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28 de mayo de 2011

Reflexión sobre la relación entre Inteligencia Humana y Inteligencia Artificial en Lyotard y lo inhumano

En varios capítulos del libro Lyotard y lo inhumano, expresa su preocupación por el desarrollo de la inteligencia artificial- IA-  en detrimento de la inteligencia humana- IH-  propiciada por la tecnocracia e impulsado por el capitalismo avanzado. Este avance de la inteligencia artificial esconde la creación de la vida artificial- VA- con el fin de colonizar y de reemplazar la vida biológica en el planeta. Lyotard anticipa este aspecto expansivo y colonizador de  los sistemas de inteligencia artificial sobre la vida humana e intuye los efectos devastadores del desarrollo de la vida artificial- VA- sobre los sistemas biológicos del planeta.

 ¿Por qué teme Lyotard el desarrollo de la inteligencia y la vida artificial? Para Lyotard, el desarrollo exponencial de los sistemas de inteligencia artificial, es una seria amenaza para la supervivencia de nuestra especie y de los sistemas biológicos del planeta. La competencia directa por los recursos naturales  nos llevaría a un conflicto abierto con los sistemas tecnológicos y la vida artificial. Un conflicto de estas dimensiones acarrearía graves consecuencias para la humanidad y para la vida tal como la conocemos. Podríamos enfrentarnos a una extinción masiva de la especie humana como consecuencia de esta disputa por la supremacía en el acceso y control de los recursos entre ambas formas de vida.

 Los temores de Lyotard se acrecientan con los avances en la capacidad de los sistemas tecnológicos para aprender a autoorganizarse y autodirigirse sin el apoyo de la inteligencia humana. En pocas décadas puede llegar a ser una propiedad emergente de los sistemas artificiales y con ello la emancipación de la tecnología del control de la inteligencia humana. El desarrollo de estas capacidades de autoorganización y autodirección se está probando con éxito en la red de redes: Internet.  ¿Cómo se ha llegado al desarrollo de estas capacidades en las máquinas? ¿Por qué? Es el resultado de nuestra dependencia tecnológica para organizar la sociedad. Delegamos nuestra responsabilidad a los sistemas de inteligencia artificial hasta el punto de convertirnos en sus esclavos. Nuestra relación siempre había estado marcada por el control de la tecnología. Hemos perdido esta capacidad de control de los sistemas tecnológicos. Ahora son ellos quienes poseen el control de la relación. La pérdida de control es un síntoma de la delegación de poder en la tecnología. No somos capaces de establecer límites entre la tecnología y nosotros mismos.

16 de mayo de 2011

Descripción e Ideas básicas del libro Lyotard y lo inhumano. Segunda Parte

En resistir el inhumanismo, nos presenta la figura de Lyotard. Lo inhumano (1988) es una colección de ensayos, apenas conectados entre sí, donde se describe dos tipos de inhumanismo. El primero es el capitalismo avanzado con su apetito expansivo y su innovación tecnológica interminable. El segundo es la inteligencia artificial (IA) y la vida artificial (VA), con su imperativo colonialista, un imperativo que el capitalismo hace lo posible por expeditar.

El capitalismo no contempla los intereses del individuo que está subordinado al sistema en nombre del progreso. El capitalismo busca la eficiencia y eficacia del sistema: el objetivo es el ahorro de tiempo. El desarrollo se ha vuelto un fin en sí mismo para el capitalismo, y tras haberse apropiado de la ciencia, se perfila para aumentar su eficiencia, produciendo mayores ganancias y un mayor poder. El desarrollo jamás se verá satisfecho. Si no lo controlamos nos guiará hacia una cultura basada en principios inhumanos. Lyotard llama a la resistencia ante esta cultura. El modelo humano que subyace a este movimiento de resistencia está basado en la reflexión y en la respuesta a los acontecimientos tal y como suceden antes que la eficiencia del sistema de producción. Este último aspecto muy criticado por Lyotard en su libro “Condición Postmoderna”: “La tecnología es un juego que atañe a la eficiencia. Una jugada es “buena” cuando resulta mejor y/o gasta menos energía que otra”. Bajo tal régimen la moralidad desaparece. Las simpatías de Lyotard siempre recaen sobre aquello que el sistema no puede armonizar, sinónimos del concepto de “diferencia”. El inhumanismo trata de erradicar de la naturaleza humana la diferencia. Sin la diferencia, según Lyotard, se pierde lo humano.

