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10 de diciembre de 2011

Ervin Laszlo: Emergencia global




 "La evolución de la conciencia planetaria es, sin la menor duda, un auténtico imperativo para la supervivencia humana en nuestro planeta. Resulta difícil, en su ausencia, imaginar cómo 7.000 millones de personas pueden vivir en paz... o simplemente sobrevivir. Parafraseando a Gandhi cabría decir: " Vive conscientemente, para que todos podamos vivir". 
(Espiritualidad y política, página 120)"




Emergencia global de Ervin Laszlo es el séptimo artículo del libro Espiritualidad y política.

Ervin Laszlo hace hincapie en la falta de sostenibilidad y en las inestabilidades de las sociedades humanas, en relación a los recursos de la Tierra y a las necesidades de los ecosistemas del planeta. Estas inestabilidades económicas, sociales y políticas junto a la falta de sostenibilidad ecológica de las sociedades humanas están poniendo en serio riesgo la viabilidad de la humanidad y del planeta como conjunto de sistemas vivos que interactúan entre sí. La inestabilidad e insostenibilidad de las actividades humanas ha llevado a una situación de emergencia global que debemos afrontar si queremos evitar una catástrofe global. Debemos actuar conjuntamente, promoviendo acciones globales coordinadas, y, debe existir una conciencia planetaria que respalde estas acciones. Esta conciencia planetaria no puede forjarse, mientras existan creencias, que obstaculizen la voluntad de emprender acciones globales, que nos enfrente a esa emergencia global. El ethos del mundo debe cambiar forzosamente.

¿Qué es una emergencia global? Una emergencia es una situación crítica que atraviesa un sistema cuando ha dejado de ser sostenible y ha entrado en un estado de inestabilidad que obliga a introducir cambios para que no entre en colapso. Una emergencia puede afectar tanto a sociedades humanas como a ecosistemas. Hablamos de una emergencia global, cuando los sistemas vivos del planeta entran en un estado de inestabilidad que los hace insostenibles. Para afrontar una emergencia global necesitamos emprender acciones globales coordinadas.

Las inestabilidades económicas y políticas de las sociedades humanas se debe principalmente a "su segmentación, polarización e incoherencia". Debido a estos niveles, la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado con el paso del tiempo y ha alcanzado magnitudes desproporcionadas. Vivimos en un mundo, donde mil millones de personas disfrutan del 80% del PIB Global mientras que cerca de 6.000 millones deben repartirse el 20% restantes. En la historia de la humanidad, nunca antes había conocido este balance entre quienes poseen la riqueza y quienes no poseen nada o más bien poco. Nunca hemos alcanzado este nivel de polarización y segmentación entre sociedades enriquecidas o prósperas- países occidentales, en su mayoría- y sociedades empobrecidos o pobres- países no- occidentales, también en su mayoría-. La pobreza no sólo reduce la calidad de vida de las personas sino que llega a poner en peligro su probabilidad de supervivencia. En el ámbito estrictamente económico, la inestabilidad se manifiesta en el balance entre la demanda humana de recursos y la oferta de recursos del planeta. La economía global se ha tornado inestable- e insostenible- porque la curva de la demanda humana excede a la oferta decreciente de recursos del planeta. Hemos consumido más recursos naturales, en éstas últimas 7 décadas, que en toda la historia de la humanidad. La capacidad del planeta para regenerarse está en serio peligro. El consumo global está a punto de alcanzar el límite máximo que puede soportar nuestro planeta. Hemos de reinvertir esta demanda que alimenta una economía insostenible - irresponsable y suicida- para ajustarla a una oferta que garantice la regeneración de esos recursos. Esta oferta debe guiarse por las necesidades de los ecosistemas y no por las necesidades de una economía consumista.

Además de las inestabilidades, las sociedades humanas no son sostenibles ecológicamente. Las personas necesitamos el suministro de agua potable, alimentos y aire limpio para sobrevivir. Estos recursos naturales están sobreexplotados o bien están contaminados. Al ritmo actual, no dispondremos de suficientes recursos para mantener a una población cada vez más numerosa. Otro aspecto crítico es los cambios en la composición química de la atmósfera. La concentración de oxígeno en la atmósfera se ha reducido y se ha incrementado el dióxido de carbono, y con ello, la tasa de gases de efecto invernadero. Esta acumulación de dióxido de carbono impide el mantenimiento del equilibrio de los ciclos de los ecosistemas. La ruptura de estos ciclos altera gravemente los procesos de regeneración de la naturaleza. Hemos de restablecer de nuevo la estabilidad de la biosfera para garantizar la supervivencia de la vida en el planeta.


