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23 de septiembre de 2017

El bienestar en un mundo global.

La sociedad del bienestar depende cada vez más del alcance y el desarrollo de la globalización. Dicha globalización hace referencia a un proceso de integración mundial que incluye diferentes ámbitos: economía, finanzas, cultura, política, movimientos migratorios, etc. La globalización es un proceso muy largo que se ha acelerado después de la Segunda Guerra Mundial. La expansión del libre mercado ha provocado que el sistema de productivo de bienes de consumo esté presente en todo el mundo. El proceso de deslocalización industrial en los países occidentales ha transformado amplias zonas del continente asiático. El éxito económico de algunos países asiáticos ha supuesto la reducción de la pobreza en aquellos países: en 1990 el 81% de la población pobre del mundo vivía en Ásia, mientras que en 2010 se había reducido al 62%. En total, había salido de la pobreza en esos años, un total de 780 millones de personas. Ha crecido la clase media, en unos 525 millones de personas. La OCDE estima que para el año 2030 la clase media asiática representará el 66% de la total mundial. Sin embargo, la reducción de la pobreza así como el aumento del bienestar y el descenso de las desigualdades entre países, ha provocado también que estas mismas desigualdades crezcan en el interior de los estados. Al mismo tiempo, se ha extendido la opinión de la incompatibilidad entre una globalización a ultranza y el desarrollo de los Estados del bienestar. La globalización ha estimulado la competencia entre los países desarrollados para atraer la inversión extranjera, extendiendo la competencia fiscal entre ellos, presionando a la baja sus políticas sociales. Existe el temor, que la globalización, pueda debilitar la capacidad de los Estados para estabilizar la economía y la protección social de los ciudadanos.

El impacto de las crisis económicas en una economía globalizada tiene un efecto sobre el Estado de bienestar, así como su mantenimiento o consolidación a medio y a largo plazo. Los ciclos económicos tienen un efecto tanto en el mantenimiento como en el desarrollo de las sociedades del bienestar en los países occidentales. El reto del futuro del Estado del bienestar es sortear esos ciclos económicos que ponen en riesgo al Estado del bienestar, y, por tanto, que provocan un estrés presupuestario, y, al mismo tiempo, mantener la voluntad política y el prestigio del Estado del bienestar entre la ciudadanía. Éste último aspecto, la legitimidad del Estado del bienestar entre la ciudadanía es fundamental para la continuidad de las políticas del Estado del bienestar así como, la propia existencia del Estado del bienestar en el futuro.

3 de noviembre de 2015

31 de octubre de 2015

¿Quién debe imponer las nuevas reglas de juego de la economía mundial?

El quinto capítulo, las nuevas normas del comercio mundial, desarrolla la creación de un nuevo modelo de economía mundial, la globalización, y, de las nuevas reglas del comercio mundial.


7 de julio de 2015

Pankaj Ghemawat: "El mundo no es plano."

Pankaj Ghemawat habla sobre el grado de globalización en el que estamos - o no- sujetos. Cuestiona la afirmación "el mundo es plano" de Thomas Friedman y que vivamos en un único mundo global: "Las fronteras nacionales aún importan." También, porque es importante ser precisos al hacer este tipos de afirmaciones. 


6 de julio de 2015

Vídeo presentación del Mundo 3.0. La prosperidad global y las vías para alcanzarla.

Es un vídeo promocional de la IESE Business School del libro de Pankaj Ghemawat Mundo 3.0. La prosperidad global y las vías para alcanzarla- en inglés, World 3.0. Global Prosperity and How to Achieve it-. El vídeo gira entorno a 4 cuestiones: 1) What does world 3.0 mean? 2) World 3.0 for Governments, businesses and individuals. 3) An antidote to the fears of Globalization. 4) A World 3.0 Perspective in Business. 


3 de julio de 2015

Globalización, semiglobalización y antiglobalización para Pankaj Ghemawat

El Mundo 3.0. La prosperidad global y las vías para alcanzarla. se detiene en cómo los fallos de mercado afectan a los procesos de integración y de regulación de los mercados transfronterizos. Estos fallos de mercado- pérdidas de trabajo, degradación medioambiental, volatilidad macroeconómica y desequilibrios comerciales y de capital- podrían mitigarse a través de una mayor integración y regulación de los mercados. Detrás de esta creencia, existe un compromiso favorable a una creciente globalización que traería consigo una mayor prosperidad global. Pero, como reconoce Pankaj Ghemawat, "vivimos en un mundo semiglobalizado, aún estamos muy lejos de un 100% de globalización." También, apunta la existencia de diferentes concepciones o visiones del mundo- el Mundo 0.0, 1.0, 2.0 y 3.0- acerca cómo nos enfrentamos al mundo. La globalización estaría unida al Mundo 2.0, la semiglobalización se identificaría con el Mundo 3.0 y la antiglobalización reinvidicaría la vuelta al Mundo 1.0. Pankaj Ghemawat apuesta decididamente por la semiglobalización porque puede conducirnos a mayores cuotas de prosperidad económica y social y de un mayor enriquecimiento cultural a nivel global.

¿Qué es la globalización, la semiglobalización y la antiglobalización para Pankaj Ghemawat? En primer lugar, vivimos en un mundo que no está globalizado al 100%. Por tanto, estamos en un mundo semiglobalizado donde las diferencias - culturales, económicas, administrativas o geográficas- y las distancias entre o dentro de los países son aún importantes. En otras palabras, existen fronteras. Los partidarios de la globalización niegan la existencia de fronteras, tanto internas como externas, y, consecuentemente, creen que "el mundo es plano." Los detractores de la globalización defienden el regreso al Mundo 1.0. con fronteras nacionales y vuelta a un mercado local o regional frente a los mercados globales. En medio de esta disputa encontramos la propuesta de Pankaj Ghemawat a favor de la semiglobalización. En segundo lugar, la integración y regulación de los mercados globales están en el punto de mira en los procesos de globalización. Pankaj Ghemawat cuestiona la existencia de unos mercados globales, plenamente integrados, como afirmaban los partidarios de la globalización. Existen mercados semiglobales con una integración global parcial, y no total, de los mercados. Los antiglobalización se oponen frontalmente a los mercados globales y piden el regreso a los mercados nacionales. Respecto a la necesidad de regular los mercados, los partidarios de la globalización sostienen que no debe haber una regulación - o bien debe ser escasa-  para facilitar el correcto funcionamiento de los mercados. El papel del Estado debe reducirse al máximo, facilitando la integración de los mercados. Los antiglobalización defienden la recuperación de la capacidad reguladora del Estado, especialmente, en relación a los fallos de mercado que se producen como consecuencia de la falta de regulación de los mercados. La semiglobalización asume tanto la integración como la regulación de los mercados. Pone más énfasis en la integración y menos en la regulación. Aunque remarca la necesidad de la regulación de los procesos de integración de los mercados transfronterizos. Especialmente, aquellos procesos de regulación que pueden evitar fallos de mercado.

26 de junio de 2015

Nosotros y ellos en el Mundo 3.0.

En este último capítulo del libro, Nosotros y ellos en el Mundo 3.0., Pankaj Ghemawat habla "cómo replantear nuestras propias relaciones con el resto del mundo." La posibilidad de "ganancias adicionales" derivadas del hecho de abrirse depende de la tolerancia a la apertura. Desafortunadamente, como afirma el autor, aún estamos muy lejos de abrirnos a los demás: "En realidad, como sugiere este capítulo, la distancia moldea nuestra emociones y relaciones personales mucho más de lo que habitualmente pensamos. Como han advertido los filósofos desde tiempos inmemoriables, tenemos una propensión a relacionarnos, confiar y preocuparnos más por aquellas personas que están más próximas a nosotros: a medida que la distancia aumenta la capacidad de conexión entre los seres humanos disminuye." Precisamente, reconocer esa sensibilidad a la distancia y reducirla es un paso importante "para tomar más conciencia de los beneficios que aporta el Mundo 3.0."

La noción de sensibilidad a la distancia apareció en la obra del filósofo estoico, Hierodes, antes que fuera recogida por el físico Isaac Newton en su ley de la gravedad universal.
El término que mejor describe la distancia, que Hierocles deseaba que redujéramos, es la distancia psíquica. La distancia psíquica se refiere a la distancia subjetiva o percibida entre dos personas, es decir, "no a una distancia objetiva y real, aunque los investigadores con frecuencia la han analizado en función de parámetros objetivos." Su campo de acción se ha ampliado, "hasta el punto de que llega a incluir al menos las dimensiones económica y cultural del marco CAGE, incorpora con frecuencia también las diferencias administrativas y en ocasiones, añade incluso los factores geográficos."  Pankaj Ghemawat prefiere reducir todas las dimensiones CAGE a una única categoría de distancia: el grado de desapego emocional o compasión mantenido hacia una persona, un grupo o un lugar. Según el autor, nuestro compromiso hacia los otros, depende de la confianza, por un lado, y la compasión o la preocupación por los demás, por otro lado. Ambas dependen de la distancia. Respecto a la confianza, las relaciones bilaterales entre dos países disminuyen o aumentan con la "distancia geográfica, lingüística, religiosa, genética y somática", como también con otros factores como la capacidad de ingresos o el historial de guerras; El aumento de la confianza en las relaciones bilaterales entre dos países pueden aumentar el comercio, la inversión directa o la inversión de fondos. Respecto a nuestra capacidad para sentir compasión o preocuparnos por los demás, depende de la cobertura informativa de los desastres naturales: "al tiempo que es supervisado por la organización que nos proporciona las noticias, está presumiblemente sintonizada con nuestra voluntad de mostrar interés." Un estudio que analizo más de 5 mil desastres naturales sugiere que, desde el punto de vista de la cobertura mediática, la contabilidad de las muertes tiene un valor diferente: "cada muerto europeo valía 3 sudamericanos, 43 asiáticos, 45 africanos o 90 habitantes de las islas de Pacífico." Esta diferencia en la voluntad de prestar ayuda también se confirma cuando comparamos la aportación a los pobres nacionales con la aportación al desarrollo destinado al resto de los pobres del mundo. Según un informe de la OCDE, los 14 economías más desarrolladas gastaron más- 35.000 veces- en ayudas por cada persona pobre de su país que por cada extranjero pobre. ¿Por qué sucede este hecho? Para Pankaj Ghemawat es porque nuestras simpatías se muestran más sensibles a la distancia,"es decir, localizados, cuando se trata de la preocupación por los demás(cobertura informativa) y, especialmente, de ayuda."

