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28 de junio de 2011

El valor del agua

¿Cuál es el valor del agua? El agua tiene un valor intrínsico que transciende a cualquier otro valor. La vida no se puede concebir sin la presencia del agua. El agua es fuente de vida. Alcanza un valor sagrado cuando lo concebimos como un don natural que nos ofrece la naturaleza gratuitamente. Al socializarnos con este valor sagrado, podemos conservar y compartir la abundancia de agua con otros seres vivos del planeta.

Este valor sagrado está siendo reemplazado por un valor económico. El agua ya no es un derecho natural sino una materia prima que puede expropiarse y privatizarse, y, que puede consumirse y comercializarse en un mercado global. El derecho al acceso y a la disponibilidad de agua está mediatizado por las necesidades del mercado económico global. El mercado es quien determina el precio del agua, y por tanto, quienes tienen el derecho a acceder al agua. Las necesidades de la población humana y de los seres vivos son ignoradas por completo.

Cuando olvidamos y menospreciamos el valor sagrado del agua,  ponemos en riesgo este recurso natural, y, con él, la propia supervivencia de la vida en la tierra. Urge la necesidad de recuperar este valor sagrado para poder preservar el agua para las generaciones futuras.

Organismos Internacionales: Control y privatización del agua

Los Organismos Internacionales- Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio- han jugado un papel determinante en el proceso de privatización del suministro y del control del agua y su comercialización a través de las normas de libre comercio impulsado por el acuerdo GATS. El Banco Mundial (BM) ha promovido esa privatización a través de programas de ajuste estructural y estableciendo determinadas condiciones para dar préstamos mientras que la Organización Mundial del Comercio (OMC) la ha propiciado a través de las normas de libre comercio. 

La pérdida de los derechos sobre el agua es un fenómeno global. Desde los años 90, el Banco Mundial está aplicando e imponiendo programas de privatización del agua a la mayoría de países pobres. El endeudamiento les obliga a privatizar el agua. El Banco Mundial (BM) y el Fondo Mundial Internacional (FMI) exigen la liberalización del suministro de agua como condición previa para conceder préstamos. Esta  privatización supone un deterioro de los derechos de las personas sobre el acceso y disponibilidad de agua. 

Las transnacionales están acaparando  la titularidad y el control del agua. El agua se ha convertido en un lucrativo negocio para las transnacionales a medida que aumenta la escasez y la demanda de agua. La privatización del suministro del agua es el primer paso en el proceso de privatización del agua. Esta privatización se traduce en aumento de precios en el mercado del agua y en una progresiva contaminación del agua que redunda en los precios. 

Crisis del agua y Cambio Climático

El cambio climático está incidiendo muy negativamente en el ciclo natural del agua. La alteración de este ciclo va acarrear graves consecuencias para el futuro de la vida en el planeta. La viabilidad de la vida en la tierra dependerá de la recuperación del funcionamiento de este ciclo. El cambio climático junto al calentamiento global está intensificando fenómenos climáticos extremos (huracanes, olas de calor, sequías…), hasta entonces poco frecuentes en diferentes regiones del mundo, y, ha convertido el  deshielo de los glaciales y de los polos en un fenómeno más recurrente y habitual, convirtiéndolo en una crisis medioambiental y ecológica de proporciones gigantescas e inquietantes. 

Nadie pasa por alto que la combinación de cambio climático y calentamiento global está relacionado con la contaminación atmosférica y con una economía basada en la utilización de combustibles fósiles en las regiones más ricas del mundo. La contaminación de la atmósfera junto al consumo de combustibles fósiles está aumentando la temperatura de la superficie de la tierra y de los océanos. El aumento de las temperaturas medias está alimentando los fenómenos extremos, está favoreciendo el retroceso de los glaciales y de las capas de hielo de los polos y está alterando el ciclo natural de regeneración del agua. Todos estos fenómenos climáticos están agravando la crisis del agua, que ya padecen millones de personas, especialmente los más pobres, que no han contribuido al calentamiento global, y que, en cambio, sufren sus consecuencias. Las principales víctimas de esta crisis del agua se convertirán en refugiados medioambientales a medio y a largo plazo, contribuyendo aún más a la crisis del agua.

Si no mitigamos los efectos del calentamiento global sobre el ciclo natural del agua, podemos encontrarnos, en un plazo de unas pocas décadas, con una catástrofe medioambiental y humanitaria de dimensiones  desconocidas para el género humano y para el propio planeta. Nuestra acción sobre el ciclo del agua es determinante para poder recuperar la abundancia de agua que había caracterizado la vida en la tierra. La recuperación de la salud del ciclo del agua dependerá de la introducción de acciones, que frenen los efectos ya visibles del calentamiento y del cambio climático, y, de la incorporación y consolidación de cambios en nuestros hábitos de vida, que incluyan una reflexión de cómo y para qué utilizamos el agua.

27 de junio de 2011

Los derechos sobre el agua

¿Pertenece a alguien el agua? ¿ Existen derechos sobre el agua? ¿Hay limitaciones en el ejercicio de este derecho? ¿Deberíamos introducir medidas legales para limitar ese derecho? ¿Es un derecho natural? ¿Es una propiedad privada sujeta a una especial protección? ¿Es un bien común que no debería ser privatizado y  mercantilizado?
                                                                                     
El agua es un recurso natural del planeta, y como tal, no debería pertenecer a nadie. Hablamos de expropiación y de expolio de agua, cuando pretendemos establecer algún tipo de legitimidad sobre el derecho a la propiedad. Esta legitimidad se basa en la creencia de que todo puede ser controlado, poseído, comprado y vendido. El agua como recurso natural no escapa a esta lógica perversa que introduce la privatización, como medio para legalizar la expropiación y el expolio del agua. A la privatización del agua, cabe sumar su mercantilización y su contaminación. Sin esta legitimidad no puede ejercerse ningún tipo de control público o privado del agua. La aportación de Vandana Shiva es la búsqueda de quiénes mantienen la legitimidad del derecho sobre el agua y de cómo y porqué han alcanzado esta legitimidad. Los derechos sobre el agua son en gran medida la respuesta a esta búsqueda.