¿Puede seguir habiendo pensamiento sin cuerpo? El cuerpo que es propio de la humanidad es colonizado por lo inhumano bajo la forma de la inteligencia artificial. El ensayo de lo inhumano se presenta en forma de diálogo entre Él- Lyotard- y Ella- tecnología-. Él- Lyotard- propone que la muerte del sol es la única cuestión seria que enfrenta la humanidad y sugiere que para resolverla hay que reducir todo a un problema: “Cómo hacer posible el pensamiento sin cuerpo”. Según Lyotard, la tecnocracia, presionada por el desarrollo, está preocupada por mejorar la eficiencia operativa de los sistemas tecnológicos hasta el punto que lo humano se vuelve irrelevante para el proceso. El desarrollo quiere expansionarse de forma indefinida y cualquier cosa que restrinja esa dinámica interna es registrada como un problema a ser superado, mediante mayores niveles de eficiencia operativa. Una vez superado lo humano, lo único que le queda a la expansión del desarrollo es la muerte del sol. La tecnocracia trabaja con el fin trascenderla.

El desarrollo se interesa por el pensamiento porque garantiza su supervivencia. Lyotard cree que el pensamiento puede ser preservado pero debe ser pensado desde el pensamiento humano y no desde un pensamiento computarizado. Para ser digno de ser preservado, el pensamiento debe ser algo más que simple razonamiento lógico. Debe llevar consigo el elemento creativo que caracteriza a la humanidad. Describe el pensamiento como un proceso amorfo e indeterminado similar a cómo se forman las nubes. El movimiento del pensamiento tiene una cualidad ajena al funcionamiento tecnológico: la reiteratividad que caracteriza a la tecnología. El pensamiento humano resiste frente a la precisión y al confinamiento del pensamiento computarizado.

Todos los intentos, por considerar los ordenadores como formas de vida alternativas a otra forma de vida, fracasan, cuando los requisitos que Lyotard establece para esa condición no se cumplen. De las “máquinas pensantes” no se puede decir que piensen en ningún sentido humano del término. Los ordenadores carecen de la impredecibilidad del pensamiento humano, similar a la nube. Son demasiado eficientes y demasiado orientados hacia el funcionamiento. Los ordenadores están direccionados y carecen de ese elemento de creatividad que desafía las reglas, inherente a lo humano. Sin esta creatividad no puede existir o darse el “pensar”.

Aparece en escena, “Ella”- la tecnología-  identificando otro problema para cualquier programa que intente reemplazar a las personas por máquinas pensantes: el problema de género. El cuerpo humano tiene género. La diferencia sexual es algo que llevamos implícito. La tecnociencia sospecha de esta diferencia porque nos lleva al impredecible mundo del deseo. El deseo complica la tarea a la tecnociencia. “Ella”- la tecnología-  insiste que el deseo tendrá que ser introducido en las máquinas pensantes. Para que la inteligencia artificial – IA- devenga en vida artificial- VA- debería incluir no sólo el sufrimiento y el género sino también el compromiso con la diferencia. La tecnociencia está incapacitada por naturaleza para adoptar este compromiso. Ésta aspira a un control completo que se extiende hacia el futuro y que significa la eliminación no sólo de la diferencia y sino también del tiempo. Lyotard teme que la tecnología este conduciéndonos a este proceso. El mensaje es claro: No se puede separar el pensamiento del cuerpo. En caso de que se haga, debe hacerse imitando la experiencia de estar “dentro” de un cuerpo.

Descripción e Ideas básicas del libro Lyotard y lo inhumano: Primera parte.


Vamos a sintetizar los 9 capítulos del libro Lyotard y lo inhumano. Queremos aportar una breve descripción del contenido y de las ideas básicas del capítulo. Para facilitar su lectura dividiremos la síntesis en tres partes. Cada una de ellas, la presentaremos en una entrada diferente.

En la muerte del universo, Jean François Lyotard se pregunta que podría significar para la humanidad la muerte del sol. Esta reflexión parte del libro Lo inhumano escrito en 1988. En lo inhumano sugiere que la humanidad ha adquirido unos nuevos enemigos para reemplazar a las grandes narrativas – ideologías totalitarias-  hasta entonces vigentes. Lyotard expresa su temor a que los ordenadores sean programados para obtener el poder, con el objetivo de prolongar la vida una vez ocurra la muerte del sol. El resultado es el progreso de lo inhumano sobre lo humano con el apoyo de la tecnocracia, un conglomerado que aúna tecnología más ciencia, capitalismo avanzado y empresas multinacionales. La respuesta de Lyotard es convocar a una campaña contra la tecnociencia y sus productos.