Llegados a este punto, qué deberes y obligaciones tenemos para con personas que se encuentran a diferentes distancias de nosotros. Pankaj Ghemawat propone diferentes actitudes mentales que corresponden al Mundo 0.0., 1.0., 2.0. y 3.0., es decir, el comunitarismo, el nacionalismo, el cosmopolitismo y el cosmopolitismo enraizado, respectivamente. Se centra, principalmente en estas últimas mentalidades: el cosmopolitismo convencional relacionado con el Mundo 2.0. que aspira a un estado donde la distancia no tiene importancia y el cosmopolitismo enraizado con el Mundo 3.0. que reconoce la importancia de la distancia y "también su carácter esencialmente egocéntrico." Aquello que está cerca y lo lejos de nosotros depende de quiénes somos y dónde estamos. Empecemos por el cosmopolitismo convencional del Mundo 2.0. El proyecto cosmopolita es el que articula Hierocles: "trazar los círculos juntos de alguna manera hacia el centro." La filósofa Martha Nussbaum muestra una visión más contemporánea del cosmopolitismo. Define a un cosmopolita como "la persona cuya lealtad se debe a la comunidad mundial de seres humanos." Los auténticos cosmopolitas se esfuerzan por romper ese vínculo entre "los límites políticos y las opciones que la gente tiene en la vida, y centran sus esfuerzos en aliviar las condiciones vigentes en los países más pobres teniendo en cuenta la magnitud de las carencias económicas que allí existen." El filósofo Peter Singer ofrece un fundamento lógico al cosmopolitismo convencional a través de una imagen: el "estanque poco profundo." ¿De qué se trata? Lo describe así: "si uno ve que un niño se está ahogando en un estaque poco profundo y puede salvarlo sin ningún riesgo para la propia seguridad, sin más inconveniente que mojar y ensuciarse la ropa, debería saltar literalmente al rescate de ese niño." Por extensión, dado que aún existen situaciones críticas en el mundo, no deberíamos pensar en ninguna otra cosa hasta que esas necesidades básicas estuviesen satisfechas. El problema que plantea la imagen del estaque poco profundo, es que, seguramente, es un pozo sin fondo. Las dificultades son dos. Primero, el correspondiente a la ayuda, "nos percatamos de que el reto de una igualdad absoluta es sin duda muy inquietante." Segundo, concentramos nuestra energía en ayudar a personas muy pobres, que se encuentran muy lejos de nosotros, no coincide con la psicología del Mundo 0.0. y 1.0. que enfatizan la obligación de ayudar a la gente que está más cerca de nosotros. Al abordar esta problemática, otro filósofo, Kwane Anthony Appiah, "hace hincapié en las obligaciones locales además de las obligaciones hacia aquellas muy lejos de nosotros." La postura de Appiah es que tenemos obligaciones para con los extranjeros y también obligaciones con personas y comunidades que están próximas a nosotros. Appiah sugiere que "las conexiones profundas con personas y lugares específicos son necesarias para desarrollar una capacidad individual a fin de poder vivir una vida cosmopolita." El cosmopolitismo enraizado del Mundo 3.0., reconoce que el beneficio, que se obtiene de prestar atención ayuda a los demás es muy grande, especialmente, en los países más pobres. Responde a la ley de Zipf, "el principio de que se necesita más energía para conectarse con aquellas personas que se encuentran lejos que con los que están cerca de nosotros." A esto, añadir, según el autor, el hecho de que, "cuando intentamos ayudar a gente a quién no entendemos bien, el mal que hacemos es mayor que el bien que intentamos hacer." En el cosmopolitismo enraizado lo que debemos hacer y dónde hacerlo depende de dónde venimos y qué es lo que pretendemos conseguir. Para poder vivir el cosmopolitismo enraizado es necesario "que cambiemos nuestra propia predisposición mental" según Pankaj Ghemawat.

Pankaj Ghemawat describe tres etapas o pasos progresivos para relacionarse mejor con los demás a través de la distancia: conciencia, conocimiento y altruismo. En las tres etapas, se centra en cómo comprometerse con los otros y, en última instancia, aumentar la compasión con las personas que están lejos. Cada uno de estos componentes- conciencia, conocimiento y altruismo- serán necesarios para el desarrollo del cosmopolitismo enraizado.

El primer paso a dar es ser consciente. ¿A qué se refiere Pankaj Ghemawat? Se refiere a la falta de conocimiento acerca de nuestro país en el extranjero, que podría esperarse que fuese superior al conocimiento que tenemos acerca de los países extranjeros. Muchos ciudadanos disponen de información errónea sobre la participación de su país en el exterior. Y tienen unos conocimientos limitados de los países extranjeros. Aparte de averiguar sobre lo que sabemos o deberíamos saber más sobre los demás, "parece incluso más útil revisar cómo podríamos ser más conscientes de ello." Pankaj Ghemawat propone una herramienta- El protocolo de Actitud Global(GAP)- sobre nuestro grado de conocimiento sobre otros países y otras culturas. Con esta herramienta podemos conocer cuál es nuestro conocimiento acerca de otros países y otras culturas, es decir, si "somos razonablemente cosmopolitas y estamos relativamente bien informados." Como concluye el autor: "incluso aquellas personas que tienden a pensar que son relativamente urbanas, globales o sofisticadas, a menudo carecen de la clase de apertura que Lippman tenía en mente. La tecnología puede ayudarnos a aprender cosas acerca de pueblos y lugares remotos y a conectarnos con ellos, pero llegar a entender realmente a personas que se encuentran muy lejos de nosotros requiere a menudo que nos traslademos allí mentalmente y, si es posible, físicamente."

El segundo paso, después de la conciencia, es el nivel de conocimiento. El conocimiento requiere que se establezca algún tipo de intercambio entre personas. También, contactos y un compromiso a lo largo del tiempo. Para que se desarrolle la confianza, para posteriormente exista compasión, debe producirse una interacción entre personas de forma permanente. Para ampliar el conocimiento puede hacerse a través de: "Para muchas personas, un punto de partida más práctico es centrarse en aprender detalladamente todo lo relativo a un país o región extranjeros: conocer todo su historia y geografía y qué es lo que revelan sobre sus lazos con otros lugares; entender sus distancias internas y externas, e intentar empatizar con los problemas que la gente debe afrontar allí y recordar que, incluso en aquellos lugares que parecen idílicos desde lejos, la gente real que los habita tiene problemas concretos que merecen un respeto. Luego anima este contexto a través de la interacción y viaja con gente real, no sólo una vez, sino durante un período prolongado. "

Para alcanzar un cosmopolitismo enraizado, además de conciencia y conocimiento, se requiere un tercer componente, el altruismo. El altruismo nos ayuda a comprender a otras personas que están a una cierta distancia física y psicológica. La secuencia de conciencia- conocimiento- altruismo tenía como objetivo ayudarnos a avanzar en la dirección de abrirnos al resto del mundo. Nuestra atención debe ir dirigida a reducir la distancia interna a nivel individual, "en lugar de hacerlo a los niveles de país o negocio." ¿Por qué es necesario esta apertura? ¿Qué nos aporta? En primer lugar, "contiene numerosas atracciones posibles a nivel individual." Las personas biculturales/triculturales tienen el potencial de servir como conectores útiles "en organizaciones que cruzan las fronteras y salvan las distancias." Las "experiencias transfronterizas" contribuyen a enriquecer a las personas independientemente de los beneficios económicos y/o materiales. En segundo lugar, si un número suficiente de personas amplía su capacidad de empatía se podría hacer frente a una serie de desafíos: "la amenaza del proteccionismo, las oleadas de sentimiento antiinmigración, las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y China, el riesgo de que los más pobres entre nosotros, particularmente en África, puedan quedar aún más rezagados, etc." Aunque estos desafíos pueden acabar desapareciendo, la necesidad de promover más "compromiso y compasión transfronteriza" estará allí. De ahí, que hemos de estar atentos a un regreso al Mundo 0.0. o al Mundo 1.0. Puesto que podríamos regresar a ellos en cualquier momento. Por otro lado, la cooperación global puede ayudar a la apertura hacia los otros.

Durante el transcurso del libro, Pankaj Ghemawat ha propuesto un cambio de actitudes de los lectores respecto a la globalización: "a liberarse de los mitos que producen una enorme cantidad de orientaciones erróneas, a entender sus beneficios y costes auténticos y a que presionen para conseguir una mayor apertura y un poco de regulación, pero sólo en la medida de lo necesario." Construyendo puentes de diálogo "a través de la distancia cultural, administrativa, geográfica y económica." para llegar a liberar todo el potencial del Mundo 3.0. Finaliza el autor, afirmando: "Cuando conquistamos los miedos irracionales y no permitimos que se disparen los excesos de los errores del mercado, podemos salir al mundo y mejorar las posibilidades para nosotros y el resto de la humanidad. Y esta visión es la promesa del Mundo 3.0."

pankaj ghemawat Mundo 3.0.

19 de junio de 2015

Los negocios en el Mundo 3.0.

Los directivos de empresa tienden a situarse entre los defensores del Mundo 2.0. "debido a las aparentemente ilimitadas oportunidades de beneficios que promete." Pero, cuando se estrellan contra la semiglobalización, "los resultados son decepcionantes". Entonces, Pankaj Ghemawat propone para las empresas "pensar diferente". ¿En qué consiste "pensar diferente"? "No sólo pensar de otro modo, sino pensar diferente en el sentido de volverse más sensible a las diferencias locales y acogerlas con auténtico entusiasmo." Para la mayoría de las empresas, pensar diferente implica reestructurar su estrategia global empresarial. Superar la mentalidad del Mundo 2.0, en la que se subestima las diferencias y en la que se falta el respeto a la soberanía de los países, es crucial para encauzar esta reestructuración. El cambio hacia una mentalidad Mundo 3.0. puede ayudar a no cometer estos errores. Si las empresas respetan las diferencias, "mejorarán su rendimiento de manera que también contribuirán mejor a la sociedad en general, promoviendo un clima de mayor confianza y seguridad que pueda allanar el camino hacia una mayor integración." Es fundamental elaborar una estrategia global empresarial que esté en consonancia con "una persistente semiglobalización y con la ley de la distancia." 

Es poco improbable que desaparezca las diferencias entre los países. En primer lugar, la crisis económica ha acelerado el cambio hacia mercados emergentes, especialmente asiáticos. En segundo lugar, los gobiernos están participando más activamente en las economías nacionales. Y, en tercer lugar, el proteccionismo sigue ahí. Y, puede utilizarse. Las prioridades de los empresarios deberían ser un mayor control sobre las diferencias entre países y las distancias entre ellos. La exploración de las diferentes clases de distancia y de las diferencias entre países debe hacerse bajo el marco CAGE.

Reconocer las distancias y las diferencias entre los países supone no adoptar un enfoque imperialista "para globalizar los negocios." Abandonar este enfoque es dejar de expansionarse "buscando extender su esfera de acción a todos los rincones del mundo y engullendo en el proceso la mayor cantidad posible de activos extranjeros." La globalización conlleva riesgos cuando acumulas activos. También, es poco probable que consideremos la ubicuidad- competir en todas partes- como un objetivo en sí. A medida que las empresas se vuelvan más conscientes y más sensibles de las diferencias entre países y se alejan de una mentalidad basada en el crecimiento. Evitar el imperialismo del mercado coincide con otros cambios estratégicos en la expansión global que pase y no se limite "a esperar a estallar allí y dominar, ni tampoco pueden prosperar persistiendo en la práctica de dirigirse a las élites locales y urbanas. Estas empresas, en cambio, necesitarán prestar atención seriamente a los competidores locales y pensar en extender su presencia a las ciudades secundarias." Frenar este menosprecio hacia "esas escalas menores de mercado", puede ayudar a contener el proteccionismo y reforzar el apoyo a una mayor integración del mercado. Prescindir del imperialismo de mercado puede redundar en la mejora de la reputación de las empresas.