Los derechos sobre el agua están condicionados por las concepciones del agua. Se puede concebir el agua como derecho natural que garantiza la supervivencia de la vida, sacia la sed y cubre las necesidades básicas de los seres vivos. El agua es un bien común que no puede ser cercado, privatizado ni mercantilizado. Y otra concepción del agua como materia prima que puede transformarse en una mercancía privada, y que a su vez,  puede ser comprada y vendida, en un mercado libre regido por la ley de la oferta y de la demanda en un mundo global.

Son las concepciones del agua las que determinan quiénes tienen – o no- derechos sobre el agua. Además de cómo se regula el uso y el acceso a este derecho. Las concepciones del agua están detrás de la existencia de los derechos comunales sobre el agua, que defiende Vandana Shiva en el libro, y, detrás de la expropiación y de la privatización del agua y de los recursos hídricos de las comunidades locales. No podemos percibir las implicaciones ecológicas, en el ciclo natural del agua, ni comprender sus repercusiones, en la vida de millones de personas que dependen del suministro de agua potable para beber y producir alimentos para su subsistencia, sin contemplar y tener presente estas concepciones del agua. 

Por último, deberíamos introducir medidas legislativas para delimitar el uso del agua a fines que no garanticen la supervivencia de los seres humanos y de los ecosistemas del planeta. Dicho de otro modo, el uso del agua debería responder a las necesidades sociales y medioambientales y no debería subordinarse al desarrollo tecnológico e industrial y al crecimiento económico de los países. Sólo si logramos equilibrar necesidades y
desarrollo con crecimiento, podemos preservar la abundancia de agua.

Paradigmas y Guerras del agua ( II)

La actual crisis del agua se produce como resultado del desarrollo y de la expansión del paradigma de mercado. Esta expansión conduce a una progresiva instauración de la cultura de la escasez del agua en todo el mundo. La imposición del paradigma de mercado está provocando conflictos por el agua, debido a una incompatibilidad entre las necesidades ecológicas del Planeta y los intereses de la economía de mercado, en paralelo a estos conflictos del agua, se ejerce una verdadera ecología del terror. La ecología del terror está implantando una dictadura a escala global. Esta ecología lleva impreso un doble fascismo propio de la globalización:
                                                     
  - El fascismo económico que destruye los derechos de las personas al acceso y al uso del agua, debido a la apropiación de las aguas comunales y de los ríos, la privatización del almacenamiento y del suministro del agua y la contaminación del agua de los pozos, acuíferos y ríos.

- El fascismo ecológico que se nutre del desplazamiento de los pobres, del desposeimiento de los agricultores de sus tierras, de la inseguridad económica y de los miedos de las personas.

Este doble fascismo de la globalización está generando una crisis ecológica del agua a nivel planetario. El ciclo ecológico del agua está alterado por las actividades humanas y por el calentamiento y el cambio climático. No se reestablecerá a no ser que introduzcamos una verdadera democracia del agua que pueda reemplazar a la ecología del terror por una ecología de la paz. Vandana Shiva lo resume de esta manera: “El ciclo del agua nos conecta a todos y del agua podemos aprender la senda que conduce a la paz y el camino hacia la libertad. Podemos aprender a trascender las guerras del agua creadas por la codicia, el derroche y la injusticia, que convierten en escasez la abundancia de aguas de nuestro planeta. Podemos colaborar con el ciclo del agua para recuperar la abundancia de este recurso. Podemos trabajar unidos para crear democracias del agua. Y si construimos democracias, construimos paz.”

Paradigmas y Guerras del Agua (I)

Estamos ante una guerra entre paradigmas del agua y sus respectivas culturas del agua. Es obvio, si observamos el tema del agua con detenimiento, atendiendo la totalidad y la complejidad de los datos disponibles actualmente de investigaciones científicas sobre el agua, del conocimiento acumulado y de la sabiduría transmitida acerca del agua a lo largo de generaciones por las diferentes comunidades humanas, que nos hallamos no sólo ante una crisis del agua a nivel planetario sino que esta crisis responde a cómo percibimos, concebimos y vivimos el agua- paradigma del agua/s-  y qué cultura generamos a través de esta concepción del agua.

He ahí, dónde erradica parte del problema y también parte de la solución: cómo percibimos, concebimos y vivimos el agua. No somos conscientes, hasta que punto, nuestra percepción, concepción y vivencia del agua es crucial para entender la guerra entre paradigmas del agua y las culturas que las sustentan. Es difícil entender cuál es la magnitud del problema del agua, sus consecuencias actuales y futuras para el planeta, para los seres vivos y para nosotros mismos, sin remitirnos a este problema: la forma de concebir y vivir el agua condiciona nuestra manera de relacionarnos con otros seres vivos y de actuar en los diferentes ecosistemas del planeta y en la biosfera terrestre.

En las guerras del agua,Vandana Shiva describe dos grandes paradigmas: el paradigma de mercado y el paradigma ecológico. Ambos paradigmas generan a su vez una cultura de la escasez del agua y una cultura de la abundancia del agua, respectivamente. Entre ambos paradigmas existe una guerra por el agua. ¿Por qué? Se trata de paradigmas y de culturas del agua antagónicos entre sí. Nos hallamos ante un dilema moral: o bien, elegimos un paradigma mercantil, que conducirá a un colapso ecológico sin precedentes de los recursos naturales- el agua incluido-  disponibles para los ecosistemas de la Tierra, o bien optamos por un paradigma ecológico, que promueva el uso responsable y sostenible de los recursos naturales- entre éstos, el agua- y que crezca acorde a las necesidades de los seres vivos y de los ecosistemas del planeta. La vida en la Tierra, tal como la conocemos, depende de la elección que hagamos.

25 de junio de 2011

¿Quién es Vandana Shiva?

Vandana Shiva es una mujer comprometida con la defensa de los derechos humanos, especialmente los derechos de la mujer en su India natal, con la defensa de los derechos de la Tierra y del medio ambiente, con el impulso y el mantenimiento de la agricultura ecológica en detrimento de la agricultura industrial, con el estudio y la preservación de la biodiversidad a través de las semillas y con la regeneración del sentimiento democrático mediante la instauración de una democracia de la tierra como alternativa al capitalismo. 


