactamente lo que pretendemos. La moneda vieja se conservará y utilizará en la medida en que sea necesario."

En el nuevo sistema monetario habrá numerosos colectivos que se beneficiarán de su implantación:
Los ricos serían el primer colectivo que se beneficiaría del cambio de sistema monetario. Los ricos se benefician del actual mecanismo de la redistribución de la riqueza del sistema monetario.
"¿Permitirá el 10% de la población que se beneficia actualmente con dicho mecanismo que se introduzca la menor modificación que elimine sus posibilidades de percibir ingresos sin trabajar, sustrayéndolos a la gran mayoría de la gente?" La respuesta es que lo harán si "toma conciencia de que la "rama sobre la que está sentado crece en un árbol enfermo" y que existe un "árbol sano alternativo" que no se derrumbará tarde o temprano como áquel." El cambio a un nuevo sistema monetario libre de interés implicaría una "evolución social" y, en estas circunstancias, los ricos dejarían de ganar dinero que se genera de los intereses, pero a cambio habría "una moneda estable, precios y posiblemente impuestos más reducidos." Preferirán privilegiar la seguridad por encima de su patrimonio, ya que "tendrán suficientemente para sí mismos." En el nuevo sistema monetario se eliminarán los intereses y la inflación, lo que supondrá una reducción de los precios de todos los bienes y servicios como también de los impuestos. En definitiva, quién puede vivir de su propio capital también lo estará con el cambio de sistema monetario.
Los pobres también se beneficiarían con un nuevo sistema monetario. Rompería con el sistema de redistribución de la riqueza que el sistema de interés consagra y que transfiere la riqueza de los pobres hacia los más ricos. La abolición de este sistema monetario y su substitución por otro, libre de interés, acabaría con la transferencia de riqueza de los pobres a los ricos. Y, se podría hacer frente a la pobreza y a las desigualdades.
Un tercer actor que se beneficiaría, sería el comercio y la industria. En una economía libre de intereses e inflación los precios de bienes y servicios estarían regulados por la oferta y la demanda: "Lo que desaparecería es la distorsión del mercado libre por el mecanismo de los intereses." Respecto al sector industrial, las empresas pequeñas o medianas no deberán endeudarse para poder expandirse y quedar atrapada en el sistema de intereses e intereses compuestos porque no pueden beneficiarse "con las economías de escala ni capitalizarse en base a sus propios capitales." En el nuevo sistema monetario, el capital tendrá la función de "subvenir a las necesidades de la economía." Deberá ponerse a nuestro servicio.
Los cuartos beneficiarios serán los agricultores. Los efectos del interés sobre la agricultura, constituye un buen argumento a favor del nuevo sistema monetario. La agricultura es una industria basada en la ecología. Los procesos ecológicos siguen una curva de crecimiento natural. Puesto que la naturaleza no puede aumentar como el capital, la industrialización de la agricultura ha creado numerosos problemas. La introducción de un sistema monetario libre de interés sería vital para la supervivencia de este sector: "Los préstamos libres de intereses, combinados con reformas agrarias e impositivas, daría posibilidad a gran número de personas de retornar a la vida rural."
Los quintos beneficiarios serían la ecología y el mundo artístico. El crecimiento económico actual sostenido a lo largo del tiempo revierte en agotamiento de los recursos naturales. En el sistema monetario actual, nos precipitamos hacia un colapso económico pero también ecológico. La concentración de capitales en pocas manos crea presiones a favor de inversiones de riesgo. En la medida que cualquier inversión, deba competir "con el poder que tiene el dinero de producir más dinero en el mercado de capitales, será difícil implementar la mayor parte de inversiones ecológicas en gran escala, cuyo fin es instaurar una economía nacionalizada." Si se aboliese el interés, cualquier "inversión ecológica" no supondría ningún endeudamiento. El cambio del sistema monetario ofrecería una motivación para la protección del medio ambiente y la promoción de energías renovables. Ya no haría falta que el capital estuviera un rendimiento elevado "para abonar los intereses, se reduciría considerablemente" la sobreproducción y el exceso de consumo. Disminuiría los precios. La gente podría escoger entre dejar su dinero en su cuenta de ahorro o invertirlo en otros fines como la cultura o el medio ambiente. De este modo, "el arte y la ecología no tardarían en volverse económicamente viables." Actividades, que antes no resultaban rentables, ahora sí que lo serán.
Por último, las mujeres serían el último colectivo beneficiado por el nuevo sistema monetario. Las mujeres han protagonizado una lucha a favor de la igualdad de género. También, por la igualdad económica. Protagonizando un cambio en el sistema financiero en el que puede existir personas que puedan ganar dinero sin trabajar- gracias al interés y al interés compuesto- mientras que otros tienen que trabajar en su lugar. En muchos casos, una mujer. Las mujeres se llevan la peor parte del sistema monetario actual. La introducción de un sistema monetario libre de interés cambiaría sus vidas: "Por esta razón, pienso que un elevado porcentaje de mujeres abogará a favor de un medio de intercambio más equitativo. Ellas saben por experiencia lo que es la explotación. Con la instauración del nuevo sistema, es probable que se involucren más en actividades inversionistas y bancarias, pues comprenderán que se trata de hacer funcionar un sistema favorable a la vida, no destructivo como el actual." Habría un cambio en el concepto de poder. En la mujer, el poder es algo "vivido" y "compartido". Un sistema monetario que se expandiría para responder a las necesidades de las personas y se detendría cuando éstas hayan sido cubiertas.