Redefinir la globalización a través de la adopción de tres tipos de estrategias: estrategias de adaptación, estrategias de agregación y estrategias de arbitraje para hacer frente a un mundo semiglobalizado donde las diferencias aún son importantes. ¿En qué consisten estas estrategias? Las estrategias de adaptación intentan adaptarse a las diferencias a través de los países. Las estrategias de agregación tratan de superar las diferencias entre los países para conseguir economías de escala que se extiendan por las fronteras nacionales. Y, las estrategias de arbitraje buscan explotar las diferencias. Las tres triples estrategias AAA, teniendo en cuenta su orientación centrada en las diferencias, son un conjunto de estrategias aplicables a las empresas en la definición y en la dirección hacia un Mundo 3.0.

Las empresas deben modelar también las distancias y los flujos dentro de las fronteras nacionales. Muy específicamente, 4 tipos de flujos: productos, personas, información y capital. Con la finalidad de "pensar en términos tanto de la reconfiguración  de las distancias internas entre o dentro de los países como ajustar la facilidad o dificultad con la que pueden recorrerse." Las empresas están reduciendo la distancia interna en el ámbito de la producción mediante la adaptación de la automatización de las diferentes fábricas en los países, especialmente, de salarios bajos. Esta baja automatización- desautomatización selectiva- también "dice algo acerca de cómo están cambiando los flujos de innovación y conocimiento." Debería dejarse atrás, el modelo de "primero en casa" que las multinacionales han utilizado para "organizar la innovación." La innovación para los mercados emergentes debe ir de la mano de un modelo de negocio diferenciado de los mercados tradicionales de las multinacionales.

Respecto al I+D+I debe relacionarse con la formación de las personas y las estrategias de mercado. La mano de obra está creciendo en los mercados emergentes y se prevé que habrá déficits de ingenieros y personal técnico. De manera que muchas empresas trasladan su I+D a los mercados emergentes. A esos cambios, añadir que la mayoría de los directivos de empresas suele ser del país de origen o bien no saben cómo sacar partido a la red de comunicaciones. Las empresas podrían aprovechar más la tecnología para mejorar la comunicación interna de las empresas. El avance más significativo, será el cambio en el centro de gravedad de las grandes empresas hacia los mercados emergentes más importantes. En resumen, los directivos de empresa necesitan prestar más atención a la distancia interna entre y dentro de los países y asegurarse que "las organizaciones y operaciones se configuren de manera que apoyen las estrategias de sus compañías."

Pensar más allá del mercado. Si existen fallos de mercado en el Mundo 3.0., "las compañías necesitan asumir una visión más amplia de las implicaciones que tienen sus acciones para la sociedad en su conjunto." La crisis económica ha contribuido a deteriorar la reputación de las empresas. La mayoría de la población considera que las empresas no contribuyen al bienestar de la sociedad. Esta desconfianza puede alentar el proteccionismo y llevarnos de vuelta al Mundo 1.0. El proteccionismo "florece cuando la confianza en los negocios asume una creciente importancia considerando el valor que tiene impulsar la apertura." La falta de reputación puede llegar a ser letal para las empresas. Deben volverse hacia la comunicación, "en lugar de colocar los mercados en un pedestal." Las empresas deben ser sensibles hacia las diferencias "reguladoras, legales, políticas, sociales y culturales" de los países. Los líderes empresariales deben influir a favor de una mayor apertura a los mercados "de una manera creíble en los actores ajenos" a estos mercados. Además, los negocios deben dirigirse al público en general. Deberían priorizar cómo responder a las preocupaciones sociales y ambientales, incluyendo aquellas relacionadas con la globalización.

Si los gobiernos implementan políticas favorables a los negocios, la posibilidad de alcanzar una mayor prosperidad es "una perspectiva real." La mayoría de las empresas tienen un largo recorrido antes de llegar al Mundo 3.0. Deben dejar atrás, "mapas mentales limitados y una retórica basada en el Mundo 2.0." Deben guardarse la tentación de volverse hacia atrás y replegarse al Mundo 1.0.





15 de junio de 2015

Hacia el Mundo 3.0

Con este capítulo, hacia el Mundo 3.0, iniciamos la tercera parte del libro Mundo 3.0 de Pankaj Ghemawat. En esta tercera parte del libro, las opciones, se va a centrar básicamente en el desarrollo de la cosmovisión del Mundo 3.0. En otras palabras, cómo se concibe los países y los negocios en el Mundo 3.0, nuestra relación con los otros, y cómo llegar a ese Mundo 3.0. En este capítulo, hacia el Mundo 3.0, vamos a explorar más sobre el Mundo 3.0, centrándonos en una serie de debates entorno a las dimensiones del Mundo 3.0, relacionadas con la integración transfronteriza "porque es en ella donde parecen residir los beneficios potenciales", y con la regulación. Además del diseño de mapas mentales del Mundo 3.0 que nos permita navegar por él y resulte útiles a países, negocios o individuos.

Hasta ahora, se ha explorado los beneficios potenciales de una mayor apertura económica así como los problemas de la globalización. En el transcurso de este capítulo, se va a hablar sobre el debate "acerca de la regulación y el modo en el que ha sido y no ha sido globalizado" entre la Escuela de Harvard y la Escuela de Chicago. Por su parte, Pankaj Ghemawat ofrece seis propuestas de cómo gestionar la regulación de los mercados y su integración transfronteriza.

El reconocimiento de los fallos del mercado y de los problemas que la concentración podría provocar ha dominado durante décadas las discusiones de la política pública en Estados Unidos. En el tablero, estaban dos escuelas de economía enfrentadas: la Escuela de Harvard y la Escuela de Chicago. La Escuela de Chicago creía en "la eficacia del libre mercado como un medio de organizar los recursos, y mostrarse escépticos con respecto a la intervención del Estado en los asuntos económicos." El gobierno debía fijar y sostener "un índice de crecimiento estable del suministro de dinero" y hacer cumplir los derechos de propiedad. No debía tocar la economía. En el ámbito de la microeconomía, la Escuela de Chicago estaba más preocupada por los costes de los fallos de mercados y por las distorsiones del mercado impuestos por los gobiernos, que por los fallos de mercados en sí y por la regulación de estos últimos. En cambio, la Escuela de Chicago estaba preocupada por los fallos de mercado y defendía la intervención del gobierno para corregir esos fallos porque podrían persistir sino se intervenía. La Escuela de Chicago muestra una tendencia favorables a los negocios mientras que la Escuela de Harvard muestra interés por el consumidor. Era favorable a contemplar las intervenciones del gobierno "como una forma de controlar los negocios, especialmente los grandes, y Chicago no."

En la segunda parte de este libro, Pankaj Ghemawat analiza "las respuestas reguladoras y no reguladoras a una variedad de miedos y fallos de mercado, centrándose en la gestión de los efectos de más integración transfronteriza." El objetivo no era sólo realizar recomendaciones sino también explorar el nexo de unión entre los fallos del mercado y la integración de los mercados. En este capítulo, Hacia el Mundo 3.0., Pankaj Ghemawat presenta 6 propuestas "acerca del nexo entre los  miedos y los fallos del mercado y la integración del mismo, unas propuestas relativas a cómo gestionar el Mundo 3.0." Estas propuestas son:
1- Los miedos y fallos del mercado deben ser incorporados a los análisis de la integración. Hay que tomarse en serio los miedos y fallos del mercado en el análisis de la integración transfronteriza.
2- La integración transfronteriza de los mercados ayuda a menudo a corregir los fallos del mercado en lugar de combinarlos. Esta propuesta asocia la integración transfronteriza con la desregulación, y, consecuentemente se preocupa por los fallos del mercado relacionados con la globalización. Una mayor apertura puede sustituir la regulación de los mercados.
3- La integración tiene un efecto insignificante sobre los fallos del mercado y no debería ser restringido.
4- Cuando la integración amenaza con agravar los fallos del mercado, hay que mezclar y combinar políticas para intentar preservar algunos de los beneficios de abrirse al tiempo que se atenúan los efectos adversos.
5- La sensibilidad a la distancia está inversamente relacionada con las iniciativas integradoras y reguladoras.
6- Las grandes oportunidades de integración las podemos encontrar tanto dentro de las fronteras nacionales como a través de ellas.

Pankaj Ghemawat Mundo 3.0

8 de junio de 2015

Séptimo fallo de mercado en la integración transfronteriza: la homogeneización global

En el anterior capítulo, la opresión global, se ha expuesto los miedos políticos sobre la globalización. En este capítulo, la homogeneización global, vamos a hablar de los miedos culturales sobre la globalización. 

La globalización se percibe "como una invasión de la cultura consumista estadounidense homogeneizada que parte por la mitad las culturas locales auténticas." Sin embargo, Pankaj Ghemawat matiza esta afirmación: "Hasta cierto punto, puede que en las últimas décadas las barreras culturales nacionales hayan caído, pero siguen siendo extremadamente importantes, y seguirán siéndolo. Y no sólo hablamos de gastronomía y ocio, sino también de aspectos culturales profundos que en su aspecto más positivo hace de nuestro hogar un lugar de comodidad y pertenencia, y en el más negativo se traducen en parroquialismo, etnocentrismo y racismo." La mentalidad del Mundo 2.0 tiende a igualar la globalización mediante la homogeneización o la convergencia cultural. Por contraposición, a la del Mundo 3.0, en el que las culturas no convergen pero tampoco son totalmente impermeables. Obviamente, puede existir casos donde una creciente apertura sí puede representar una amenaza cultural. Pero, también deja claro que la resistencia cultural a la apertura refleja más un miedo "a lo extranjero" que un análisis de sus costes y beneficios culturales. 

Estudios sistemáticos han revelado "la resistencia de las diferencias culturales." Aunque la modernización ha significado un enorme cambio cultural, "los valores subyacentes siguen permaneciendo intactos." Los valores tradicionales también pueden surgir incluso después de que la modernización, la globalización y el desarrollo económico parezcan haberlos eliminado. Los detractores de la globalización señalan la destrucción de las culturas tradicionales y la imposición de la homogeneización: "Los nacionalistas europeos temen a los burócratas de Bruselas, que se supone que están arrinconando las culturas nacionales para favorecer una identidad europea. Los europeos, los nacionalistas islámicos y otros temen a las culturas nacionales hegemónicas, en especial la de Estados Unidos. Muchos anticorporacionistas que creen en el Mundo 1.0 temen a las multinacionales como Coca-Cola o Mc Donald's, aduciendo que intentan seducir a los consumidores para que adopten un único estilo de vida global, superficial y muy poco saludable. Y de forma tal vez más amplia, los teóricos poscolonialistas temen que los conceptos y las costumbres occidentales estén ejerciendo una especie de poder imperialista marginando tras una máscara de universidad." Pero, para Pankaj Ghemawat detrás de estos "villanos", que están detrás de la crisis y decadencia de las culturas tradicionales o nacionales, se esconde otra cosa: "Europa, como observamos en el capítulo anterior, quizá se ha unido más en los últimos años, pero la unificación ha engendrado también contramovimientos separatistas locales en lugares como Kosovo y Cataluña. Y a pesar de todo su supuesto poder, el consumismo impulsado por las grandes corporaciones, el imperialismo cultural y la homogeneización han demostrado distar mucho de resultar aplastantes." Aunque, con la apertura de las fronteras, ciertamente el imperialismo cultural y la homogeneización son visibles hasta cierto punto, no son ni de lejos "tan pronunciados como creen los detractores de la globalización."