Vandana Shiva es doctora en Física teórica y es filósofa de la ciencia. Es activista a favor de los derechos de la mujer, de los pueblos, de los pobres y de los agriculturos de los países del sur. Es pacifista y seguidora de la filosofía de la no violencia de Gandhi. Actualmente, es una líder del foro Internacional sobre la Globalización y miembro destacado del movimiento antiglobalización junto a Ralph Nader, Jeremy Rifkin y el movimiento de Slow Food.

Vandana Shiva ha recibido premios internacionales como el Right Livelihood Award, el Premio Nobel Alternativo de la Paz, el “Global 500” del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el premio internacional del Día de la Tierra, también de las Naciones Unidas, en 1993.

Creó en 1982 La Fundación para la investigación científica, tecnológica y ecológica en Nueva Delhi cuyos objetivos son:
- El impulso y la difusión de la agricultura ecológica (programa Navdanya).
- El estudio y mantenimiento de la biodiversidad (Universidad de las semillas, Colegio Internacional para la Vida Sostenible).
- Fomentar el compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista (Mujeres diversas por la Diversidad).
- La regeneración del sentimiento democrática (Movimiento Democracia Viva).

Vandana Shiva es la autora de numerosos ensayos y entre sus obras destacan:
Monocultures of the Mind (1993); Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo (1995); Ecofeminismo: teoría, crítica y perspectivas (1997); La praxis del ecofeminismo (1997); biotecnología, consumo, reproducción (1998); Biopiratería: el saqueo de la naturaleza y del conocimiento (1999); Las guerras del agua. Contaminación privatización y negocio (2002); ¿Proteger o expoliar?: los derechos de la propiedad intelectual (2003); Democracia de la Tierra: justicia, sostenibilidad y paz (2004); India dividida: Asedio a la diversidad y a la democracia (2005); Soil not oil: environmental justice in ana ge of climate crisis (2008).



22 de junio de 2011

Síntesis del libro Las guerras del agua (V)

En la última entrada de síntesis de las guerras del agua se incluye el sexto y el séptimo capítulo del libro: transformando la escasez en abundancia (VI) y las aguas sagrados (VII).

En el capítulo sexto Transformando la escasez en abundancia, la escasez y la abundancia son el resultado de una cultura del agua. Hay culturas que derrochan el agua, creando escasez en medio de la abundancia. Las hay que preservan cada gota de agua, sacando abundancia de la escasez.

En Haciendo florecer el desierto, Rajasthan tiene agua en abundancia a diferencia de otras regiones desérticas con una pluviosidad extremadamente baja y temperaturas altas. En esta región, el ingenio y el trabajo han transformado la escasez en abundancia. La cultura de Rajasthan no es una cultura de abundancia sino una cultura de conservación.

En La gestión indígena del agua, en la India hay más de 25 sistemas de riego y de abastecimiento de agua potable. Las albercas son uno de los sistemas de recogida de aguas más duraderas en el sur de la India. Los sistemas de riego eran administrados por organizaciones de regantes pertenecientes a los pueblos. En las comarcas del sur de Bihar la construcción y el mantenimiento del sistema de abastecimiento de aguas se gestiona también de forma colectiva. Un régimen denominado parabandi regulaba la distribución del agua procedente de una fuente común entre los diferentes pueblos y los propios aldeanos eran responsables del reparto dentro de su comunidad.

En Las alternativas sostenibles de los pueblos, se están movilizando multitud de personas para conservar las aguas y para recuperar el control comunitario sobre sus recursos. Estos movimientos de conservación del agua están demostrando que la solución a la crisis del agua hay que buscarla en el trabajo y en la solidaridad de las personas. La alternativa más eficaz al monopolio del agua es la democracia. La escasez y los conflictos por el agua pueden minimizarse si se reconoce que el agua es un recurso común.

En el capítulo séptimo las aguas sagradas nos recalca el valor del agua, el valor deriva del latín valere que significa ser fuerte o digno. En las comunidades en las que el agua es sagrada, su valor reside en su función como fuente para los alimentos, las plantas y los ecosistemas. La mercantilización del agua reduce el agua a su valor comercial. Como el término recursos también tiene un interesante significado. Procede de la palabra surge, que quiere decir lo que tiene capacidad de volver a levantarse. El término recursos ha pasado a significar lo que adquiere valor como materia prima. La propuesta de asignar valores de mercado a todos los recursos equivale a presentar la enfermedad como cura. La revolución industrial convirtió el término valor en sinónimo de valor comercial. La crisis del agua es el resultado de una ecuación equivocada, que afirma que el valor es igual al precio monetario. Sin embargo, los recursos pueden a menudo tener un valor muy alto y carecer de precio- bosques, ríos,..- . Igualmente, la idea de que la vida es sagrada concede un valor muy elevado a los sistemas vivos y evita su mercantilización. La protección de los recursos vitales no puede garantizarse a través del mercado. Requiere la recuperación de lo sagrado y lo comunal. Las aguas sagradas trascienden el mercado y nos transportan a un mundo cargado de mitos, relatos,  creencias, culturas y celebraciones. Éstos son los mundos que nos permiten conservar y compartir las aguas y convertir la escasez en abundancia.

Síntesis del libro Las guerras del agua (IV)

En la cuarta entrada, se resumirá el cuarto y el quinto capítulo del libro Las guerras del agua: el Banco Mundial, la OMC y el control empresarial sobre el agua (IV) y el agua y alimentos (V).

En el Banco Mundial, la OMC y el control empresarial sobre el agua consta de siete subapartados: El Banco Mundial: un instrumento al servicio del control empresarial del agua; Coparticipación pública- privada: ayuda internacional para la privatización del agua; La OMC y el Gats: la venta del agua en los mercados mundiales; La OMC y GATS: Realidad y Ficción; Nuevos acuerdos, el mismo orden del día; Los gigantes del agua y La gran sed.

En El Banco Mundial: un instrumento al servicio del control empresarial del agua, el Mercado Mundial no sólo ha participado en la contaminación en la transformación en bien escaso del agua sino que ahora convierte su escasez en expectativas de mercado para las multinacionales.