¿Por qué hemos llegado a este punto de insostenibilidad e inestabilidad en las sociedades humanas? ¿Qué nos impide emprender acciones conjuntas de carácter global? El por qué y el qué tienen un mismo origen. Ese origen está en el propio ser humano: nuestra manera de pensar y consecuentemente cómo hacemos frente a los problemas que nos atenaza. Cómo bien apunta, Ervin Laszlo, utilizando una cita de Einstein, "no podemos resolver un problema con el mismo tipo de pensamiento que lo originó", no podemos resolver los problemas complejos de las sociedades actuales con el tipo de pensamiento que los ha creado. Hemos de transformar este tipo de pensamiento y  las creencias que lo sostienen y alimentan. Su persistencia ha impedido a la humanidad, el darse cuenta de la necesidad de emprender una acción global. Cuando somos capaces de transformar este tipo de pensamiento, estamos en disposición de cambiar la conciencia que lo ha contenido. Hemos de identificar qué creencias impiden el alumbramiento de una conciencia planetaria. Las creencias son la llave de la transformación de la actual conciencia basada en intereses nacionales hacia una conciencia planetaria basada en la interdependencia e interrelación de la humanidad. El fracaso -o el éxito- de la humanidad en unirse y comprometerse en proyectos globales, depende en gran medida del desarrollo de esta conciencia planetaria, sin la que no podrá ser viable nuestro futuro en la Tierra, y, sin la que no podemos hacer frente a esta emergencia global.

2 de diciembre de 2011

Leonardo Boff: Una revolución todavía por hacer

"¿Por qué es urgente que se incorpore esta revolución paradigmática? Porque ella nos proporcionará la base teórica necesaria para resolver los actuales problemas del sistema- Tierra en proceso acelerado de degradación. Nos permite ver nuestra interdependencia y mutualidad con todos los seres. Formamos, junto con la Tierra viva, la gran comunidad cósmica y vital. Somos la expresión consciente del proceso cósmico y responsables de esta porción de él, la Tierra, sin la cual todo lo que estamos diciendo sería imposible. Porque no nos sentimos parte de la Tierra, la estamos destruyendo. El futuro del siglo XXI y todas las COP dependerá de que asumamos o no esta nueva cosmología. Verdaderamente, sólo ella nos podrá salvar. "
(Espiritualidad y política, página 32)


Una revolución todavía por hacer del teólogo brasileño Leonardo Boff es el primer capítulo del libro Espiritualidad y política que vamos a comentar en este blog.

¿De qué revolución habla Leonardo Boff?¿Por qué urge este cambio de paradigma cosmológico? ¿Qué relación guarda esta necesidad de revolución y cambio paradigmático con la actual crisis global y con el futuro del planeta? ¿Cuál es nuestra responsabilidad en este proceso de cambio? En una revolución todavía por hacer, Leonard Boff intenta definir y trazar este proceso de cambio y de transformación del actual paradigma cosmológico dominante, heredado de la revolución copernicana, que introdujo la modernidad, a la par, que se produce un cambio y una transformación de nuestra conciencia individual y colectiva en una nueva conciencia planetaria, donde prevalezca la unión de los seres humanos entre sí, la unión de la humanidad con la Tierra, con el universo y con la energía que emana del Todo. Estamos hablando de una transformación de las mentes y de los corazones de los seres humanos, a partir de esa unión de mentes y corazones, se origina una unidad de mayor complejidad en el proceso evolutivo, que Leonardo Boff llama Noosfera. De este modo, puede iniciarse una nueva historia: la historia de la Tierra unida con la humanidad y con ello una revolución en la cosmología, en la forma de percibir y comprender a la humanidad, al universo y a la vida. Esta es la cosmovisión de Leonard Boff que vamos a desarrollar más extensamente en los siguientes párrafos.