¿Qué beneficios y pérdidas culturales trae la globalización? Empecemos por los beneficios. Existen importantes beneficios culturales si nos abrimos al mundo. Tyler Cowen ha sugerido como el intercambio cultural ha fomentado la innovación cultural, "multiplicando el número de posibilidades culturales disponibles." ¿Cuáles son esas estrategias de innovación cultural? Básicamente, habla de 4: la inspiración, la mezcla, el trasplante más adaptación y la transnacionalización de culturas. Más allá de la innovación cultural, la apertura aporta otros beneficios como la difusión de nuevas tecnologías, conocimientos e ideas. En un contexto cultural, la difusión ayuda a conservar "lo que se está difundiendo." Respecto a las pérdidas culturales. La apertura parece exponer a ciertas culturas a la extinción,"en especial las pequeñas y económicamente marginales que suelen existir a nivel subnacional." Pero hay aspectos de las culturas amenazadas que pueden ser "más robustos que otros" como la gastronomía y la música que tienen "el potencial de alcanzar un estatus de nicho, contribuyendo, aunque sea en una escala muy pequeña, a la variedad de opciones variables. En tales casos, ciertos tipos de conexiones con el mundo exterior- por ejemplo, el comercio- pueden ayudar a preservar o incluso a revitalizar una cultura tradicional." La lengua es más difícil "porque está sujeta a externalidades de red, de modo que su valor cae rápidamente a medida que lo hace su número de hablantes." En resumen, la globalización aporta tanto beneficios como pérdidas culturales que deben ser sopesadas con detenimiento. Y, como concluye Pankaj Ghemawat en una parábola, "en la literatura sánscrita encontramos el cuento de una rana que vivía dentro de un pozo y que no había salido nunca de sus límites. Dicho de otro modo, toda la visión del mundo de la rana tenía que ver con el pozo, y desconfiaba de la vida en el exterior. Esta parábola con moraleja sugiere que la reclusión nos empobrece como seres humanos y que tener una visión más amplia del mundo es intrínsecamente enriquecedor." Y añade: "vale la pena que la diversidad y la diferencia se alimenten por derecho propio."

A pesar de los beneficios potenciales del intercambio cultural, la mayoría de nosotros tenemos preferencias culturales que no van a desaparecer por efecto de la globalización. Estas preferencias culturales son el resultado de "diferencias en valores" difíciles de cambiar. Encontramos países con poco sentimiento de superioridad cultural, y otros que tienen una fuerte percepción de superioridad cultural y miedo a los extranjeros. ¿Cómo se traduce estos datos? Si la gente piensa que su cultura es realmente superior, cabría esperar que no sintieran la necesidad de protegerla. El bienestar económico así como la (in)seguridad cultura influyen en esta percepción. Es difícil analizar directamente el miedo a los extranjeros y a sus culturas, pero lo podemos hacer indirectamente observando los niveles de confianza. La confianza cae cuando el índice GINI de desigualdad económica y la corrupción, crecen, y aumenta cuando las tasas de crecimiento económico, gasto en educación o niveles de democracia, crecen. Podemos conocer el nivel de confianza en los extranjeros a través de observar la "geografía de la confianza." ¿Cómo? Mediante las encuestas del Eurobarómetro, que miden la confianza entre los ciudadanos de distintos países, en especial dentro de Europa. Se realizan encuestas en dieciséis países de Europa Occidental que preguntaban a los ciudadanos si confiaban mucho en sus conciudadanos, en los ciudadanos de los otros quince países, y en los de algunos países del Este, Japón, Estados Unidos y China. Al pensar en la confianza, resulta útil ir más allá de la confianza en "nuestros conciudadanos" y en los extranjeros. La confianza puede estar sujeta a la ley de la distancia, como sugiere Pankaj Ghemawat, "en los términos del marco CAGE, el resto de los países nórdicos están muy cerca de Suecia, e incluso los países europeos no nórdicos están mucho más cerca que los países no europeos de la muestra, que son Japón, China y Estados Unidos." Resulta interesante echar un vistazo qué países nos merece confianza y qué países, no. Comprobar los niveles de confianza, confirma nuestros sesgos culturales lo que tiene "implicaciones administrativas y económicas concretas." En función de cuánta gente puede confiar en gente de otros países afecta de manera considerable a las relaciones transfronterizas. Si los niveles de confianza se incrementan, puede aumentar el comercio, la inversión directa, en fondos y en capital riesgo "en un 100% o más, incluso después de tener en cuenta otras características de los 2 países."

Como hemos visto, existe una mayor confianza en los propios conciudadanos que en los extranjeros, "y que muchos manifiestan miedos culturales muy arraigados." El miedo a los extranjeros, o xenofobia, ha de tomarse en serio. La xenofobia pudo tener un componente adaptativo o de supervivencia: Este miedo a los extranjeros "como portadores de enfermedades es la base de calumnias como "alimaña judía" y "cucaracha tutsi", además de conceptos como "limpieza étnica" como eufemismo de genocidio." La teoría del juego también ofrece explicaciones a la xenofobia, favoreciéndola o bien inhibiéndola: "La teoría del juego ofrece también racionalizaciones de la xenofobia o, a la inversa, favoritismo hacia los miembros del propio grupo. Entre las explicaciones más simples está que las interacciones con compañeros del propio grupo es más probable que se repitan que no que sean únicas, lo que facilita una cooperación basada en la reciprocidad. En ausencia de ninguna otra restricción podría tener sentido aprovecharse de los extranjeros, basándonos en la suposición de que no los volverás a ver nunca más." Todas éstas son explicaciones de por qué nuestros sesgos culturales contra los extranjeros están tan arraigados y por qué han de ser tenidos en cuenta. Hoy en día, la xenofobia o el etnocentrismo no son útiles ni adaptativos.

Dicho esto, Pankaj Ghemawat identifica una serie de pasos concretos para reducir "el factor miedo y aplanar el camino hacia una mayor apertura en el Mundo 3.0." Entre estos pasos se incluye una mayor educación; disminuir y contrarrestar el discurso negativo de la prensa y del discurso político sobre la inmigración; fomentar el contacto interpersonal entre culturas; creación de una "identidad social cosmopolita global"; potenciar el entendimiento intercultural en países con potencial económico pero con relaciones políticas tensas; animar al sector privado a involucrarse en tender puentes entre diferentes culturas.

En resumen, este capítulo se ha centrado en el temor que la globalización pueda destruir las culturas tradicionales. Empezando por descartar una serie de aspectos negativos asociados a la apertura cultural. Y, como el proceso de apertura puede traer beneficios reales gracias al contacto con gente de otras culturas. Este capítulo concluye examinando como el avance de la globalización provoca efectos negativos- como la xenofobia- y cómo podemos contrarrestarlos mediante medidas que ayuden a neutralizarla.
Pankaj Ghemawat

3 de junio de 2015

Sexto fallo de mercado en la integración transfronteriza: la opresión global

En capítulos anteriores del libro, Pankaj Ghemawat había hablado sobre las "disfunciones económicas" relacionadas con la globalización y una mayor apertura. Como la concentración global y las desigualdades globales "pueden ocurrir, pero también que no son ni de lejos tan perjudiciales como sugiere la percepción popular, y que hay maneras de que los gobiernos nacionales pueden gestionarlos, mientras siguen buscando una mayor apertura." Obviamente, no todos los miedos a la apertura tienen que ver con las disfunciones del mercado. En este capítulo, la opresión global, Pankaj Ghemawat examina varios miedos sobre el impacto político de la globalización y como la libertad nos puede impulsar hacia el Mundo 3.0. El capítulo finaliza examinando qué hay detrás de "las distintas quejas políticas sobre la globalización." 

"¿No está Estados Unidos apoderándose del mundo?" o "¿No podría ser la globalización una simple manera más de llamar al imperio y la hegemonía transnacionales norteamericanas ejercidos tanto a nivel militar como empresarial?" ¿Qué hay detrás de estos miedos? Pankaj Ghemawat analiza y aporta algo de luz a estas cuestiones. Desde el punto de vista militar, después de la desaparición de la Unión Soviética, el poder militar se concentró más en las manos de Estados Unidos: "en 2009, Estados Unidos sumaba casi la mitad del gasto militar mundial total, aproximadamente siete veces el de China, que figuraba en segundo puesto." Pero tal poderío militar está limitado por su capacidad de provocar resultados deseados en la política exterior. También, la política nacional limita el uso de la fuerza estadounidense si no está en relación con sus intereses nacionales. Desde el punto de vista empresarial, hay dudas sobre si la globalización equivale a la "norteamericanización" o "a la hegemonía de Estados Unidos." No hay evidencias claras sobre si ahora las empresas estadounidenses son más prósperas y competentes globalmente. De hecho, ha habido un descenso, en las últimas décadas, en el número de empresas estadounidenses como en sus cuotas de mercado a nivel global. Desde el punto de vista financiero, la capacidad inversora internacional de Estados Unidos es "negativa y en declive." También, apunta en la misma dirección la capitalización de la cuota del mercado de valores. Por otro lado, la alternativa al dominio estadounidense, la tríada formada por Estados Unidos- Europa - Japón tampoco parece que sea viable ni razonable sobre todo si tenemos en cuenta el crecimiento de China y India. La concentración de comercio internacional y los flujos de inversión declinaron entre las economías más abiertas en las últimas décadas, mientras que sucedió justo lo contrario para las economías menos cerradas. De cara al futuro, el crecimiento de las economías china e india y de las economías emergentes desbancará a las economías de la tríada formada por EE.UU-Europa-Japón: "De hecho, lo que se predecía para 2050 es un cambio del dominio de Estados Unidos, Europa y Japón a una situación en lo que China y la India serán dos de las tres mayores economías mundiales. Eso nos devolverá aproximadamente a donde estábamos en 1820, cuando China y la India representaban casi la mitad de la economía mundial y el G7 sólo un cuarto. Y mientras la estatura de Estados Unidos como el superpoder solitario mundial se va erosionando, la sencilla aritmética de las distribuciones del PIB sugiere que ni China ni la India ni nadie más se levantará para ocupar su lugar en varias décadas futuras." El resultado de este cambio será el paso de la Pax Americana a la multipolaridad

De acuerdo a esto, no hay ningún país que pueda adueñarse del mundo gracias a la globalización. Pero, ¿y las multinacionales? ¿Existe una mayor concentración industrial a nivel global? Mientras que la concentración industrial en los mercados es una cuestión de poder, la superconcentración provoca preocupación "sobre el poder económico, social y político en un frente más amplio." Si comparamos los niveles globales de superconcentración con los niveles de concentración global de las industrias veremos que ha bajado a nivel mundial. Los gobiernos obligan a los negocios a cumplir todo tipo de normas como participantes en los mercados, "lo que incluye impuestos, subsidios, restricciones de precio/beneficio, requisitos de presentación de cuentas y otras regulaciones financieras, normativas sobre productos y de procesos de fabricación, requisitos de que los productos se fabriquen con ingredientes locales, normativas comerciales e industriales,...." Todas estas leyes las hacen los gobiernos. Las empresas pueden influenciar. Y su grado de influencia es muy limitado si se ciñen a los canales legales. En resumen, los tamaños de las empresas no tienen en cuenta la función del gobierno y su capacidad de legislar. También, ignora el papel de los gobiernos en los mercados como "resolver disputas sobre las normas, asegurar el riesgo del mercado, supervisar la inversión en Bolsa y hasta representar los intereses de sus empresas en organizaciones multilaterales como la OMC." La apertura puede impulsar la "vitalidad competitiva" poniendo coto a las relaciones entre los gobiernos y las empresas.