En Coparticipación pública- privada: ayuda internacional para la privatización del agua, oculta el hecho de que la cooperación pública- privada suele implicar que se destinan fondos públicos para la privatización de bienes públicos. Se pretende que el papel de las administraciones sea sustituido por acuerdos de colaboración entre entidades públicas y empresas que gestionen el suministro de agua. La pérdida de los derechos sobre el agua es un fenómeno global. Desde los años 90, se están aplicando programas de privatización promovidas por el Banco Mundial. La privatización no sólo supone un deterioro de los derechos de las personas al agua sino también al derecho de los trabajadores a un empleo y al sustento. La carrera por privatizar las aguas sigue adelante. El endeudamiento de muchos países está obligando a privatizar sus aguas. El Banco Mundial y el FMI exigen la liberalización de los servicios de aguas como condición para conceder préstamos.

En La OMC y el Gats: la venta del agua en los mercados mundiales,  mientras el Banco Mundial promueve la privatización del agua a través de los programas de ajuste estructural y las condiciones de los préstamos. La OMC está propiciando la privatización del agua a través de las normas de libre comercio del acuerdo GATS. Este acuerdo promueve el libre comercio en el sector servicios. El acuerdo GATS no sólo elude las restricciones impuestas por los gobiernos sino que permite a las compañías demandar a un país si su política impide la entrada en régimen de libre mercado.

 
En La OMC y GATS: Realidad y Ficción, la OMC aseguraba que el GATS no obliga a los países a liberalizar los servicios ni a abrir sus mercados y que los países son libres de establecer normativas más estrictas para los inversores extranjeros.

En Nuevos acuerdos, el mismo orden del día, los derechos concedidos a las compañías se aplican en el caso de que una compañía ostente la propiedad y el control del agua. El TLC incluye a las aguas como mercancías. Muchas políticas no dependen de los gobiernos locales ni nacionales sino que están bajo el dominio de grandes compañías multinacionales.

En Los gigantes del agua, el agua se ha convertido en un lucrativo negocio para las empresas a medida que aumenta la escasez y la demanda de agua. La privatización de los servicios del agua es el primer paso en el proceso de privatización de todos los aspectos relacionados con el agua. Cuando aparecen las multinacionales, los precios de del agua suelen aumentar vertiginosamente.

En La gran sed, la escasez de agua genera beneficios para las grandes compañías. Son conscientes que la única bebida que sacia la sed es el agua, y están lanzándose al negocio del agua embotellada. Las consecuencias de la venta de agua embotella no se reducen a unos precios disparatados y a su insalubridad. La industria  del embotellado genera unos residuos muy costosos para el medio ambiente. Las grandes compañías transnacionales están sacando un gran provecho de la demanda de agua limpia, consecuencia de la contaminación ambiental. El derecho a saciar la sed ya no es un derecho común, sino exclusivo de los ricos.

En el capítulo quinto agua y alimentos incluye 3 subapartados: agricultura industrial y crisis del agua, una agricultura insostenible: la destrucción y el derroche del agua.

La agricultura ha evolucionado adaptándose a la disponibilidad de agua de su entorno. Sin embargo, a medida que el monocultivo se ha ido convirtiendo en el sistema de producción, la diversidad de cultivos ha caído en el olvido. La variación genética de los cultivos influye en la capacidad de aprovechar el agua disponible. El maíz, el sorgo o el mijo son los cultivos más eficientes en términos de utilización del agua. El mijo es más resistente que el arroz a la sequía. Estos cultivos que requerían poca cantidad de agua fueron desplazados por cultivos que requerían grandes cantidades de agua para su crecimiento. Sin embargo, estos cultivos no sólo no tienen un rendimiento bajo sino que aportan muy poca materia orgánica al suelo, reduciendo su capacidad de retención de agua.

 
En Agricultura industrial y crisis del agua, la agricultura industrial promueve una producción de alimentos que reduce la capacidad de retención de agua del suelo y aumenta la demanda hídrica. El cambio de los abonos orgánicos por los químicos y la sustitución de cultivos poco exigentes por otros muy exigentes de agua han provocado la desertización, el encharcamiento, la salinización y la escasez de agua. Se esperaba que el paso de una agricultura de secano a una de regadío orientado a la exportación, como el algodón, traerían la prosperidad a los campesinos. Les ha conducido al endeudamiento. Los agricultores solicitaron a los bancos créditos para acondicionar los terrenos y para la compra de semillas, fertilizantes químicos y pesticidas. Los bancos reclamaban sus deudas y al mismo tiempo las autoridades establecieron un impuesto sobre el agua denominado tasa de mejora.

En una agricultura insostenible: la destrucción y el derroche del agua, la agricultura industrial está destruyendo los ríos y los mares y está dañando los acuíferos subterráneos. La forma de extraer el agua basada en la utilización de combustibles fósiles han devastado los recursos hídricos. El agotamiento de las aguas no es el único problema provocado por la agricultura industrial. Cabe añadir el envenenamiento por arsénico ha ocasionado la muerte o graves problemas de salud a más de 200.000 personas en la India.

En el Mito de solucionar el problema del agua mediante cultivos manipulados genéticamente, el argumento de que la ingeniería genética resolverá la crisis del agua oculta 2 aspectos a tener en cuenta. Primero que los campesinos de las regiones con tendencia a la sequía han seleccionado y cultivados miles de variedades resistentes a la sequía que fueron desplazado en su día por la Revolución Verde. Segundo que la resistencia a la sequía es un carácter complejo, que depende de múltiples genes, y hasta la fecha la ingeniería genética no ha sido capaz de dotar a las plantas de este rasgo mediante la manipulación genética. El mito de la solución a la crisis del agua mediante cultivos genéticamente modificados (GM) esconde costes ocultos de la industria biotecnológica: negación a los pobres del derecho fundamental al agua y a los alimentos.

Síntesis del libro Las guerras del agua (III)

En la tercera entrada, resumiremos el segundo y el tercer capítulo del libro: El cambio climático y crisis del agua y la colonización de los ríos: embalses y guerras del agua. Cada uno de estos capítulos consta de diferentes subapartados que también vamos a sintetizar.

El segundo capítulo: el cambio climático y crisis del agua está estructurado en dos subapartados: la injusticia del clima: injusticia hidrológico y sequía, olas de calor y glaciares que se derriten.

En la injusticia del clima: injusticia hidrológica, la crisis del clima se manifiesta a través de fenómenos como las inundaciones, los huracanes, las olas de calor y las sequías. La contaminación atmosférica y el cambio climático condicionaran el futuro del agua y el futuro de la vida en la tierra. La inestabilidad climática es el resultado de la contaminación atmosférica provocada por las regiones más ricas del mundo. A medida que el nivel de dióxido de carbono aumente, las moléculas de dióxido de carbono absorberán más cantidad de calor y las temperaturas globales aumentarán.