sistema monetario libre de interés


21 de noviembre de 2013

La crisis del euro: la experiencia islandesa, ¿Qué nos puede aportar?

En el decimocuarto capítulo, Otra visión sobre la crisis del euro: se acaba la "partida de Monopoly", Elvira Méndez ofrece una perspectiva de la crisis desde la experiencia islandesa. Con la intención de vislumbrar las verdaderas causas del crash financiero y económico que amenaza con dinamitar el proyecto de integración europea.

La crisis empieza hace cuatro o cinco años, en 2007- 2008. La burbuja inmobiliario y crediticio pincha en 2007. La bancarrota del banco Lehman Brothers en 2008 señala el fin del ciclo de expansión crediticia y monetaria en EE.UU. Miles de americanos dejan de pagar sus créditos. El mercado interbancario se congela, el circuito del crédito se interrumpe y los inversores se retiran. Comienza la crisis financiera en América y en Europa. La crisis financiera se convierte en una película de terror que tiene su primer estreno en Islandia:"Tras intentar en vano conseguir ayuda de otros gobiernos y países amigos y bancos centrales para rescatar su sistema financiero, Islandia no tendrá otra alternativa para evitar la bancarrota de la nación que adoptar la llamada ley de emergencia. Esto supone que no hay un rescate indiscrimado de los bancos; sólo se recapitalizan los depósitos situados en territorio islandés. La deuda externa será asumida por los acreedores y los bienes de los bancos se destinarán a reembolsar los depósitos situados fuera del territorio".