Los miedos a la globalización volvieron a aflorar con la caída de las economías de planificación central o en el caso de China en su conversión a la economía de mercado. Eso "creó falsas percepciones de un nuevo consenso sobre política económica." Y, en este contexto, "el Consenso de Washington, una serie de principios originalmente designados como paquete de reformas para los países en vías de desarrollo afectados por la crisis, hizó metástasis en una recomendación general de fundamentalismo de mercado para todos los países. Como escribió mi amigo y antiguo colega de Harvard Dani Rodrik en 2006, en el prestigioso Journal of Economic Literature, "estabilizar, privatizar y liberalizar" se convirtió en el mantra de toda una generación de tecnócratas." Este mismo autor, Dani Rodrik, aporta la noción del "Trilema político de Rodrik", según el cual "una fuerte integración económica internacional, o bien precisa que las naciones-Estado acepten recortes en su capacidad de legislar, lo que restringe las políticas de masas, o bien la política de masas ha de operar internacionalmente, dejando de lado la primacía de la nación-Estado." Dicho de otro modo, según Rodrik, los legisladores han de elegir dos de los tres objetivos- una fuerte integración económica internacional, naciones-Estado y política de masas, pero no los tres. O sea, la competencia global puede limitar "el espacio político disponible para los gobiernos." No obstante, como sugiere Pankaj Ghemawat, el trilema político de Rodrik "no es que no sea incorrecto; simplemente, en la mayoría de los aspectos no parece relevante" sobre todo si tenemos en cuenta que estamos en un mundo semiglobalizado.

Trilema de Rodrik


Entonces, ¿es la globalización mala para la democracia? La intuición apunta en dirección contraria, así como también, las pruebas. " De manera intuitiva, abrirse al exterior, en especial liberalizando los flujos de información y de ideas, debería asociarse con la apertura política en el interior. De hecho, autores tan distintos como Emmanuel Kant, Joseph Schumpeter, Friedrick Hayed y Niels Bohr identificaron una relación causal entre apertura y democracia. En palabras de Bohr, " la mejor arma de una dictadura es el secretismo, pero la mejor arma de una democracia ha de ser la de la apertura." El período reciente de globalización también ha visto una ampliación de la democracia: en 1975, sólo había 30 países donde se escogía democráticamente el gobierno, en 2010 ya eran 116: "Mas concretamente, y de formas que intentan llegar a los mecanismos subyacentes, los académicos apuntan a las experiencias de países de Europa Central  y del Este y de Sudamérica como prueba de la fuerte relación entre apertura y democracia." Esto sugiere que la eliminación de la democracia tienden a necesitar de un mayor control de las fronteras, mientras que una mayor apertura tiende a estimular la democracia y una mayor distribución del poder dentro de la sociedad. También, Pankaj Ghemawat establece una relación entre globalización y democracia, centrándose en los efectos del comercio y la inversión internacional. ¿Cómo puede la integración comercial y financiera promover la integración democrática, y viceversa? Los beneficios de la integración económica apoyan el crecimiento económico, "y sabemos que la democracia es más estable en países en los que la renta per cápita está por encima de los 3.000- 6.000 dólares." La integración financiera y la transparencia política también son complementarias. Además, hay que tener presente que la distancia geográfica condiciona la difusión de la democracia. Los estudios sobre la teoría del efecto dominó, según la cual, la implantación o eliminación en un país "infecta" a los países vecinos, aumentando o disminuyendo su propensión a adoptar la democracia. Pero, no es menos cierto que si un país está sujeto a un alto nivel de desigualdad, la democracia puede provocar una reacción contraria a la globalización al centrarse en la redistribución interna.

¿Una mayor integración transfronteriza podría promover conflictos transfronterizos? Los escenarios de todos los intervenciones militares estadounidenses entre 1990 y 2002 y su yuxtaposición con la implicación de países en conflictos en la OMC sugería que la implicación económica y los conflictos militares tienden a sustituirse: si no tienes lo uno, tienes lo otro. Si analizamos las guerras nos permite una mayor comprensión "de los problemas y las oportunidades." Aunque los conflictos militares han descendido de manera espectacular desde principios de la década de los 90, las guerras civiles siguen siendo más frecuentes. Los países pobres tienen una probabilidad mucho mayor que los países ricos de verse atrapados en conflictos armados. Estos conflictos internos son atribuidos a la globalización, aunque, como afirma, Pankaj Ghemawat, "cuando, de entrada, muchos de ellos no están demasiado integrados en la economía mundial, es ir demasiado lejos." Dicho esto, estos conflictos muchas veces sobrepasan las fronteras nacionales. Así, se calcula que el coste económico de los Estados fallidos es de hasta 270.000 millones de dólares al año. Buena parte de este coste se calcula que lo soportan "los países vecinos, ellos mismos también pobres, cuyos ingresos se ven mermados por el conflicto de la puerta de al lado." Éste es, en palabras de Pankaj Ghemawat, "un ejemplo de externalidad transfronteriza." Finalmente, buena parte de los conflictos están provocados por sentimientos nacionalistas más que por la globalización. El nacionalismo tiene tendencia a reavivarse en épocas de crisis o de incertidumbre económica: "Hay un estudio que sugiere que un descenso de un punto porcentual en la tasa de crecimiento se asocia, de manera aproximada, con un punto porcentual de más apoyo a los partidos de extrema derecha o nacionalistas de un país, y todavía más en los países en los que la renta está relativamente bien distribuida."

¿Qué hay detrás del surgimiento de estos movimientos independentistas? La aspiración de creación de nuevas naciones-Estado, que está detrás de muchos conflictos internos, también han sido asociadas a la globalización. Parece ser que la globalización "de los mercados va de la mano del separatismo." La idea es que en un mundo cerrado- Mundo 1.0-, los países grandes disfrutan de ventajas económicas sobre los países pequeños "porque las demarcaciones políticas determinan el tamaño del mercado." Pero, con un comercio más libre, los países más pequeños pueden "formar jurisdicciones políticas homogéneas que resultan económicamente viables." Aún así, la fragmentación no equivale a una "siempre creciente libertad."

En resumen, una mayor apertura mejora la política y ayuda a estimular el crecimiento, que históricamente ha tendido a dar "un mayor grado de justicia social, democracia, liberalización y respeto de los derechos humanos." Así, estas preocupaciones políticas no son motivo para poner freno a la globalización.
Pankaj Ghemawat Mundo 3.0


15 de mayo de 2015

Quinto fallo de mercado en la integración transfronteriza: la explotación global

La mayoría de las personas creen que la globalización es injusta y sostiene prácticas de explotación. De modo que "debemos sopesar cómo se distribuyen entre la gente los beneficios y los costes de la integración transfronteriza, en vez de fijarnos sólo en su impacto total." En los países ricos, existe la percepción que el comercio con los países pobres amenaza las condiciones de vida de los trabajadores de los países desarrollados. Por contra, en los países pobres, existe la percepción que la globalización "está que las posiciones de relativa desventaja, privando a los países y a las personas de vías hacia la prosperidad que los ricos de hoy recorrieron en el pasado." Detrás de ambas, está la noción de que la globalización ha sido una imposición que beneficia a los "propietarios del capital" sobre los trabajadores. En este capítulo, la explotación global, Pankaj Ghemawat revisa estas percepciones y "examina las pruebas" existentes que apoyan a esas percepciones:"Primero resumimos las diferencias económicas entre las personas de todo el mundo y los países en los que viven. Luego examinamos el impacto de la globalización sobre los trabajadores de las economías avanzadas, ocupándonos de las inquietudes sobre la creciente desigualdad y el descenso de los niveles salariales y la seguridad laboral. Finalmente, evaluamos los efectos de la globalización sobre los trabajadores de los países en vía de desarrollo. Veremos que la globalización no es explotadora de por sí, pero que hay quien sale perdiendo cuando los mercados se integran. El capítulo concluye con una serie de sugerencias para dar forma a la integración para crear un mundo más justo y, a la vez, más próspero."

Los economistas tienden a evitar el tema de la distribución. Cuando prestan atención a la distribución de la riqueza, suelen centrarse en la desigualdad de ingresos. Tradicionalmente, los economistas han considerado la desigualdad y el riesgo de pérdidas de trabajo "consecuencias necesarias pero indeseables de los incentivos requeridos, para animar el crecimiento económico." Han contemplado la redistribución como algo que reducía el crecimiento "porque rebajaba los incentivos para enriquecerse." Hay otras teorías que conciben la desigualdad por sí misma como un obstáculo para el crecimiento, "creando inestabilidad política y social y desanimando a los ricos de acumular riqueza." Óbviamente, los niveles altos de desigualdad no sólo perjudican a los pobres sino también a las clases medias. Y, como bien resume, Pankaj Ghemawat: "mientras que la noción comunista de igualdad forzosa de los resultados es claramente una mala idea, las preocupaciones por la distribución de la riqueza no pueden ni deben ser ignorados. Existen buenos motivos para intentar aportar mayor igualdad de oportunidades, si no unos resultados más igualitarios." Veamos como la desigualdad se ha traducido a nivel global, en los países ricos y en los países pobres.

En 2002, el 10% de la población mundial más rica tenía el 57% de los ingresos mundiales, mientras que el 70% más pobre sólo tenía el 5%. ¿Cómo se distribuye la riqueza dentro de un país? y ¿cómo se distribuye entre países? Un indicador que permite conocer las desigualdades es el índice Gini. Actualmente, el índice Gini en todo el mundo ronda entre el 60% y el 70%, "y si observamos la riqueza más que los ingresos, el Gini global se acerca 90%." En paralelo, se ha estado produciendo un declive en la desigualdad total en las últimas décadas, aunque "ocultando patrones mixtos de sus dos componentes: la desigualdad entre países y la desigualdad dentro de los países." Respecto a la desigualdad entre países, la incorporación e integración del sudeste asiático en la economía de mercado ha reducido la desigualdad total, "elevando el nivel más bajo de la distribución de los ingresos." Mientras que, la desigualdad dentro de los países, se ha elevado. Para profundizar más, vamos a ver a continuación cómo se ha desarrollado la desigualdad entre los países ricos y entre los países pobres.