En la sequía, olas de calor y glaciares que se derriten, el cambio climático es la causa del aumento de las inundaciones y de los huracanes  y está agravando la sequía y las olas de calor. La repercusión más dramática del calentamiento global es el deshielo de los casquetes polares y de los glaciares. Si bien el clima ha variado a lo largo de la historia, la mayoría coinciden en afirmar que la crisis actual del deshielo de los glaciares y de los casquetes polares está relacionada con la contaminación atmosférica y con una economía basada en la utilización de combustibles fósiles. El aumento de las temperaturas está provocando el deshielo de los glaciares y de las capas de hielo. El retroceso de los glaciares fuera de las regiones polares contribuirá al aumento del nivel del mar de 2 a 5 centímetros. En 1994, un informe del PICC alertaba de que las emisiones de los combustibles fósiles estaban absorbiendo más calor del habitual. El PICC afirma que la temperatura de la Tierra ya está aumentando y que habrá aumentado en un 5,8º C a finales de este siglo. Irá acompañado de pérdida de cosechas, escasez de agua, inundaciones, etc. Las principales víctimas del cambio climático son quienes menos han contribuido a la desestabilización del clima. El cambio climático, las sequías, el deshielo de los glaciales y la subida del mar afectará con mayor dureza a la población más pobre del Tercer Mundo. Los campesinos, pastores y pescadores se convertirán en refugiados ambientales.


El tercer capítulo: la colonización de los ríos: embalses y guerras del agua se organiza en 7 subapartados: financiación pública y beneficios privados: embalses en el Oeste Americano; Grandes embalses conflictos por el agua; embalses y gentes desplazadas por las aguas: el caso de la India; Panorámica mundial de los desplazados por las aguas; La Yihad del agua; Israel e Palestina; Legislación internacional sobre aguas.

En la financiación pública y beneficios privados: embalses en el Oeste Americano, la propiedad del agua no siempre ha conllevado una intervención pública o privada. Durante mucho tiempo, el control del agua la ejercían las propias comunidades. Este control comunitario implicaba que la gestión del agua se decidía en el ámbito local. La capacidad de control por parte de las comunidades se deterioró cuando los gobiernos asumieron el control de los recursos hídricos. Los embalses se convirtieron en un medio utilizado por los gobiernos centrales para hacerse con el control del agua que antes ejercían las comunidades. La naturaleza en general y los ríos en particular se valoraban por los beneficios que reportaban, y se consideraba que era preciso dominarlos. Si bien la idea de domesticar la naturaleza justificó la construcción de enormes presas, las limitaciones impuestas por la propia naturaleza no pasaron desapercibidos.

En los grandes embalses y conflictos por el agua, en las últimas décadas ha aumentado la capacidad para desviar los ríos de su cauce. Durante mucho tiempo, estos sistemas descentralizados de conservación de las aguas abastecieron a las comunidades de agua para beber y para riego. El agua no se trasladaba a grandes distancia y la agricultura local se adaptaba a la disponibilidad de agua.

En los embalses y gentes desplazadas por las aguas: el caso de la India, el embalse de Kabini, en Karnataka, es un claro ejemplo de cómo los proyectos para aumentar el suministro de agua pueden perturbar el ciclo hidrológico y destruir los recursos hídricos de una cuenca. Los embalses en 2 de los ríos más sagrados de la India, el Ganges y el Narmada, han generado protestas. La gente del valle de Narmada, no sólo se están resistiendo al desalojo impuesto por la construcción de las presas, sino que han entablado una auténtica lucha por salvar civilizaciones enteras de la destrucción. Muchos hombres y mujeres han consagrado sus vidas a protestar contra los embalses del Valle de Narmada y del Ganges. El desalojo de la población constituía el principal conflicto originado por la construcción de presas. Hoy día, no sólo luchan por su propia supervivencia sino que defienden la supervivencia de sus bosques, sus ríos y sus tierras. En la India poscolonial, una mayoría de las presas han sido financiadas por el Banco Mundial. En todos los proyectos los costes ecológicos y sociales superaban con creces a los beneficios. Los costes de una presa no deberían valorarse únicamente en términos económicos. El Banco Mundial ha impuesto nuevas condiciones para dar préstamos. Ha promovido políticas de privatización del agua, cediendo el control de las aguas a empresas privadas. La centralización de la gestión del agua facilita este trasvase.

En panorama mundial de los desplazados por las aguas, la Comisión Mundial por los Embalses calcula que entre 40 y 80 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por proyectos de presas en el mundo. El desalojo es un aspecto clave en los conflictos por los proyectos de embalse. La gente se  resiste a ser expulsados y a perder su fuente de sustento.

En la yihad del agua, los conflictos de los grandes embalses superan muchas veces el ámbito de los estados, pasando a convertirse en guerras  por el agua entre naciones.

En Israel y Palestina, la guerra entre Israel y Palestina es una guerra por los recursos hídricos. Las aguas en litigio son las del río Jordán  utilizadas por Israel, Jordania, Siria, Líbano y Cisjordania. A pesar de que sólo el 3% de la cuenca del río Jordán se encuentra en Israel, las aguas de este río abastecen el 60% de las necesidades de ese país. La propia delimitación del Estado de Israel pretendía asegurar el acceso a los recursos hídricos.

En legislación Internacional sobre aguas, las legislaciones nacionales o internacionales actuales no responden a los desafíos ecológicos y políticos que plantean los conflictos asociados al uso del agua. Los sistemas de distribución del agua se han regido por 4 teorías sobre el derecho al agua:

-          La teoría del flujo natural del agua: conocida como doctrina Harmon- 1896- afirma que los estados ribereños tienen los derechos exclusivos sobre las aguas que fluyen por su territorio.
-          La teoría del flujo natural del agua afirma que dado que un río forma parte de un estado, los países ribereños tienen derecho al caudal natural del río. Los propietarios de la cuenca alta han de dejar a las aguas fluir por su cauce hasta la cuenca baja, haciendo de ellas un uso razonable.
-          La teoría del reparto equitativo de las aguas sostiene que los cursos de los ríos  deberían ser utilizados por los diferentes estados de forma equitativa. La utilización de las aguas viene determinada por las necesidades y por el grado de desarrollo económico de una nación.
 