Al igual que en Islandia, la crisis financiera se transforma en una crisis económica en Europa. La causa de la crisis es un exceso de dinero (o deuda creada) por los bancos y por las entidades financieras. El exceso de deuda, combinada con la crisis, deja en números rojos los balances de los bancos. Los bancos se han aprovechado de una época de crédito fácil a bajo interés y han otorgado de forma desmesurado e irresponsable créditos a particulares y empresas. ¿De dónde proviene esa cantidad de dinero? No se sabe. Lo que sí se sabe, es que la burbuja inmobiliaria retroalimenta este proceso de creación de la deuda: cuanto más se presta, más se gana. El euro y sus bajos tipos de interés no han hecho sino fomentar esta burbuja en los países periféricos de la UE. Los bancos se han implicado de forma "muy decidida" en la financiación de los estados. La deuda de los hogares y empresas es insostenible. No se puede pagar con los ingresos de la economía real. Como reconoce Elvira Méndez "esta ingeniería financiera basada en la continua creación de dinero- deuda da lugar a una estructura piramidal que se viene abajo al menor contratiempo" y añade "cuando los ingresos fiscales se desploman por la crisis, parece necesario desmontar el Estado del bienestar porque la alternativa, volver a una política fiscal más progresiva y sólida, no es políticamente rentable". Esta política de sobreendeudamiento ha sido fomentada desde las instituciones. Cuando llega la crisis, tanto en Islandia como en España, esta "ingeniería financiera" se desmorona. Y, con ello, la época del crédito fácil e indiscriminado se termina y los acreedores reclaman el pago de las deudas. Los inversores quieren salir de "esa estructura piramidal", que se ha creado y se ha venido abajo, y retirar sus ganancias a un lugar seguro.

El sector financiero es el sistema sanguíneo de nuestra economía, es fundamental que se actue desde el Estado. La bancarrota de un banco influye en todo el sistema, y por ello los gobiernos se ven obligados a intervenir rápidamente para evitar que el pánico de los ahorradores hunda el sistema bancario. Si muchos depositantes retiran sus ahorros al mismo tiempo llega la bancarrota. Como no existe el crédito interbancario, la única línea de crédito para ser la liquidez proporcionada por los bancos centrales, el BCE o los fondos de rescate europeo. Cuando se retira el gran capital especulativo de los mercados en Europa, la estabilidad del sistema financiera depende de los depósitos de los ciudadanos y de las garantías de los Estados con respecto a los fondos de garantía de depósitos. Esa deuda que está en los balances bancarios se convertirá en deuda pública al autorizarse diferentes medidas de ayuda a la banca como la recapitalización, el rescate o la nacionalización parcial o total.

Junto con el capitalismo financiero global, que mueve enormes cantidades de dinero de un país a otro, se hace patente los fallos de un proyecto de integración monetaria, aún sin finalizar. La creación de la moneda única "ha camuflado durante una década las diferencias de fondo entre economías muy diversas, garantizando una moneda estable y segura y facilitando los intercambios comerciales y bajos tipos de interés", pero estas diferencias crean "simetrías destructivas": mientras Alemania ahorra y exporta al resto de los países de la UE, su superávit comercial se incrementa. El BCE, creado a semejanza del Bundesbank alemán, tiene como misión principal controlar la inflación en la zona euro. Los países del sur, en lugar de ahorrar, importan productos alemanes, lo que incrementa día a día su déficit comercial. Ahora bien, cuando se viene abajo esta ficción, sobre la estabilidad y la solvencia del euro, y, las economías de los países del sur sufren dificultades, y necesitan recuperar sus exportaciones, mejorar su competitividad e inyectar más dinero en sus economías con tipos de interés más bajos, que promuevan el crecimiento o la inversión, resulta que ése no es el objetivo del BCE, que sigue la política monetaria alemana.

Los gobiernos y las instituciones financieras han promovido la creación del dinero, el endeudamiento a gran escala del sector privado y el libre flujo de capitales en el mundo. Como el sistema capitalista es cíclico,"el día en que se invierte la tendencia el sector financiero global desvela su faceta más destructiva. La combinación de la desregulación del sector financiero, la libre circulación de capitales en el mundo, la libre creación de dinero por los bancos y la rigidez de la zona euro, que ha privado a los países de su política monetaria autónoma sin ofrecer una solución europea, son armas autodestructivas". El problema fundamental, que está derrotando a la UE, es una crisis financiera de carácter sistémico causada por un exceso de deuda privada y pública y un sector financiero que ha usurpado el poder de la economía y "en el que el capital libre es el rey".