El impacto de la globalización ha provocado enormes inquietudes en los trabajadores de los países desarrollados. De entre esas inquietudes, Pankaj Ghemawat menciona tres: "que los trabajadores no cualificados queden rezagados respecto de los cualificados; que el conjunto de trabajadores pierden poder respecto de los propietarios de capital, y que los puestos de trabajo se hagan menos seguros." Respecto al primero, ha aumentado en los países desarrollados. Es el caso de EE.UU donde ha aumentado la desigualdad "desde 40, en 1980, hasta 47, en 2007." La creciente brecha salarial en EE.UU se ha relacionado con el creciente comercio con los países pobres: "La cobertura en la prensa de empresas que cerraban plantas de fabricación en Estados Unidos y abrían nuevas en países con menores costes de mano de obra alimentó todavía más el miedo y lo extendió entre la opinión pública." Pero, la globalización tan sólo es un factor más: "la economía estaba cambiando de la fabricación a los servicios, los sindicatos perdían fuerza, la tecnología que ahorra mano de obra se implantaba rápidamente..." El cambio tecnológico es la principal causa de la creciente desigualdad, no la globalización: "Tal vez esta última produjera entre un 10 y un 20% del aumento de la brecha salarial." También, existen dudas sobre el papel de la globalización sobre la distribución de ingresos en EE.UU. A pesar de que, EE.UU se había integrado "en los mercados internacionales en las décadas de 1990 y 2000, sin ensachar la brecha salarial entre trabajadores cualificados y no cualificados." Aún así, los trabajadores de EE.UU cualificados o no cualificados podrían estar perdiendo con la globalización. La proporción de ingresos nacionales "que van al mercado de trabajo cayeron entre un 3% y un 4% en EE.UU y otras economías anglosajones, y cerca del 10% en Europa y Japón de 1980 a 2006." Respecto al segundo, "¿Qué explica la proporción descendente de ingresos nacionales en el mercado laboral en los países desarrollados desde la década de los ochenta?", el factor principal que explica esta disminución es el cambio tecnológico. Es el factor determinante de la reducción de la parte laboral de los ingresos nacionales. Respecto al tercero, "¿hace la globalización que los puestos de trabajo sean menos seguros?" En EE.UU, la moderación salarial no se ha traducido en una mayor estabilidad salarial o en una mayor seguridad laboral. La duración de los empleos y del empleo a largo plazo ha ido disminuyendo. Este fenómeno no es sólo exclusivo de EE.UU. sino también en Europa. La globalización podría reducir la volatilidad de los mercados laborales. ¿Por qué? "A medida que los mercados se abren y las ventajas comparativas pasan de un país a otro, los trabajadores de sectores en los que crecen las importaciones se enfrentan a un riesgo creciente de pérdida del empleo, lo que también podría conducir a un desempleo más conflictivo." Otra asociación propuesta entre globalización y volatilidad laboral es que la globalización pudiera facilitar que "los empresarios sustituyan a los trabajadores nacionales por extranjeros." Hay estudios donde se desmuestra, que no se produce esa substitución. Aunque sí hay trabajadores en los países ricos que pierden su trabajo "por culpa de la competencia extranjera y la deslocalización, los mercados laborales siguen siendo apabullantemente nacionales."

Buena parte de la preocupación de los países en vía de desarrollo "refleja la verdadera explotación a la que se vieron sometidos muchos de estos países bajo la bota colonial." ¿Qué ha ocurrido bajo la globalización? La pobreza ha descendido: "el número de personas que viven con menos de 2 dólares al día pasó de 1.600 millones en 1970 a 850 millones en 2006, aunque la población mundial casi se duplicó durante el mismo período." La integración de los países pobres en el comercio internacional ha reducido su pobreza. No obstante, se ha producido una creciente desigualdad dentro de esos países. Un aspecto fundamental es cómo se genera esta desigualdad y cómo influye sobre el crecimiento: "la concentración empresarios es muy distinta de su concentración entre las oligarquías afianzadas. Hay estudios que han mostrado que la riqueza multimillonaria de los ricos hechos a ellos mismos promueve un crecimiento económico más rápido, mientras que los altos niveles de patrimonios en manos de herederos llegan a restar hasta dos puntos porcentuales al año. La riqueza afianzada plantea un reto especial en algunos países en vías de desarrollo: las posesiones de los multimillonarios de media, representan menos de un 3% del PIB en los países industriales, pero el 13,3% en algunos países del Este de Asia." La globalización puede afectar a los mercados laborales de los países pobres. Los trabajadores pueden perder el empleo por la competencia extranjera. La globalización puede beneficiar a los trabajadores, si se produce una mayor apertura que impulse la creación de empleos, convirtiendo "el potencial demográfico de los países pobres en prosperidad real."

¿Cómo podemos construir un mundo más justo? Para Pankaj Ghemawat es posible un mundo más justo y próspero, promoviendo la productividad y protegiendo a las personas, más que "proteger los puestos de trabajo." Debemos aprovechar los beneficios del comercio pero sin olvidar la seguridad laboral. Las políticas para fomentar la productividad y proteger a las personas son responsabilidad  de los gobiernos: "Éstos tienen la capacidad de estimular una demanda sofisticada, abrir el acceso a inversiones extranjeros, incrementar la rivalidad entre empresas, facilitar la redistribución de recursos, financiar la formación y los seguros de desempleo, etcétera." Pero también hay quien piensa que la globalización cuarta a los gobiernos esta función a favor de las multinacionales.




30 de abril de 2015

Cuarto fallo de mercado en la integración transfronteriza: los desequilibrios globales.

Los tres capítulos anteriores hablamos sobre tres tipo de fallo de mercado: la concentración, las externalidades globales y los problemas de información. En este capítulo, los desequilibrios globales, vamos a centrarnos en los desequilibrios transfronterizos. Se está produciendo un aumento del desequilibrio comercial y de capitales a nivel global. Al mismo tiempo, se discute si debe haber o no una intervención política al respecto: "Mientras, los países que tienen grandes déficits comerciales, Estados Unidos en especial, se muestran más receptivos a los argumentos 1.0 a favor del proteccionismo y el mercantilismo como formas de reducir los requisitos externos de préstamo." En la primera mitad del capítulo, Pankaj Ghemawat se centra en los desequilibrios de capital. Centrándose, en los desequilibrios comerciales y de inversión entre EE.UU. y China. Mientras que, en la segunda mitad, se centra en los desequilibrios demográficos entre diferentes regiones del mundo y como se podría mitigar con una mayor "migración transfronteriza."

Los desequilibrios de capital tienen relación con los desequilibrios comerciales. En una economía cerrada no existe ningún desequilibrio entre ambos: "el comercio es cero y los ahorros equivalen a la inversión." Es el comercio el que "hace de brecha entre los ahorros y las inversiones." Si un país tiene superávit comercial, sus ahorros superan a la inversión nacional, y si tiene déficit comercial, justo el fenómeno contrario. A falta de otros flujos de capital, hay que añadir la balanza comercial y la balanza de pagos. ¿Qué son?: "El ahorro nacional menos la inversión nacional equivale a la balanza comercial: exportaciones menos importantes. Y añadiéndole otros tipos de flujos de capital, los ahorros menos las inversiones se convierten en el equivalente a la balanza de pagos: la balanza comercial más renta neta de los factores de producción exterior y el pago de transferencias netas." Los superávits o los déficits crónicos a nivel nacional implican mayores desequilibrios que tienden a acumularse. Estos efectos tienen repercusión en la inversión internacional de un país. Respecto a los desequilibrios de la balanza comercial, han aumentado estos últimos años a nivel mundial. El motivo fundamental es la demografía: "Advirtamos de momento que la relación entre edad y propensión al ahorro es muy intuitivo: los jóvenes no pueden ahorrar demasiado y muchos piden préstamos para ganarse los estudios; los adultos ahorran en su etapa laboral, pero luego se gastan los ahorros durante la jubilación. Esto sugiere, entre otras cosas, que puesto la parte de la población de ahorradores principales llegará a su máximo en los países desarrollados mucho antes que en las economías emergentes, los desequilibrios- con los mercados desarrollados incurriendo cada vez más en déficits de balanza comercial y los mercados emergentes, en superávits- irán aumentando hasta 2025." Sin embargo, la demografía no explica totalmente los actuales desequilibrios de balanza comercial.

Éste es el caso de China y EE.UU. Pankaj Ghemawat acuña el término "Chimérica" para describir la relación entre los dos países que se caracteriza por un superávit comercial de China y por un déficit comercial de EE.UU. ¿Cuáles son sus efectos? Pankaj Ghemawat lo resume así: "El superávit de China se añade a sus reservas de moneda extranjera, como lo hacen sus adquisiciones de moneda extranjera que entra en el país, destinados a mantener bajo el dinero chino. Estas reservas se utilizan para financiar los préstamos adicionales del gobierno estadounidense- China es el mayor poseedor del mundo de tesoro estadounidense- y ayudar a apuntar el dólar. Esto, a su vez, alimenta el consumo de Estados Unidos  y los déficits comerciales, perpetuando los desequilibrios." ¿Cómo un país como China ha podido financiar el déficit de balanza comercial de Estados Unidos? Para poder comprenderlo, hay que analizar las balanzas comerciales de ambos países. Existen desequilibrios internos- una brecha entre ahorro e inversión- como externos- déficits comerciales y "disparidades monetarias"- entre China y EE.UU que explican esos desajustes entre las balanzas comerciales de ambos países.

El siglo XXI es el "siglo del envejecimiento", dejando atrás al "siglo del crecimiento de población", que había sido el siglo XX. La población mundial llegará a los 9.000 millones a mediados del siglo XXI. Detrás está la llamada "transición demográfica" que está consolidada en los países ricos, "pero en etapas distintas y progresando a ritmos diferentes por el mundo en vías de desarrollo." La relación entre demografía y economía ha evolucionado desde los planteamientos maltusianos. Las investigaciones actuales indican que no hay efectos positivos ni negativos del crecimiento de población sobre la renta per cápita. Sí, sobre la distribución por edad de la población: "Una gran cantidad de niños como en Níger o una amplia proporción de jubilados como en Japón representan que cada trabajador ha de mantener a más dependientes, lo cual dificulta la acumulación de riqueza." Una solución a estos desequilibrios demográficos es el aumento de las migraciones. Dicho aumento suscita miedos en la población receptora de la inmigración. Actualmente, los flujos migratorios son menores que los flujos de capital  y de mercancias, con sólo un 3% de la gente viviendo fuera de su país, "la misma proporción que hace 50 años." ¿por qué no se ha disparado el número de inmigrantes? "La respuesta es que mientras los beneficios de la migración netos después de su coste han subido, han aumentado las barreras para bloquear su crecimiento." Las políticas de la mayoría de los países están más centradas en restringir que en facilitar la migración. La mayoría de las migraciones no son a países desarrollados: "El 60% de la migración desde países en vías de desarrollo es hacia otros países en vías de desarrollo. Un 37% es de países en vías de desarrollo a países desarrollados, y el resto 3% es desde países desarrollados a países en vías de desarrollo." También, la mayoría de los que emigran "se quedan dentro de sus regiones natales; un 60% se va a un país con la misma religión principal, un 40, a un lugar en el que se habla el mismo idioma principal, etcétera." ¿Cuáles son los beneficios de la liberalización de los flujos transfronterizos? Para los inmigrantes que se trasladan de un país pobre a uno rico, "tienen enormes beneficios económicos, culturales, administrativos y geográficos." Sin embargo, también existen miedos a la inmigración en los países receptores y en los países emisores.