21 de junio de 2011

Síntesis del libro Las Guerras del Agua(II)

En esta segunda entrada, vamos a sintetizar el primer capítulo del libro Las guerras del Agua. Contaminación, privatización y negocio. Este capítulo está compuesto por los siguientes subapartados: los derechos sobre el agua, derechos naturales; derechos ribereños; la economía cowboy: La doctrina del derecho del primer llegado y el inicio del proceso privatizador; el agua como bien común; la tragedia de las tierras comunales; derechos comunitarios y democracias del agua; el derecho al agua limpia frente al derecho a continuar contaminando; los principios de la democracia del agua que vamos a resumir a continuación.

A quién pertenece realmente el agua. Es una propiedad privada o es un bien comunal.
¿Qué derechos sobre el agua tienen las personas? ¿Qué derechos corresponden al Estado? ¿Cuáles son los derechos de las empresas? A medida que se agrave esta crisis se redefinirá los derechos sobre el agua. La globalización está modificando la calificación del agua como propiedad común a mercancía privada que puede extraerse, comprarse y venderse libremente. El orden económico requiere la eliminación de las limitaciones para la regulación del uso del agua y el establecimiento de mercados. Quienes abogan por un libre mercado del agua considera que el único sustitutivo a la regulación es el libre mercado. El agua debe continuar siendo un bien común y requiere una administración comunitaria. Se pretende ahora socavar por completo los derechos de la comunidad y sustituir la propiedad colectiva del agua por el control privado. Se olvida que hay personas reales con necesidades reales, cuyos derechos están por encima del estado y del mercado.

En los derechos sobre el agua, derechos naturales, los derechos sobre el agua vienen determinados por las limitaciones de los ecosistemas y por las necesidades humanas. El derecho sobre el agua constituye un derecho natural cuyo origen no es el Estado. Como todo derecho natural, el del agua constituye un derecho de usufructo. Las aguas pueden utilizarse, pero no pertenecen a nadie. El derecho sobre el agua no puede considerarse como meros derechos jurídicos, es decir, derechos concedidos por el Estado o por la ley.

En derechos ribereños, los derechos ribereños se basan en los conceptos de usufructo, de propiedad pública y de una utilización razonable de las aguas. Los derechos ribereños se basan en la idea de compartir y conservar una fuente de agua común. No estaban asociados a derechos de propiedad.

 En la economía cowboy: la doctrina del derecho del primer llegado y el inicio del proceso privatizador, el concepto de propiedad privada y las reglas para apropiarse de algo surgió en las explotaciones mineras del Oeste americano. La doctrina del primer llegado otorgaba derechos absolutos de apropiación incluso el derecho a vender y a comerciar con el agua. La apropiación por parte del primer llegado no otorgaba preferencia alguna a los propietarios de lugares ribereños, concediendo a todos una oportunidad para competir por el agua y para el desarrollo en zonas alejados de los ríos. Esta lógica concedía al primer propietario derechos exclusivos sobre el agua, mientras que a los primeros pobladores se les denegaba cualquier derecho de propiedad sobre el agua. Todos los derechos a utilizar el suministro de agua fueron concebidos a los mineros y a los colonizadores. El menosprecio a los límites del ciclo hídrico significó que los ríos se podían drenar y contaminar con los residuos mineros. Este desprecio se trasladó a la gestión del agua, insostenible y poco equitativa, y al desarrollo de una cultura derrochadora de los recursos hídricos.

En el agua, un bien comunal, la sostenibilidad y el reparto equitativo de los recursos hídricos dependen de la cooperación entre los miembros de una comunidad.

En la tragedia de las tierras comunales, el tratado sobre la propiedad de John Locke legitimó el robo de las tierras comunales durante el movimiento que despojó de las tierras de uso común a millones de campesinos en Europa en el s. XVII. Pero la privatización del agua se fundamenta en el escrito de Garrett Hardin, La tragedia de los comunales, en 1968. La teoría de Harbin sobre los comunales comete varios errores:
-      Su presunción de que los comunales son sistemas carentes de gestión social a los que cualquiera puede acceder viene de la creencia de que sólo puede administrarse un bien si se encuentra en manos privadas.
-    Los comunales no son recursos a los que cualquiera puede acceder libremente, como cree Harbin. Aplican el concepto de propiedad colectiva. Los colectivos sí que establecen normas y restricciones de uso. La normativa de usos protege los pastos del sobrepastoreo y los recursos hídricos del mal  uso.

En derechos comunitarios y democracias del agua, los derechos comunitarios son una premisa imprescindible para la ecología y para la democracia. El control de unas agencias externas del agua y el control del mercado por intereses empresariales desincentiva la conservación. Esta conservación de los recursos hídricos no se consigue con subidas de precios en un mercado libre. Los derechos comunitarios son un imperativo democrático que puede obligar a los estados y a las empresas a rendir cuentas y a defender los derechos del agua de las personas en una democracia descentralizada.

En el derecho al agua limpia frente al derecho a continuar contaminando, antes de la aprobación del Water Act de la India, casi todas las sentencias judiciales fallaban a favor de quienes contaminaban. En la década de 1980, el aumento de la contaminación hizo necesario defender el derecho a un agua limpia como derecho fundamental de las personas. En los países industriales, la primera legislación anticontaminación se estableció para limpiar los ríos. En 1972, el gobierno de los EE.UU. aprobó el Acta de Aguas Limpias que establecía que nadie tenía derecho a contaminar las aguas y que las personas tienen el derecho a un agua limpia. A raíz del Clean Water Act de 1972, la contaminación de los ríos se ha reducido, demostrando la importancia de la legislación para el control de la contaminación. A partir de 1977, las normas sobre calidad de aguas cobraron una creciente importancia en EE.UU. como resultado de las presiones de la industria. Este cambio suponía pasar de considerar la contaminación como delito a considerarlo como algo permisible. Las empresas intentaron establecer el derecho a contaminar a través de cupos de vertido. El gobierno establece niveles máximos de contaminación. Cuando el coste de control de la contaminación es bajo, la industria vende sus derechos de vertido, mientras que intenta comprar derechos de vertido, cuando el coste de las medidas de control es elevado. Este intercambio de cupos de vertido va contra la democracia ecológica y contra el derecho de las personas a un agua limpia. La lucha entre el derecho a un agua limpia y el derecho a contaminar es la lucha entre los derechos de los ciudadanos y los intereses financieros de las empresas. La contaminación es un subproducto de la industria y del comercio global. La sobreexplotación y la contaminación de unos recursos hídricos no es un problema ligado a viejas industrias sino que se trata de un aspecto oculto en las nuevas tecnologías informáticas.