En Vivir con lo inhumano, Lo inhumano está entre nosotros en una gran variedad de formas y la tecnología está rompiendo las barreras físicas de nuestros cuerpos. Dependemos en exceso de lo inhumano para el funcionamiento de la sociedad- sistemas de comunicación, sistemas de transporte, sistemas financieros…- y para el mantenimiento de la vida humana en forma de máquinas que controlan las funciones vitales del organismo- marcapasos, diálisis,…-.  Lyotard nos llama la atención sobre la inteligencia artificial (IA): la tecnocracia está desarrollando la inteligencia artificial a expensas de la inteligencia humana (IH). La inteligencia artificial representa otra forma de vida avanzada compitiendo con nosotros por la dominación del planeta y sus recursos. Vivir con lo inhumano, es una cosa; estar subordinado a su voluntad sería algo muy distinto.

En ¿La muerte del humanismo?, vivimos en un mundo posthumanista según Lyotard. El humanismo no goza de la credibilidad y del entusiasmo de los círculos intelectuales. Se identifica con la modernidad, con el culto a la razón y con la creencia en un progreso material ilimitado. Es sinónimo de capitalismo avanzado, de destrucción del medio ambiente y de los recursos renovables del planeta y de las grandes narrativas de la humanidad- marxismo, democracia liberal o capitalismo- . El posthumanismo surge de este sentimiento de horror a dónde nos ha llevado el ejercicio de la razón en el siglo XX. Si bien el humanismo puede haber empezado como un movimiento que libera a la humanidad del peso muerto de la tradición, se ha vuelto en tradición y oprime a su vez a la humanidad. Por eso debemos resistir y socavar sus bases. 

En el ascenso del inhumanismo, se está produciendo un viraje hacia el inhumanismo: una deliberada supresión de las líneas entre los seres humanos y las máquinas. El inhumanismo supone una nueva reconsideración de lo humano y de una realineación de nuestra relación con la tecnología. Cuanto más consideramos este punto, más nos vemos obligados a aceptar que el inhumanismo es hoy parte integral de nuestras vidas. Hasta dónde y cuándo estamos dispuestos a permitir que llegue el desarrollo de este fenómeno constituye un interesante dilema moral. Lyotard se pregunta: “¿y qué pasa si lo propio de la humanidad fuese el ser habitada  por lo inhumano?”. Esta pregunta va directamente a qué significa ser humano y a nuestra visión del lugar que ocupamos en el universo. Es un dilema que nos enfrenta cada vez más a medida que la tecnología impone mayores  cambios en nuestras vidas. Vivimos en una cultura que es totalmente dependiente de los ordenadores para la operatividad del propio sistema. Hace evidente cuánto de nuestra autonomía hemos cedido a los sistemas controlados por los ordenadores y cómo los sistemas de computación nos controlan a nosotros y no a la inversa. Sin ordenadores no puede haber un óptimo funcionamiento de nuestra sociedad. A medida que logra nuevos niveles de sofisticación, nos volvemos más vulnerables que nunca a esa tecnología. La tecnología médica nos pone frente a interesantes problemas  concernientes a lo inhumano: “¿Somos menos humanos si partes claves de nuestros cuerpos no son tejidos naturales?”.”¿Cuántas partes sintéticas del cuerpo podemos soportar antes de perder aquello que es “propio” a la humanidad?” “¿Será afectada la conciencia, por ejemplo, por un cuerpo que contiene  cantidades significativas de tejido no- natural, o por un cuerpo dependiente de una regulación computarizada para su normal funcionamiento?”.  

El área del inhumanismo que más conflictos suscita es la inteligencia artificial (IA), considerada por muchos científicos como una forma de vida aceptable por propio derecho. La teoría de la complejidad podría llegar a sugerir que, en un cierto nivel de desarrollo, los sistemas de IA pueden mutar espontáneamente hasta transformarse en procesos de organización más elevados, incluso hasta el punto de producir conciencia y autoconciencia. Estamos hablando de “aquello” que es “propio” de la inhumanidad. La vida artificial- VA- puede tener objetivos totalmente diferentes de los de la vida humana- VH- , y al llamarla “artificial” surge la pregunta: ¿cómo sabemos o cómo podemos probar que nosotros somos la única forma de vida “real” o la más desarrollada? Mark Ward argumenta que es un error pensar que hay de especial acerca de la vida en general o acerca de la humanidad en particular. Por su parte, Langton en 1989 dijo respecto la vida artificial -VA-  será textualmente “vida genuina, simplemente estará hecha de otra materia que la de la vida que  ha evolucionado aquí en la  Tierra”. Sí así fuera, esto nos hace pensar en un conflicto de intereses entre la vida artificial- VA- y la vida humana-VH-. Lyotard es solo una de las tantas voces de advertencia de este conflicto emergente.