En los países receptores, el flujo constante de inmigrantes crean tensiones en los mercados laborales. Los "trabajadores nativos" temen que la llegada de inmigrantes signifique una mayor competencia, sueldos menores y mayor desempleo. Y, esto sería cierto, "si todos los trabajadores fueran idénticos y la demanda de mano de obra fuera fija." Pero, la realidad es que el trabajo de los inmigrantes sustituye parte del trabajo de otros nativos, ayudándoles a mejorar sus perspectivas de empleo y sueldo." Al mismo tiempo, los inmigrantes "precisan bienes y servicios en las economías a las que se incorporan, lo cual crea trabajo adicional para los nativos." Quizás, si deberíamos preocuparnos acerca del impacto de las migraciones sobre los trabajadores no cualificados o con baja cualificación de los países desarrollados. La inmigración puede ayudar a corregir los desequilibrios demográficos en los países desarrollados aunque no es nunca la panacea. Las migraciones pueden ser útiles, "pero también plantean cuestiones difíciles sobre cómo gestionar las transiciones y reforzar los requisitos de regreso, a la vez que se respetan los derechos y los intereses de todas las partes implicadas." De modo que la inmigración debe formar parte de un conjunto de políticas: impulso de la productividad, incremento de la fertilidad, etc. Nunca sustituyen a estas políticas. No, como única medida. Otros miedos relacionados con la inmigración que cabe prestar atención, son "los miedos culturales y administrativos." Desde el punto de vista cultural, habrá quien quiera evitar la inmigración para preservar "el carácter étnico e histórico-cultural de sus comunidades." Y, desde el punto de vista administrativo, existe la creencia de que la inmigración puede disparar los niveles de delincuencia. Otro miedo "administrativo" es el uso de los servicios de bienestar por parte de los inmigrantes, suponiendo una sangría de estos recursos para los países receptores. La insistencia en estos argumentos refleja según Pankaj Ghemawat,"la convicción "todo o nada" de que hay una cantidad fija de prosperidad de la que disfrutar, y que si se la llevan los inmigrantes, quedará menos para repartir entre los nativos."

En los países emisores, el gran miedo es "que la fuga de cerebros o la partida de profesionales cualificados marchándose a ganar sueldos superiores a los países ricos priva a la economía local del talento y se lleva los beneficios que cabría esperar de la escasa inversión que el país ha hecho en educación." Esta preocupación se contrarresta por los beneficios que reciben los países emisores, cuando los emigrantes se marchan al extranjero. El beneficio más evidente son las remesas. Por otro lado, los emigrantes "traen de vuelta conocimientos a sus países en vías de desarrollo." Así, la movilidad de los trabajadores cualificados "dista mucho de ser una pérdida pura o una fuga de cerebros para los países en vías de desarrollo."
Pankaj Ghemawat desequilibrios globales



14 de abril de 2015

Tercer fallo de mercado en la integración transfronteriza: Los riesgos globales de la globalización

Este capítulo del libro, Los riesgos globales, tiene como objetivo "iluminar un poco sobre las implicaciones de riesgo de la interdependencia económica internacional, para poder dar forma a la integración y hacer que el Mundo 3.0 sea no sólo más próspero, sino también más seguro." Empezaremos con las imperfecciones de información y cómo ésta tiene relación con la volatilidad de los mercados. Para luego revisar cómo la volatilidad ha aumentado con los niveles de integración y cómo la crisis comporta un "contagio internacional" del riesgo. Este capítulo concluye con la relación entre integración y riesgo, ofreciendo "recomendaciones para lograr que la globalización resulte más segura." La globalización ha sido señalada como culpable de la creciente volatilidad de los mercados. Y, como esta volatilidad ha extendido "problemas que, de lo contrario, se habrían mantenido localizados." Al mismo tiempo, la globalización ha introducido nuevas formas de riesgo: "Debido a la creciente interdependencia de los sistemas globales, los riesgos se transmiten actualmente mucho más lejos y rápido que antes, pasando de una industria o país a varios países o sectores." Sin embargo, se infravalora los beneficios de la globalización, si se apuesta por la diversificación, reduciéndose así la exposición al riesgo. En este sentido, y como sugiere Pankaj Ghemawat, en el Mundo 3.0 "sí identifica explícitamente los (potenciales) beneficios de la globalización vinculados al riesgo que otras perspectivas anteriores no hacían." en referencia al Mundo 1.0 y al Mundo 2.0.

Los fallos de mercado puede deberse a veces por imperfecciones en la información. Las "asimetrías de información", entre lo que sabe el mercado y lo que conocen los inversores, son sólo uno de los problemas de la información. Ademas de contribuir a la volatibilidad, dificulta que los inversores puedan tomar una decisión con la información que disponen. A esto, hay que añadir que la distancia puede "exacerbar los problemas de información". Y, si añadimos la especulación podría agravar estos problemas. Y, con ello, la volatilidad. De este modo, las imperfecciones de información son capaces de contribuir "al comportamiento por imitación, a la formación de burbujas y, por supuesto, a la volatilidad." Pero, estas imperfecciones no afectan a todos los mercados por igual. Por lo tanto, la mayoría de los mercados "no están sujetos a toda la serie de problemas de información y a la volatilidad en los que se centra este capítulo."

¿Siempre ha sido así? La visión general es que, a medida que la integración transfronteriza aumentaba en la última parte del siglo XX y a principios del XXI, la volatilidad descendió: "Así, la volatilidad de los ingresos agregados de Estados Unidos de 1984 a 2004 era más a manos la mitad de la media del período 1960- 1983. De manera más amplia, en la mayoría de las economías industriales la volatilidad macroeconómica ha descendido desde mediados de la década de los ochenta. Esto debería tranquilizar un poco respecto a que la globalización no conduce inevitablemente a la inestabilidad macroeconómica." ¿Y qué hay de las Bolsas? Las Bolsas estaban más interrelacionadas durante la Gran Depresión que a finales del siglo XX. En la primera década del XXI, las "correlaciones sí aumentaron, a medida que los flujos financieros globales se acercaban a la crisis financiera global pero distan mucho de ser perfectos y podrían incluso descender con la desaceleración financiera." Niveles superiores de correlación implican un mayor riesgo. Este mayor riesgo se puede mitigar a través de la ley de la distancia a la hora de reducir el contagio a otros países o zonas alejadas de la zona zero. Es el caso de la crisis de la deuda soberana griega o la crisis asiática de 1997. En parte, esto es debido a que los flujos no son los únicos que extienden las crisis sino también el miedo y la confianza así como el control de aranceles y capital. Algo de contagio resulta inevitable, pero está condicionado por la distancia. Para mitigar este contagio, debemos potenciar una mayor integración transfronteriza, conociendo los riesgos y beneficios de ese proceso de integración.

Vamos a centrarnos ahora en la integración de dos mercados, el de capitales y el de cereales. Los mercados de capital son susceptibles a la volatilidad. Los defensores de la apertura de los mercados financieros creían que "el capital circularía de los países ricos a los pobres, acelerando el desarrollo en los pobres y ofreciendo buenos rendimientos a los inversores." Tales flujos son menores de lo que los modelos predecían y más bien el capital se trasladaba de los países pobres a los ricos. Por otro lado, un argumento a favor de la apertura de los mercados de capital es la reducción de la volatilidad del consumo. Además, los países desarrollados como los emergentes comparten riesgos a través de esta vía. En el otro extremo, encontramos argumentos en contra. Los detractores de la apertura de los mercados de capital consideran que se presionan a los países pobres para que liberalizen sus mercados, favoreciendo y beneficiando a los inversores de los países ricos. Otros ponen el énfasis en que los mercados de capital abiertos pueden provocar o empeorar las crisis económicas. Por tanto, como concluye Pankaj Ghemawat, "el debate sobre el impacto global de la liberalización de las cuentas de capital sigue abierto." Desde el Mundo 3.0, se evidencia los beneficios y riesgos de los flujos de capital internacional. En resumen, la apertura a los flujos internacionales "es una fórmula variada." Pankaj Ghemawat recomienda que "los países deben liberalizar el comercio de mercancías antes que el comercio de activos financieros." El capital no debe dejarse en manos de mercados financieros que, debido a las imperfecciones de información, corren el riesgo de cualquier tipo de crisis monetaria, bursátil o económica. La globalización suele ser acusada de contribuir a la volatilidad del precio de los alimentos. Más bien, son los obstáculos en la comercialización de alimentos los que provocan la volatilidad y no su exposición a los mercados internacionales: "En 2008 sólo un 18% del trigo, un 7% del arroz y un 10% de los cereales de grano grueso se comerciaban a través de las fronteras, y estos tres alimentos representan el 60% de la ingesta calórica de la dieta humana mundial. En conjunto, el comercio de productos agrícolas constituyó sólo un 8,5% del comercio total de mercancías. Un motivo es el proteccionismo." Los países desarrollados conservan los aranceles, los subsidios o las cuotas. El impacto de las restricciones de las exportaciones sugiere que la apertura de los mercados "habría aportado una mayor estabilidad de precios y, por tanto, habría mejorado la seguridad alimentaria." A pesar de todo, hay quien cree que la presión sobre los precios "se exarcebará con el incremento demográfico y el calentamiento global." Sin embargo, nuestro planeta podrá alimentar a 9.000 millones de habitantes a mediados del siglo XXI. En resumen, el comercio internacional puede reducir la volatilidad de los precios de los alimentos.

Hemos analizado los mercados de capital y de alimentación. Volvamos otra vez a la relación entre integración y riesgo. El potencial de reducción de riesgo a través de la diversificación del comercio internacional se ignora en los Mundo 1.0 y 2.0. El Mundo 1.0 es reacio a la integración y busca la seguridad dentro de las fronteras nacionales. El Mundo 2.0 no cree en los beneficios potenciales de la diversificación de riesgos porque ignora las diferencias entre países. El Mundo 3.0, como dirige su atención a las diferencias y a los fallos de mercado, subraya el potencial de reducción de riesgos a través de la integración. ¿Cómo podemos enfocar estos retos? Primero, diversificar: "cualquier inversor es consciente de lo peligroso que es tener acciones de una sola empresa." La diversificación del riesgo puede contribuir a una mayor seguridad. Dicho esto, el propio Pankaj Ghemawat reconoce: "la diversificación está lejos de ser suficiente para gestionar los riesgos de un mundo semiglobalizado con imperfecciones de información." Ciertos flujos transfronterizos puede ampliar o crear nuevos riesgos. Para contrarrestar estos riesgos, Pankaj Ghemawat sugiere la fórmula ABC: alarmas, barreras y cojines. ¿En qué consiste esa fórmula? "Las alarmas son sistemas de advertencia anticipada, las barreras frenan el contagio y los cojines suavizan los golpes, en especial para los más vulnerables." Teniendo en cuenta la discusión sobre la regulación de los riesgos, la integración transfronteriza tiene sentido con el objetivo de reducir el riesgo a través de la diversificación. La clave está en "evaluar los flujos específicos por ellos mismos y dar forma a la globalización para potenciar sus beneficios, al mismo tiempo que se controlan sus riesgos."

los riesgos globales de la globalización Pankaj Ghemawat

2 de abril de 2015

Segundo fallo de mercado en la integración transfronteriza: Las externalidades globales

En este capítulo, vamos a hablar sobre el segundo fallo de mercado: las externalidades globales que la globalización exarceba. Como apunta Pankaj Ghemawat, "la idea subyacente es que las transacciones de mercado no consiguen poner precio a los prejuicios, desde la contaminación del aire y del agua y el agotamiento de los recursos naturales, hasta el calentamiento global." Los efectos de la globalización sobre el medio ambiente son variados. Los efectos medioambientales son "altamente negativos y externalizados" como es el caso del calentamiento global. La solución debe pasar por una mayor coordinación transfronteriza de normativas medioambientales. Para Pankaj Ghemawat, debe predominar lo que él llama "enfoque medioambiental del Mundo 3.0": "los fallos de mercado debidos a las externalidades medioambientales, les impone una comprensión de la contaminación- utilizando, entre otras cosas, la noción de 6 sensibilidad a la distancia- y busca identificar y mejorar los efectos medioambientales de la globalización, tanto los positivos como los negativos."