En los principios de la democracia del agua son:

-     El agua es un don de la naturaleza. El agua proviene de la naturaleza. Hemos de utilizarla con moderación para cubrir nuestras necesidades básicas, manteniendo su calidad y cantidad.
-         El agua esencial para la vida. El agua es fuente de vida. Todos los ecosistemas y todas las especies tienen derecho a la parte que les corresponde del agua del planeta.
-       Toda vida está interconectada a través del agua. El agua conecta a todos los seres vivos y a las diferentes partes del planeta a través del ciclo hidrológico.
-        El agua destinada a las necesidades básicas debe ser gratuita. La compra- venta del agua niega el derecho de todos a disponer de ella.
-     El agua es limitada y puede agotarse. La extracción de un volumen de agua superior al que la naturaleza puede recargar en un ecosistema y un consumo de agua mayor que la parte que nos corresponde es un atentado contra la tierra.
-       El agua debe conservarse. Todas las personas tienen la obligación de conservar y de utilizar el agua dentro de unos límites.
-          El agua es un bien común. Nadie puede adueñarse del agua, convirtiéndola en propiedad privada y vendiéndola como si de una mercancía se tratase.
-          Nadie tiene derecho a malgastar el agua. Ni a contaminarla.
-          No hay sustituto posible para el agua. No puede tratarse como una mercancía.

20 de junio de 2011

Síntesis del libro Las guerras del Agua (I)

Vamos a sintetizar el libro las Guerras del Agua en diferentes entradas dada la extensión del libro. En esta primera entrada, Vandana Shiva: síntesis del libro: Las guerras del agua (I) resumiremos el prólogo y la introducción del libro. 

En el prólogo, se desarrollan en la actualidad conflictos del agua, aunque no es fácil de identificarlos como tales. Son guerras entre paradigmas del agua. Esta confrontación entre paradigmas y sus culturas del agua se está dando en todas las sociedades humanas. Se trata de un choque entre dos culturas muy distintas: una cultura que entiende el agua como un elemento sagrado cuyo suministro es un deber para el mantenimiento de la vida, y otra que considera el agua una mercancía, y su propiedad y comercio un derecho fundamental de las empresas. En todas las sociedades se están desarrollando guerras entre paradigmas del agua. En este sentido, las guerras del agua son guerras globales, en las que participan culturas y ecosistemas que comparten la idea del agua entendida como necesidad ecológica, en pugna con una cultura empresarial de la privatización, de la codicia y de la apropiación de las aguas comunales. En uno de estos frentes se encuentran millones de seres humanos y de especies que aspiran al agua suficiente para la vida. En el otro, se encuentran un puñado de empresas transnacionales apoyadas por instituciones globales como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y los gobiernos del G-7. En paralelo a estas guerras entre paradigmas se están desarrollando verdaderas guerras por el agua entre regiones, dentro de los países y dentro de las comunidades. Los conflictos por recursos escasos pero vitales generan a menudo violencia política. En algunos conflictos es obvio que el agua es el recurso que se disputa. Pero muchos conflictos políticos por los recursos están ocultos o disimulados. Las guerras por el agua son percibidas como conflictos étnicos o religiosos. Las rivalidades pueden degenerar en conflictos entre comunidades que acaban en terrorismo.

La supervivencia de las personas depende de la respuesta al doble fascismo de la globalización: el fascismo económico que destruye los derechos de las personas a los recursos y el fascismo ecológico que se nutre del desplazamiento, el desposeimiento, la inseguridad económica y los miedos de las personas. La expropiación de los recursos de los pueblos es una forma de terrorismo: terrorismo empresarial. La destrucción de los recursos hídricos y de los bosques de las cuencas de captación y los acuíferos es también una forma de terrorismo. Negar a la población más pobre el acceso al agua, privatizando el abastecimiento y contaminando los pozos y los ríos es terrorismo. En el contexto ecológico de las guerras del agua, muchos terroristas se esconden en las salas de los consejos de administración de las grandes empresas y detrás de las normas de libre comercio de la organización mundial del comercio. Se ocultan tras las condiciones del FMI y del Banco Mundial que imponen la privatización de los servicios públicos. El origen de los conflictos y del terrorismo son la codicia y la apropiación de los recursos más valiosos del planeta. No podemos sobrevivir como especie si se prima y protege la codicia y se deja que la economía de la avaricia dicte las normas sobre cómo hemos de vivir y de morir. La ecología del terror nos enseña el camino hacia la paz. La paz reside en alimentar la democracia ecológica y económica y en nutrir la diversidad. La democracia es la capacidad de las personas de forjar su destino, de determinar cómo se utilizan,  a quién pertenecen sus recursos naturales, cómo se sacia su sed, cómo se producen y se distribuyen sus alimentos, qué sistema de salud y de educación quieren tener. La paz requiere que resolvemos las guerras del agua, las guerras por la alimentación, las guerras por la biodiversidad y las guerras por la atmósfera. Podemos aprender a trascender las guerras del agua creadas por la codicia, el derroche y la injusticia que convierten en escasez la abundancia de agua de nuestro planeta. Podemos crear democracias del agua, trabajando unido. Si construimos democracias, construiremos paz. 

En la Introducción, trasformando en escasez la abundancia, está subdividida en diferentes siete subapartados: la ecología del agua; explotación forestal y crisis del agua; El eucalipto y la escasez de agua; la minería y la crisis del agua; La sequía: un desastre provocado por el hombre; Pozos entubados y motores de bombeo; Derechos de las comunidades y gestión colectiva y por último Democracia ecológica. Vamos a resumir cada uno de estos subapartados.