Estamos ante una bifurcación trascendental para la supervivencia de la especie humana, del conjunto de seres vivos del planeta y de la Tierra como sistema- organismo vivo. Esta bifurcación la expresa Leonardo Boff a través de un mensaje claro y preciso:
"La actual crisis económica está colocando a la humanidad ante una terrible bifurcación: o sigue al G-20 que insiste en revitalizar a un moribundo- el modelo vigente del capitalismo globalizado-  que ha provocado la actual crisis mundial y que, si continúa, podrá llevarnos a una tragedia ecológica y humanitaria, o intenta un nuevo paradigma que coloque a la Tierra, la vida y la humanidad en el centro y a la economía a su servicio, y entonces hará nacer un nuevo estadio de civilización que garantizará más equidad y humanidad en todas las relaciones, comenzando por las productivas."
Veamos, cómo se desarrollo ese dilema entre continuar como estamos o cambiar la cosmovisión dominante en Una revolución todavía por hacer. Pues, empecemos por el comienzo de todo.

¿Cuál será el próximo paso? Esta es la primera pregunta que debemos plantearnos. El actual paradigma basado en la dominación de la naturaleza está agotado. Es un hecho. Hemos explotado los recursos naturales intensivamente estas últimas décadas de una manera irresponsable e insostenible. Indiscutiblemente, hemos de cambiar este paradigma de la dominación. Hemos de hacer frente a dos cambios fundamentales según Leonardo Boff:
  1.  Apostar por la exploración y el cultivo del capital espiritual frente a la explotación del capital material de la Tierra. La centralidad del capital espiritual reside en la vida, en el amor, en la relación con los otros y en la capacidad de trascendencia. 
  2. Dar paso al surgimiento de un ser humano con un capital espiritual inagotable. Descubrir ese capital espiritual inagotable en nosotros y empezar a organizar la vida y la sociedad a partir de él.
¿Cómo hemos llegado hasta esta situación de crisis? ¿A esta ruptura y transformación del paradigma de la dominación? La crisis actual- ecológica, sistémica, cosmológica- es y responde a una crisis de la humanidad. ¿Por qué? El origen de esta crisis subyace en un concepto pobre de la humanidad: sólo contempla su propio ego. La vida humana se desarrolla en condiciones óptimas cuando equilibramos el ego con el nosotros y la competición con la cooperación. Tenemos que guiarnos por un concepto de la humanidad más integrador. De lo contrario, siempre permaneceremos en crisis, que serán menos económicas y financieras, y más de humanidad.

¿Cuáles son los fundamentos de este paradigma cosmológico de la dominación? ¿Cuál es su motor? ¿Hay algo más implicado en esta crisis de paradigma? ¿Cuál es la alternativa a esta cosmología? La crisis del paradigma de la dominación subyace en la ruptura de la cosmología clásica que partía de una visión mecanicista y antropocéntrica del universo. En esta cosmología, las cosas están ahí sin conexión entre sí, regidas por leyes mecánicas. No poseen valor intrínseco per se. El ser humano se sitúa fuera y por encima de la naturaleza. Esta cosmología partía de unos falsos presupuestos:

  1. El hombre podía producir y consumir de forma ilimitada dentro de un planeta limitado.
  2. La competición y la búsqueda del interés individual producirían el bienestar general.
  3. El dinero representaba el valor mayor.
Son estos presupuestos, los que han llevado la crisis al ámbito de la ecología, de la política, de la ética y de la economía. 

El motor de esta cosmología de la dominación es la razón. Es, en palabras de Leonardo Boff, "El mito fundador de la modernidad reside en la razón, que desde el tiempo de los griegos, es el eje estructurador de la sociedad. La razón crea la ciencia, la transforma en técnica de intervención en la naturaleza y se propone dominar todas sus fuerzas. Para esto, según Francis Bacon, el fundador del método científico, se debe torturar a la naturaleza hasta que entregue todos sus secretos. Esta razón cree en el progreso ilimitado y crea una sociedad que se quiere autónoma, de orden y progreso. La razón promovía la pretensión de prever todo, manejar todo, controlar, organizar todo y crear todo. Ocupaba todos los espacios. Envió al limbo otras formas de conocimiento. " La dictadura de la razón ha creado la sociedad del mercado fundamentada en el productivismo y el consumismo. Esta sociedad ha entrado en crisis. Ante este panorama, no debemos abdicar de la razón sino combatir su arrogancia y criticar su estrechez de miras. Con todo esto, quiero expresar que el predominio de la razón instrumental - o si, se quiere expresar de otra manera, el abuso de la instrumentalización de la razón - conduce a esta crisis multidimensional que estamos padeciendo hoy en día. Ese predominio es a mi juicio el origen- el "pecado"- de la crisis multidimensional actual que va más allá de crisis específicas de ámbitos concretos( economía, ecología, sociedad, alimentación...). Lo que está verdaderamente en crisis es el conjunto, el paradigma en sí, tal como apunta el propio Leonardo Boff. La razón "instrumental", como motor de ese paradigma cosmológico de la dominación, entra en cuestión.