¿Qué es una externalidad? ¿Por qué hablamos de externalidades positivas o externalidades negativas?Las externalidades surgen "cuando el precio pagado por algo no representa todos los costes y beneficios para todas las personas que realmente han sido afectadas por la transacción." Hay dos tipos de externalidades: las positivas y las negativas. Las externalidades positivas "conllevan importantes beneficios no internalizados, como los excedentes compartidos- spilloven- de conocimientos" sin embargo las externalidades negativas "conllevan importantes costes no internalizados, de los cuales la contaminación y otros daños mediambientales son los ejemplos mas claros." Cuando aparecen las externalidades, hay dos maneras básicas de resolver el problema: "una opción es cambiar la propiedad de los recursos implicados para internalizar la externalidad" y la otra es "crear una normativa que cambie mis incentivos, como un impuesto que cubra el coste de limpiar mi suciedad o una norma que diga que no está permitido." En ambos casos tiene que haber una autoridad reguladora que establezca y haga respetar la norma. Pero, "¿y si vivo en territorio fronterizo?", será necesario que exista algún tipo de cooperación entre normativas reguladoras. En todo caso, el fallo de mercado fundamental, que subyace y que describe muy bien Pankaj Ghemawat, es el siguiente: "si puedo perjudicar a otro sin acarrear con los costes, es probable que siga haciéndolo hasta que venga autoridad a impedírmelo. Y cuando este tipo de perjuicios cruzan fronteras, los gobiernos tienen que coordinar sus respuestas para solucionarlos de manera efectiva. Cuanto más gobiernos tengan que implicarse y más distintos sean sus intereses, más difícil será ponerse de acuerdo en una regulación efectiva." Esta falta de coordinación en las normativas reguladoras entre países, "crea el potencial para que la globalización perjudique el medio ambiente."

Existe efectos directos e indirectos de la globalización. Respecto a los efectos directos de la globalización, el impacto directo más evidente de la globalización sobre el medio ambiente es la contaminación "por el transporte de productos y personas entre países." El transporte representa el 23% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. La mayoría corresponde al transporte doméstica, "por el realizado por carretera, principalmente por viajes dentro de las fronteras de un mismo país." Sin embargo, la aviación internacional y el transporte marítimo representan un 6% y un 9% de emisiones de CO. Según la OMC, "el 90% del comercio global de mercancías en volumen se transporta por mar, y el grueso de las emisiones de CO en el sector de los transportes proviene del transporte por carretera, por lo tanto el comercio internacional no parece desempeñar un papel principal en la generación de emisiones del sector del transporte." Teniendo en cuenta la importancia que tiene el transporte marítimo para la globalización, también cabe destacar otros daños medioambientales provocadas por los vertidos de petróleo de los buques cargueros en todo el mundo. La aviación es la otra forma de transporte asociada con los flujos internacionales de larga distancia. Según la industria del transporte aéreo: "la contribución total de la aviación al cambio climático humano es actualmente de aproximadamente el 3,5%. Este porcentaje se puede esperar que crezca hasta el 5% en el año 2050 debido a la gran demanda de servicios de aviación." La misma fuente cita que el 80% de las emisiones de gases de efectos invernaderos de la aviación provienen de los vuelos de 1.500 kilómetros o más, de modo que sí una gran porción de las emisiones de la aviación son debidas a los vuelos internacionales. En resumen, los dos medios de transporte más importantes para los flujos transfronterizos contribuyen al calentamiento global, "pero de manera modesta en comparación con causas domésticas." Y, esto es debido a que "la mayoría de las actividades humanas son básicamente nacionales, no es de extrañar que el transporte nacional contribuya mucho más a la contaminación que el internacional."

Respecto a los efectos indirectos de la globalización, se puede diferenciar entre tres tipos de efectos medioambientales:
Efectos de escala: la globalización extiende la producción y, por tanto, la contaminación.
Efectos técnicos: relacionados con el grado de "limpieza o suciedad de las técnicas de producción y elimación de los restos utilizadas."
Efectos de composición: "que derivan de cambios en la mezcla de producción de un país a otro."
Los tres efectos medioambientales indirectos de la globalización son reales. De modo que, el impacto medioambiental indirecto de la globalización depende de si los efectos negativos superan a los positivos, "podemos esperar que la globalización comparte crecimiento económico pero un entorno más contaminado." Por otro lado, si los efectos positivos superan a los negativos, la globalización y el crecimiento económico puede contribuir "a un entorno más limpio." Las investigaciones sugieren que la globalización(o el crecimiento económico) puede(o no)ser mala(o buena) para el medio ambiente. Según Pankaj Ghemawat, hay otros dos temas, relacionados entre sí, sobre el impacto medioambiental de la globalización: El primero, el potencial de una "carrera hasta el fondo" en los criterios medioambientales. El segundo, los "paraísos de contaminación" en los países pobres. Respecto el primero, la carrera hasta el fondo "sencillamente no parece haber ocurrido." Existe una relación positiva entre la apertura al comercio y el beneficio para el medioambiente. Ademas, los países desarrollados han tomado medidas medioambientales a lo largo de estos últimos 30 o 40 años y los países en vías de desarrollo han seguido sus pasos. Sobre si existe paraísos de contaminación en los países pobres hay pruebas contradictorias en palabras de Pankaj Ghemawat: "supone que toda la redistribución de industrias contaminantes de países con criterios ecológicos rígidos o países con una normativa más laxa es potencialmente problemática. Puesto que hay muchas fuentes de contaminación, centrarnos en si la globalización ha conducido o no a la creación de paraísos de contaminación puede dejarnos ver que hay "zonas calientas de contaminación." Con el propósito de pensar en "cómo regular los problemas medioambientales, pasaremos a observarlos patrones de contaminación en conjunto y a pensar en qué hacer sobre los mismos, en vez de intentar refinar los cálculos sobre cuánta contaminación hay que atribuir a la globalización."

Para saber qué hacer con las externalidades medioambientales, resulta necesario conocer su alcance geográfico. Centrarnos en la contaminación tiene sentido porque está sujeta a la ley de la distancia: "cuanto mayor es la distancia geográfica entre contaminador y contaminado, menores son las concentraciones de contaminante que experimenta el contaminado." Determinar la sensibilidad a la distancia ayuda a "determinar el alcance del problema." Para los contaminantes sensibles a la distancia, la contaminación suele ocurrir dentro de las fronteras de un país. La población espera que las autoridades presten atención al asunto: "En tales situaciones, la población espera que la autoridad gubernamental pertinente se ocupe del asunto. Puede que tengan que soportar cierta presión de los activistas ecologistas, pero en países con sistemas democráticos y recursos suficientes para enfrentarse a la situación, estos problemas tienen solución." Sin embargo, estas medidas pueden ser necesarios en países en vía de desarrollo para que no se convierten en vertaderos de basura del mundo. Y si la contaminación ocurre cerca de fronteras nacionales, quizás sea necesario algún tipo de acuerdo transfronterizo. La regulación de los contaminantes requiere la cooperación transfronteriza. Los contaminantes que no son sensibles a la distancia, sí que causan problemas medioambientales a escala global. Son difíciles de solucionar porque requiere una coordinación global entre la normativa de los diferentes países.

Actualmente, nos enfrentamos a un desafío medioambiental a escala global: el calentamiento global debido a las emisiones de CO y otros gases de efecto invernadero. El calentamiento global sería difícil de corregir dentro de un país sin "importantes sacrificios para impedir una catástrofe futura." El cambio climático es una externalidad global y "el mayor fallo de mercado" según Pankaj Ghemawat. La solución al cambio climático data de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, cuando se negoció el tratado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. ¿Cómo quedaría el tema de las externalidades globales en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático? Así, lo resume Pankaj Ghemawat: "el énfasis de la UNFCCC en los objetivos vinculantes es muy correcto, y los mecanismos que prevé, como la negociación de permisos de emisión, la transferencia tecnológica y la ayuda financiera a los países en vías de desarrollo, en general son muy lógicos, aunque hay motivos para pensar que un impuesto sobre el carbono sería superior a una estructura de permisos a grandes contaminadores." ¿Cómo podrían mejorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo con estas premisas? Una manera consistiría en profundizar entre las diferencias entre países. Hay dos tipos de diferencias entre países: aquellos que tienen poder de negociación y capacidad de alcanzar un acuerdo negociado y aquellos que no. Es probable que deba invertirse "tanto esfuerzo y dinero en convencer a los gobiernos a nivel nacional para actuar, como en la agitación internacional." Con un aumento de la población mundial previsto para 2050 y un incremento de los ingresos per cápita, "no estamos hablando de seguir generando tanto producto mundial bruto como hoy sin causar más daños medioambientales sino de incluir tal vez cinco veces más de producto mundial para 2050." Hará falta mucha innovación para responder a estos retos. El mundo deberá abrirse al comercio y a la inversión para asumir estos cambios. Para Pankaj Ghemawat, la innovación "podría acabar siendo el vínculo más importante entre la globalización y el medio ambiente."

El impacto ecológico de la globalización ha sido: "no totalmente positivo, pero tampoco responsable de la mayoría de los problemas ecológicos del mundo." La globalización ha hecho "más bien que mal al planeta", si no estamos a favor de proteger el medio ambiente, manteniendo la pobreza en los países en vía de desarrollo. Además, si el cambio climático parece inevitable, la capacidad de normalizar los riesgos puede ser útil. La globalización es fundamental para el desarrollo y la implantación de las tecnologías verdes. La gravedad del calentamiento global sugiere la necesidad de la cooperación transfronteriza entre los gobiernos y las autoridades reguladoras, no menos. Debemos permanecer atentos a los daños potenciales que la globalización puede provocar, pero la respuesta "no está en el cierre de fronteras en el nombre de la protección medioambiental." Lo que defiende Pankaj Ghemawat es que la globalización "puede fortalecer las contribuciones positivas de la globalización a la sostenibilidad, a la vez que nos da herramientas para corregir los daños medioambientales, sean cuales sean sus causas."
Pankaj Ghemawat segundo fallo de mercado