El agua es el principio de la vida y el origen de las culturas. Lamentablemente, este preciado recurso se encuentra ahora amenazado. La crisis del agua es la más grave y la más imperceptible de la devastación ecológica de la Tierra. Según las previsiones, el número de personas que no disponen de agua suficiente aumentará de 131 millones a 817 millones entre 1990 y 2025. Se estima que un país se enfrenta a una crisis hídrica cuando el volumen de agua disponible por habitante es inferior a 1000m al año. Por debajo de este nivel el desarrollo económico de una nación puede verse comprometida. Un descenso de la disponibilidad de agua a menos de 500m anuales por habitante amenaza la supervivencia misma de las personas.

En la ecología del agua, la dotación de agua a un ecosistema depende del clima, de la orografía, de la vegetación y de la geología de la región. El ser humano ha abusado de la Tierra en cada uno de estos aspectos destruyendo su capacidad para recibir, absorber y almacenar agua.

En la explotación forestal y crisis del agua, los bosques son embalses naturales, que conservan el agua y la liberan lentamente. Interceptan la lluvia y la nieve, protegiendo los suelos contra la erosión y aumentando la capacidad de absorción de agua del suelo. La tala de bosques y el monocultivo agrícola con fines comerciales destruyen la capacidad de conservación forestal acelerando la crisis ecológica del Himalaya. Pueblos enteros autosuficientes en la producción de alimentos se volvieron dependientes debido a que sus fuentes de abastecimientos de agua se habían secado. La desaparición de los bosques provoca frecuentes inundaciones y corrimientos de tierra.

En el eucalipto y la escasez de agua, la expansión de las plantaciones de eucalipto para la industria papelera ha traído consecuencias negativas. El eucalipto supone un peligro en regiones con déficit de agua. Destruye los recursos hídricos de esas regiones.


En la minería y la crisis del agua, la minería destruye las cuencas de captación de agua. Además del efecto devastador sobre los recursos hídricos,  la explotación minera provoca corrimientos de tierra y el relleno de  los cauces de los arroyos y de los ríos de escombros.

En la sequía: un desastre provocado por el hombre, el énfasis en su utilización de las semillas de alto rendimiento desplaza las variedades locales resistentes a la sequía por cultivos que requerían abundante agua. Los cultivos de la Revolución Verde requieren grandes cantidades de agua. Antes de la Revolución Verde se utilizan técnicas de riego cuidadosas en la utilización de las aguas subterráneas. 

En Pozos entubados y motores de bombeo, el Banco Mundial empezó a subvencionar la construcción de sistemas de bombeo de agua. Concediendo créditos para la construcción de pozos entubados destinados al riego de cultivos y para paliar la escasez de agua. Los efectos de la extracción de agua mediante motores de bombeo han provocado la sequía de los pozos públicos y menos profundos propiedad y ha provocado tensiones ecológicas en diferentes regiones del mundo.

En Derechos de las comunidades y gestión colectiva, la gestión y los derechos colectivos sobre el agua han constituido la llave de los sistemas de recogida y de conservación del agua. El proceso de globalización está debilitando el control comunitario del agua y favoreciendo la explotación privada de este recurso. A partir de los años 90, se adoptaron políticas de privatización y regulación del abastecimiento del agua a través de la construcción de pozos entubados. Muy pronto se vio que los pozos entubados condujeron al agotamiento de los acuíferos, no a su optimización.

En Democracia ecológica, la crisis del agua se explica desde dos paradigmas opuestos:

El paradigma de mercado: si el agua se pudiera trasladar y distribuir con total libertad, podría llevarse a las regiones donde hay escasez, mientras que unos precios más elevados garantizarán su conservación.

El paradigma ecológico: el mercado es ciego a los límites ecológicos establecidos por el ciclo del agua así como a los límites económicos marcados por la pobreza. La sobreexplotación del agua y la alteración del ciclo del agua conducen a una carencia de agua que los mercados no pueden sustituir por otras mercancías. Nada puede sustituir a este precioso líquido necesario para la supervivencia y la vida.

La crisis del agua es una crisis ecológica provocada por motivos económicos. La resolución de la crisis del agua pasa por la ecología y la de la injusticia pasa por la democracia. Para terminar con la crisis del agua se precisa una democracia ecológica.

18 de junio de 2011

Descripción del libro Las guerras del agua.

El libro Las guerras del agua. Contaminación, privatización y negocio  fue publicado en España por la editorial Icaria dentro de la colección Antrazyt en 2004. El título original del libro en inglés es Water Wars: Privatization, Pollution and Profit fue publicado por South End Press en los EE.UU en 2002. 

El libro consta de unas 160 páginas que se organizan entorno a: un Prólogo de Vandana Shiva, una Introducción: Transformando en escasez la abundancia; los siete capítulos del libro: 1. Derechos sobre el agua: estado, mercado y comunidad; 2. Cambio climático y crisis del agua; 3. La colonización de los ríos: embalses y guerras del agua; 5. El Banco Mundial, la OMC y el control empresarial sobre el agua; 5. Agua y alimentos; 6. Transformando la escasez en abundancia y 7. Las aguas sagradas; un Apéndice con los 108 nombres del río Ganges y un Índice Analítico del libro. 


Presentación del libro Las guerras del agua.


Las guerras del Agua. Contaminación, privatización y negocio de la activista india Vandana Shiva es el siguiente libro que vamos a comentar en este blog. Los conflictos del agua son un tema candente por su complejidad y por su trascendencia en la vida de millones de seres humanos y en la preservación de los ecosistemas del planeta. El tema del agua cobrará una mayor relevancia en las próximas décadas, convirtiéndose en uno de los retos de la humanidad para este siglo XXI: garantizar el derecho al acceso al agua a una población cada vez más numerosa.

En Las guerras del agua se describe los conflictos del agua relacionados con la privatización, contaminación y comercialización del agua por parte de las multinacionales del sector (Vivendi, Suez Lyonnaise des Eaux, Bechtel…) con la complicidad de los estados y de los organismos internacionales (FMI, BM, OMC). Los conflictos del agua originan auténticas Guerras del Agua: guerras por el acceso, guerras por la titularidad y guerras por el control del agua de embalses, acuíferos y ríos del planeta. Los efectos de los conflictos del agua pueden llegar a ser catastróficos para el ser humano, para el medio ambiente y para la agricultura con consecuencias inciertas para la vida en el planeta.