¿Hay algo más implicado en esta crisis de paradigma? La crisis actual va más allá de sus distintas dimensiones- ecológica, alimentaria, energética...-. Es además y sobretodo una crisis de la ética. Ha quedado en entredicho la confianza necesaria en el funcionamiento del sistema. Es imprescindible la existencia de valores éticos fundamentales para encontrar un equilibrio aceptable en el sistema. Sin la existencia de estos valores serían impensable la perdurabilidad del sistema. Está en juego la quiebra del sistema por la ausencia - o el cuestionamiento- de la confianza.  Esos dos valores son la buena voluntad y la importancia de la cooperación. La buena voluntad se presupone en cualquier acción: " o la buena voluntad es buena, o no hay buena voluntad". Es el presupuesto primero de toda ética. Entonces, la buena voluntad debe ser reclamada a todos. Al entrar en crisis la buena voluntad, por falta de confianza o credibilidad en el propio sistema, entra en crisis el propio paradigma. La importancia de la cooperación es esencial para el mantenimiento del sistema: "si vivimos uno al  lado de otro(nebeneinander) y no uno junto con el otro(miteinander), acabaremos estando uno contra otro(gegeneinander)." Esta premisa se puede aplicar a la actual crisis: o todos colaboran para alcanzar una solución incluyente o no habrá soluión para nadie. La crisis se profundizará y acabará en tragedia colectiva. Al igual que la buena voluntad, la entrada en crisis de la cooperación - e interdependencia, en el fondo-, por falta de confianza o de credibilidad en el propio sistema, entra en crisis el paradigma subyacente. La crisis de los valores básicos de la ética- la buena voluntad y la importancia de la cooperación- hace zozobrar los propios cimientos del paradigma.

En definitiva, la crisis de los fundamentos, el cuestionamiento de la razón y la crisis de los valores de la ética han precipitado a este paradigma cosmológico de la dominación al vacío. Y, han dado cobijo al nacimiento de un nuevo paradigma alternativo a éste último. Este nuevo paradigma que Leonardo Boff describe en una revolución todavía por hacer y que quiere reemplazar a la actual cosmología de la dominación.

¿En qué consiste este revolucionario paradigma? A mediados del siglo XX, aparece una nueva cosmología. Esta nueva cosmología ve el universo como un todo en el que el espacio, el tiempo, la energía, la información y la materia son dimensiones de un único gran Todo. El cosmos es un organismo vivo que se autorregula, se adapta, evoluciona y, en situación de crisis, busca un nuevo equilibrio. La Tierra- Gaia- es un planeta vivo. El universo y la Tierra se guían por la emergencia de órdenes cada vez más complejos y concientes. Nosotros somos la parte conciente e inteligente del universo y de la Tierra. Por el hecho de ser más concientes, podemos enfrentarnos a las crisis, detectar el agotamiento e inventar nuevas formas de producir, consumir y convivir. Necesitamos abrirnos a esta nueva cosmología. Introducir cambios en el modelo de producción y de consumo que nos salvaría y que sería más conforme a la lógica de la vida, a los cíclos de la Tierra y a las necesidades humanas.

En la actual crisis, está surgiendo una nueva conciencia planetaria. El ser humano está hominizando todo el planeta. La Tierra y la humanidad están formando una única entidad global. Estamos viviendo, en palabras de Leonrdo Boff, "un nuevo proceso evolutivo en el planeta y en la historia de la humanidad." La historia de la humanidad se dirige hacia una etapa más avanzada del proceso evolutivo, la de la Noosfera. Noosfera expresa la unión de mentes y corazones, originando una unidad más compleja. Es, el comienzo de una nueva historia, la historia de la Tierra unida a la humanidad.

Un último aspecto a comentar en una revolución todavía por hacer es la relación entre ecología y economía. Concretamente, se habla de dos tipos de ecologías con sus respectivas economías. Haciendo referencia al trabajo del filósofo noruego Arne Naess en los años 70. Naess establecido un doble distinción entre ecología superficial y ecología profunda. La ecología superficial sería aquella que "separa el ser humano de la naturaleza y lo coloca fuera, y por encima de la misma, presuponiendo que las cosas sólo tienen sentido cuando le son útiles a él." La ecología superficial la podríamos identificar con la cosmología de la dominación. La ecología profunda, en cambio, sería aquella que "ve el entrelazamiento ser humano- naturaleza, afirma el valor intrínseco de cada ser, y se da cuenta de que todo está inmerso en un tejido de relaciones, que forma la comunidad de la vida. Hay un Todo orgánico y lleno de propósito, y el ser humano es capaz de identificar el hilo conductor que lo liga y religa todo, y lo llama Fuente Originaria de todo el ser, base de valores infinitos(veneración, amor, justicia) que llenan de sentido la vida humana." La ecología profunda ayuda a la ecología superficial a autolimitarse y a no ser destructiva. Esta ecología podemos identificarla con el paradigma de Leonardo Boff.