La creación de dinero con interés no es neutral sino que provoca crisis cíclicas. Mientras la economía crece a mayor ritmo que la deuda, todo va bien. Ahora bien, si el crecimiento económico es menor, se invierte el ciclo, estallan las burbujas y los activos pierden su valor en un mercado en recesión. ¿Qué sucede, entonces? "A lo largo de la crisis y a medida que los gobiernos e instituciones europeas han ido proveyendo de fondos a la banca privada, esa deuda se ha ido convirtiendo en pública". ¿Qué repercusiones tiene? La transformación de la deuda privada a pública impide el proceso de creación y de destrucción de los ciclos naturales del modelo capitalista que lleva consigo ciclos de expansión y de recesión o crisis. A esto hay que añadir la imposibilidad de tomar medidas en caso de crisis financiera en los países periféricos, por la adopción del euro. Esta rigidez del euro agrava el problema de la deuda. En palabras de Elvira Méndez: "El problema del euro es el euro en sí".

El euro ha supuesto el fin del sueño europeo- ¿espejismo?- que se ha convertido en una pesadilla. Los países de la periferia del euro, en recesión económica, han de pagar altos tipos de interés para colocar sus bonos. Mientras que Alemania se ahorra pagar "un sobrecoste y atraen fondos de particulares e inversores", todos los demás países tienen que endeudarse con fondos públicos para cubrir los pagos de intereses. A juicio de Elvira Méndez "se mire como se mire, en último término el capital europeo acude a los bancos alemanes". Y, añade: "Es lógica tal fuga de capitales si se piensa que, tal como está construidoel sistema de garantía de depósitos en Europa, donde la responsabilidad es nacional, es mejor colocar los ahorros en un país con 85 millones de habitantes que en un país como Malta, con 400.000 habitantes. Eso ha quedado claro con la crisis islandesa".

El sistema capitalista ofrece la solución de la quiebra y bancarrota, eliminando las deudas privadas, que no serán satisfechas, y recomenzar de cero. Sin embargo, el capitalismo financiero no regula la bancarrota pública. Cuando sucede, es imposible predecir sus consecuencias. La bancarrota bancaria o del Estado resulta "muy complicada" en Europa. En primer lugar, la solución de una bancarrota ordenada y la liquidación de entidades bancarias afecta a otros países. En segundo lugar, el proceso de bancarrota y quiebra es factible sólo para las sociedades limitadas. Y, en tercer lugar, al haberse desplazado la deuda de los bancos a los estados, no se plantea la quiebra de las entidades bancarias sino de los propios Estados y, en última instancia, el fracaso del euro y la unión monetaria.

En Islandia,"se cuestiona la obligación de rescatar a los inversores profesionales y los depósitos no domésticos con fondos del Estado tras una quiebra sistémca de su sistema financiero", sin embargo, la UE parece apostar por la dirección opuesta: el rescate de los bancos y, en último término, de países en dificultades. La experiencia islandesa ha sido respaldada por el FMI. Al eliminar la deuda, el Estado tiene un mayor margen de actuación para preservar su sistema de bienestar. Junto con una devaluación de su divisa, el dinero, que aportaría el Estado a la recapitalización del sistema financiero, se invierte en la economía real y no sale del país sino que circula sin cesar cambiando de manos.

¿Qué soluciones propone la UE? Las soluciones de la UE "se basan en el hecho de que dejar hundir al euro supone un coste aún mayor que rescatarlo". La lógica económica es la que se impone: "en verano de 2012 se propone profundizar la integración europea una mayor unión bancaria, una unión fiscal entendida como control del déficit público y unos fondos europeos permanentes de rescate complementarios al FMI". En una futura crisis financiera, se podría resolver "parcialmente" a la islandesa: los estados no estarían obligados a rescatar con fondos públicos a sus bancos y la armonización de la legislación concursal sobre quiebra y bancarrota ordenada para bancos y entidades financieras, dejando que las pérdidas sean asumidas principalmente por los acreedores.