Aplicando estas definiciones de ecología al ámbito de la economía, la economía superficial sería aquella que se centra solamente en ella misma, en una palabra, en el PIB, sin preocuparse por la ruptura de la autorregulación de la Tierra y la dilapidación de los recursos de la naturaleza. Su lógica es la de un sistema cerrado, como si la economía fuese todo en la sociedad. La economía profunda, en cambio, retomaría el sentido originario de la economía como la "técnica y arte de atender a las necesidades de la casa". Extrapolándolo a este caso, la Casa Común sería la Tierra. La economía profunda respectaría los propios ciclos de regeneración de la Tierra. A su vez, habría una nueva forma de organizarse socialmente, de distribuir  el poder y de disponer de un conjunto de valores que darían sentido a la vida social y que humanizaría las relaciones en el seno de las sociedades humanas. El economista profundo pensaría: ¿cómo podemos resolver los problemas de la economía? y no ¿cómo podemos resolver los problemas de la humanidad? El cambio de pregunta implica un cambio de respuesta. Para que se produzca este cambio, debe producirse la quiebra de esta cosmovisión de la dominación que establece la dictadura de la economía como máxima. Sólo así, podemos poner a la economía en su lugar, en el conjunto de la sociedad. Entonces, la economía sería parte de la política, que sería parte de la ética, que a su vez, sería parte de la espiritualidad. La economía superficial sería incorporada dentro de la profunda.

25 de junio de 2011

¿Quién es Vandana Shiva?

Vandana Shiva es una mujer comprometida con la defensa de los derechos humanos, especialmente los derechos de la mujer en su India natal, con la defensa de los derechos de la Tierra y del medio ambiente, con el impulso y el mantenimiento de la agricultura ecológica en detrimento de la agricultura industrial, con el estudio y la preservación de la biodiversidad a través de las semillas y con la regeneración del sentimiento democrático mediante la instauración de una democracia de la tierra como alternativa al capitalismo. 


Vandana Shiva es doctora en Física teórica y es filósofa de la ciencia. Es activista a favor de los derechos de la mujer, de los pueblos, de los pobres y de los agriculturos de los países del sur. Es pacifista y seguidora de la filosofía de la no violencia de Gandhi. Actualmente, es una líder del foro Internacional sobre la Globalización y miembro destacado del movimiento antiglobalización junto a Ralph Nader, Jeremy Rifkin y el movimiento de Slow Food.

Vandana Shiva ha recibido premios internacionales como el Right Livelihood Award, el Premio Nobel Alternativo de la Paz, el “Global 500” del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el premio internacional del Día de la Tierra, también de las Naciones Unidas, en 1993.

Creó en 1982 La Fundación para la investigación científica, tecnológica y ecológica en Nueva Delhi cuyos objetivos son:
- El impulso y la difusión de la agricultura ecológica (programa Navdanya).
- El estudio y mantenimiento de la biodiversidad (Universidad de las semillas, Colegio Internacional para la Vida Sostenible).
- Fomentar el compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista (Mujeres diversas por la Diversidad).
- La regeneración del sentimiento democrática (Movimiento Democracia Viva).

Vandana Shiva es la autora de numerosos ensayos y entre sus obras destacan:
Monocultures of the Mind (1993); Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo (1995); Ecofeminismo: teoría, crítica y perspectivas (1997); La praxis del ecofeminismo (1997); biotecnología, consumo, reproducción (1998); Biopiratería: el saqueo de la naturaleza y del conocimiento (1999); Las guerras del agua. Contaminación privatización y negocio (2002); ¿Proteger o expoliar?: los derechos de la propiedad intelectual (2003); Democracia de la Tierra: justicia, sostenibilidad y paz (2004); India dividida: Asedio a la diversidad y a la democracia (2005); Soil not oil: environmental justice in ana ge of climate crisis (2008).